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LA U: ¿DIARIO UNIVERSITARIO O DIARIO EN CONTRA DE LA UNIVERSIDAD?
Por Semioclastia - Thursday, Sep. 12, 2002 at 6:27 AM
semioklastia@yahoo.com.ar

Análisis de estructura de propiedad, contenido ideólogico y otras lindezas del Diario La U. El trabajo fue realizado por la subcomisión de Semioclastia de la Comisión de Comunicación conformada por estudiantes de Comunicación Social de la UBA.

Los padres de la criatura

El diario La U comenzó a distribuirse en las principales universidades públicas y privadas de Bs. As. a partir del 7 de junio y sus 60.000 ejemplares diarios se entregan gratuitamente. En el proyecto de La U confluyen Luis Cetrá –dueño de Radio Rivadavia-, el publicista Ramiro Agulla y el empresario periodístico Sergio B. Szpolski, que es el editor responsable del periódico. Szpolski era tesorero del fundido Banco Patricios que pertenecía a su tío Alberto Szpolski. Además de su vinculación con el vaciamiento de esa entidad, Sergio Szpolski fue expulsado de la AMIA por irregularidades en el manejo de los fondos destinados a la construcción del nuevo edificio tras el atentado de 1994. El editor responsable de La U fue además socio de Daniel Hadad en el periódico BAE.
El director periodístico del diario es Rolando Graña que, sumado a su actual conducción de Punto Doc, puede mostrar sus credenciales de periodista “progre” ya que trabajó en El Porteño y Página 12, además de dar clases en nuestra facultad. Aparentemente, goza de una buena imagen entre los estudiantes ya que resultó seleccionado a partir de un estudio de mercado que hicieron los dueños de La U antes de su lanzamiento para explorar su target. Sin embargo, su carrera no está exenta de episodios controvertidos, como su participación en el programa “Cara a cara con Moneta” en la televisión mendocina en el 2000. Ese programa fue célebre por un exabrupto del banquero, que dijo que era perseguido por “periodistas judíos”. Esa noche, la entrevista de Marcelo Longobardi a Moneta fue precedida por un documental de Graña dedicado a desacreditar al juez Leiva, comparándolo con Bernasconi y resaltando que la ley de subversión económica, por la que Moneta estaba procesado, era una “figura jurídica anacrónica de la dictadura”.
Detrás de estas figuras visibles en la dirección de La U, estaría el influjo de algunos referentes radicalismo universitario, como por ejemplo Lautaro García Batallán, viceministro de Mathov en la cartera de Interior hasta el 20 de diciembre pasado y allegado a “Coti” Nosiglia. Esto se da en un momento en el que Franja Morada está perdiendo poder en la UBA tras las numerosas derrotas en las elecciones del año pasado, en las que resignaron algunos de sus bastiones más conspicuos como los centros de estudiantes de Arquitectura o Económicas y la conducción de la FUBA. Por otro lado, no está de más recordar que otro de los dueños del diario, Ramiro Agulla, fue uno de los integrantes del grupo “sushi” y comandó la campaña publicitaria de De la Rúa en las elecciones del ´99.
Un artículo de El Necio (Número 9, Junio 2002) menciona además la posible participación en el proyecto editorial de La U del Grupo Uno de Mendoza, cuyas cabezas visibles son Daniel Vila y el ex ministro del Interior de Menem, José Luis Manzano. El Grupo Uno acaba de comprar el Canal 2 de La Plata y es el dueño del canal mendocino que emitió hace dos años el mencionado programa “Cara a Cara con Moneta”.
La vinculación tanto con el grupo Vila como con el nosiglismo se da además a través del otro titular de Periodismo Universitario S.A. (editorial que publica La U): Luis Cetrá, que hasta tiene una quinta en Villa Rosa vecina a la de De la Rúa, De Santibañes y el ex ministro Enrique “Coti” Nosiglia. En las épocas del gobierno de De la Rúa, Cetrá organizaba allí asados en los que participaban Nosiglia, De Santibañes, Chrystian Colombo, Stubrin y otros legisladores radicales.





Viva la reforma, muera la revolución

Szpolski escribió un editorial el día 14 de junio titulado “Viva la Reforma”, donde aprovecha el aniversario de la Reforma Universitaria de 1918 para legitimar argumentos que utilizan los que quieren imponer la nueva reforma a la educación superior, escamoteando el hecho de que los principios fundantes de cada una no son cotejables.
Además, el editor responsable de La U tácitamente se expresa en contra del ingreso irrestricto y a favor del arancelamiento. Szpolski apela a la fábula del niño coya que paga la universidad de los niños ricos de Bajo Belgrano a través del IVA de una gaseosa. Así, además de omitir que la partida destinada a la educación porcentualmente es ínfima en el presupuesto nacional, la mirada sesgada de Szpolski no advierte que la desigualdad la causa un sistema impositivo basado principalmente en impuestos regresivos, donde las grandes empresas evaden millones y licuan sus deudas mientras los que menos tienen pagan uno de los IVA más altos del mundo que se destina mayormente a atender las imposiciones de los organismos internacionales.
Szpolski también despotrica contra la corrupción en la universidad: “La reforma muere cuando un militante estudiantil cambia planes Trabajar por votos en el centro de estudiantes”. Más allá de que en la cruda realidad los franjistas no tuvieron siquiera la deferencia de vender los planes y se los quedaron para ellos, es curiosa la referencia cuando su propio diario es el refugio de quienes fueron echados de las conducciones por los estudiantes, en parte por prácticas corruptas como esa.

La Reforma que promueve La U

La estrategia actual para implementar la Reforma de la Educación Superior se materializa en el informe de la comisión de “expertos y notables” presidida por el ex ministro de Educación Hugo Juri. El documento impulsa reformas que curiosamente coinciden con algunas de las recomendadas por el Banco Mundial: Ciclo inicial de dos años con contenidos comunes para todas las carreras, contribución del sector privado en la universidad, reducción de los contenidos y de la duración “no razonable” de las carreras.
El “informe Juri” justifica la creación de un ciclo básico de dos años, principalmente, con la dificultad de los egresados del secundario para asimilar los contenidos del nivel universitario. Esto significaría una adecuación de los estudios universitarios a los secundarios, deteriorando a aquellos. Y en el otro extremo del ciclo, el acortamiento de las carreras causaría que contenidos pertenecientes al grado fueran trasladados a los posgrados (arancelados en su abrumadora mayoría, incluso en la Universidad Pública) con la consiguiente devaluación del título de grado o el arancelamiento velado, según se lo mire.
Dadas las vinculaciones antedichas con el radicalismo universitario, no sorprende que en el diario La U diversas notas sobre problemáticas educativas de diferentes fechas incluyen una mención al “Informe Juri”. El documento no constituye el eje de análisis de esos artículos, sino que es utilizado para legitimar posiciones expuestas con respecto a, por ejemplo, medidas a adoptar para lograr la igualdad de posibilidades en el acceso a la educación superior. Brilla por su ausencia un artículo que explique qué es el informe Juri, quién lo encargó, con qué fin, etcétera.
A través del seguimiento, análisis y contrastación de esas notas, hemos constatado nuestra inicial impresión al abordar esos artículos por separado. La U hace alusión al Informe Juri en distintos artículos, de manera sistemática. Lo trata, además, como un “producto de expertos”, “científico”, “objetivo”, “neutro”. Expone sus recomendaciones como el descubrimiento de “la verdad objetiva”. Asume las medidas de acción propuestas como “naturalmente aconsejables”. Es llamativo que no mencione, o que ni siquiera indague acerca de si el documento produce controversias entre sus receptores. Se refiere a él siempre, únicamente, desde la postura de sus gestores y no convoca a una reflexión sobre sus propuestas, sino que las asume valederas. De la misma forma, son repetidas las ocasiones en que en el diario se incluyen artículos que, sin citar el Informe Juri, exponen y respaldan sus principales lineamientos.
Para explicar lo dicho hasta aquí nos detendremos en algunos de los textos publicados. El 10 de junio, una nota de Horacio Finoli titulada “Ayuda económica para los que estudien” explica que el gobierno está negociando con el Banco Mundial el otorgamiento de becas a estudiantes. Para justificar la necesidad de este “beneficio”, alude a las conclusiones del Informe Juri que hacen referencia a una notoria deserción en la matrícula en los dos primeros años de estudios universitarios.
El 13 de junio, Horacio Finoli titula otra nota: “Como casi todo, estudiar es más fácil si tenés plata”. Allí señala que “la gran desarticulación entre el secundario y la educación superior pone en desigualdad de condiciones a los chicos de clase media baja frente a las facilidades de los estudiantes de sectores de mayores ingresos”. Luego aclara que ésta es una de las conclusiones a las que arribó el Informe Juri.
El 14 de junio salió el ya comentado artículo “Viva la Reforma” del editor responsable Sergio Szpolski, cuya lógica le viene como anillo al dedo a los postulados del informe de la comisión Juri.
El martes 18 de junio, una nota sin firma con el título “Confirman que habrá becas de 2.500 pesos anuales para universitarios” explica que al recibir una “ayuda” del Banco Mundial que el gobierno está negociando, otorgarán becas anuales a los estudiantes. El “beneficio”, sin embargo, no puede solicitarlo cualquier estudiante; sólo es para aquellos que estén cursando los dos primeros años. Casualmente, un párrafo de este artículo señala (negrita nuestra): “La ministra (Gianetassio) dijo compartir la principal recomendación del Informe Juri, que aconseja dos años básicos de conocimientos generales para cualquier disciplina al ingresar a la universidad y, a partir de allí, la licenciatura”. El período por el cual quieren entregar becas coincide con el del ciclo básico, lo que avanza en el sentido de desatender el ciclo de grado. La U otra vez repite los consejos del Informe Juri. Pero no es lo único que repite. En la volanta de esta nota, aclara: “Tal como lo anticipó La U el 10 de junio pasado”. Se refiere a la nota de Finoli, de un estilo de escritura muy similar a ésta, tan similar que incluso utiliza un párrafo que es idéntico: “La ausencia de objetivos definidos para aplicar el dinero consignado al PRES data de la época en que el experto Carlos Marquis comandó el Fondo para el Mejoramiento de la Calidad Universitaria (FOMEC), en los años 2000 y 2001”. Si los artículos de La U son resultados de collages, se desdibuja la premisa asumida por Graña en el número 1 de “informar la verdad”, premisa que recuperan las elogiosas y recurrentes (tan recurrentes que se vuelve un poco llamativo) cartas de lectores que publican en su contratapa, al lado de los chistes.
El lunes 24 de junio, La U da a conocer el “pronóstico de una experta en demanda educativa del mercado laboral” (sic). La experta es Graciela Riquelme, casualmente, una de las redactoras del Informe Juri. Dice la nota (negrita nuestra): “Su principal recomendación (nota: la del Informe Juri) es establecer un ciclo básico de conocimientos generales de dos años apenas se ingresa a las aulas mayores, a partir de los cuales puede seguirse la licenciatura (también de dos años); esto permitiría mucha movilidad geográfica y social” (es interesante el sinceramiento de que esa es la “principal recomendación” del informe ya que en las 500 páginas del documento esto aparece velado en medio de un gran volumen de información y números. En la nota del 18 de junio había un sinceramiento similar).
Se explica luego que el informe Juri tiene tres hipótesis sobre el crecimiento de la matrícula universitaria, pero sostiene que hay un dato fundamental: “La especialista pronosticó una ‘gran retracción, para el corto plazo’ en la matrícula de las universidades privadas, ‘dada la profunda crisis de empleo que sufre el sector social más acostumbrado a acceder a esa educación paga’. El establecimiento de un ciclo común de dos años, para Riquelme ‘garantiza la movilidad social, además de compensar la calidad de los distintos lugares del país; es verdaderamente igualdad de oportunidades”. En la misma página, el otro artículo se titula: “España apuesta fuerte a la evaluación”, y la volanta, “Similitud con Argentina: muchos nuevos inscriptos y exámenes periódicos”. La U cuenta aquí cómo en España, “el logro de la nueva reforma reside en profundizar la cultura de la evaluación”. Con la nueva ley de educación superior, el Estado, que antes tenía a su cargo las casas de estudio, ahora sólo financia la educación universitaria a distancia y la Universidad Menéndez Pelayo, ya que para el resto “el sostén pasó a mano de las autonomías regionales”. Cita al director de universidades de España, Ismael Crespo Martínez, quien apunta “contra las diferencias entre los planes de estudio que produjeron que ‘a un estudiante de Córdoba (España), le resultara más fácil homologar su título en una facultad de Córdoba (Argentina)”. No queda claro si es un chiste sin gracia o un ejemplo concreto, pero lo que resulta evidente es el parentesco con las propuestas del Informe Juri, ya que la elogiada “cultura de la evaluación” y la “compatibilidad” de los planes de estudio como “garante” de movilidad social constituyen recomendaciones del documento.

La U y su versión de la elección directa en Sociología

Nuestros compañeros de la carrera de Sociología, a través de la Comisión de Sociología, han protagonizado un proceso que, a través de la puesta en cuestión del mecanismo de elección del director de carrera, dio impulso a la discusión de cantidad de temas cruciales, como la democratización de las carreras, la pertinencia de los planes de estudio, el rol del sociólogo y la sociología en el marco de la crisis actual, entre otros. Entre el 18 y el 21 de junio 1221 alumnos, docentes y graduados eligieron a Christian Castillo como director y a Luisa Iñigo como secretaria académica; la lucha para lograr que asuman esos cargos es ardua: de momento el Consejo Directivo de la Facultad ha propuesto a la Junta que Castillo asuma no como director, sino como co-coordinador junto con Miguel Ángel Forte, representante del grupo de los profesores que no se opuso pero tampoco apoyó la elección directa.
La U, que se llama a sí mismo “diario universitario”, se anotició de este proceso sólo para propagar la postura de los docentes que se oponen a la elección directa (La U, 26 de junio, “El conflicto de Sociología podría extenderse a otras disciplinas”, página 6). Lo de “propagar” no es una metáfora: la nota citada, tras una escueta introducción informativa (16 líneas), reproduce in extenso (73 líneas) una carta firmada por esos profesores exhortando, pidiendo y demandando a los consejeros estudiantiles que elijan al director en la reunión de junta y atacando como antidemocráticos a quienes pretenden elegir al director de carrera a partir de la regla una persona = un voto.
Los firmantes son en su mayoría representantes del cuestionado grupo que controló la carrera los últimos años y, por ejemplo, legitimó desde la ciencia social el proyecto político de la Alianza. Más allá de la composición de la nómina, llama la atención la parcialidad con que La U trató el asunto. No reclamamos que un periódico comercial reproduzca sólo nuestra posición (los integrantes de nuestra comisión, con matices, estamos a favor de la elección directa) pero en tanto ha tomado en el editorial del nº 1 un compromiso con “la verdad”, se le podría pedir que no publique un documento de un sector minoritario sin intermediaciones y que divulgue una pluralidad de posiciones sobre el tema. Amagaron a hacerlo en una edición posterior, si bien el artículo es un exponente típico de lo que hace la mayoría de la prensa institucional cuando “hace oír las dos campanas”. Por ejemplo, recoge el testimonio de un alumno que votó en la elección del 18 al 21 de junio pero que estaba en contra del método. Más allá de la esquizofrenia del compañero (si es que existe) que vota a favor de algo de lo que está en contra, ¿por qué La U recoge este particularísimo testimonio? ¿Intentará dar a entender que incluso los que votaron a favor están en contra? ¿Estará empeñada en deslegitimar la masividad de la elección?
Volvamos al artículo del 26 de junio. Amén de la parcialidad que ya supone el espacio dedicado a la carta de los docentes, la posición de La U se evidencia en hechos tales como el encabezado (“Los Docentes cuestionan la elección directa”), que identifica a un sector de los docentes con la totalidad de ellos. Esto no es lateral cuando la representatividad de ese claustro en las elecciones tradicionales es muy cuestionable ya que sólo votan los profesores concursados.

La bolilla que faltaba: La U contra el ingreso irrestricto

El 12 de agosto la tapa de La U afirmaba sin rodeos, sin abandonar su tono cómplice y juvenil: “EL INGRESO IRRESTRICTO FUE”. Hacía alusión a las declaraciones sobre el tema de Beatriz Sarlo y sumaba las opiniones de otros partícipes de la vida universitaria. Las posturas eran relativamente variadas y ni siquiera Sarlo se expresaba en forma terminante en contra del ingreso irrestricto. Sin embargo, sumado al fatalismo naturalizador del título, la volanta de tapa anuncia que los consultados tienen “Coincidencias, con matices”. Y el epígrafe de una foto de un pasillo lleno de estudiantes alecciona: “El acceso libre a las aulas sirvió en 1983 para equilibrar el ‘numerus clausus’ impuesto por los militares. Era otro escenario.” Aunque en la nota principal la verdad absoluta (El ingreso irrestricto fue) está atenuada, ya sabemos que la tapa es “por donde el ojo entra al diario”. Para peor, la foto que teóricamente documenta el hacinamiento de la UBA es en realidad del Centro Cultural Ricardo Rojas en las fechas de inscripción. La fuente que revela ese origen es la propia edición de La U del 17 de julio en la que publicaron la misma foto que usarían días más tarde para la tapa.
Ya mencionamos que en el diario del 12 de agosto se pueden encontrar opiniones levemente polémicas; sin embargo, la nota de mayor extensión es una entrevista con foto y todo al secretario de Políticas Universitarias del Gobierno, el radico-peronista Juan Carlos Pugliese quien, además de adherir a la postura de Sarlo, señala que: “El mundo cambió y algunos no se dieron cuenta” y sugiere como panacea, ¿adivinen?: “Ciclos de conocimientos básicos como el que propone la Comisión Juri, articulado con los terciarios.” Dicho esto, Pugliese niega que el Banco Mundial participe en el diseño de la Educación Superior, desdeñando esa posibilidad como una teoría conspirativa de la izquierda. La U no tiene problemas en tomar a su cargo alegremente la postura de Pugliese titulando (sin comillas en el original): “La universidad está ciega y sorda”.

Un hijo bastardo de Pergolini, Hadad, Olé y la llama que llama

Ya desde la tapa de su primer número, La U dejó en claro cual era su estrategia de apelación a los lectores: un tono coloquial, desenfadado y sin tapujos a la hora de emplear “malas palabras”. El titular principal decía “DE ACÁ!!!!”, en referencia a una negativa de los senadores a bajarse los sueldos. Otro de los titulares comentaba un partido del mundial de fútbol parafraseando al presidente Batlle; “Los uruguayos son una manga de cagones”, decía.
En general, La U intenta emplear un lenguaje juvenil, establecer una complicidad con el lector a través de las malas palabras o las expresiones cronolectales (como en la ya comentada “El ingreso irrestricto fue”.) Las tapas humorísticas pueden remitir lejanamente a Página/12, pero más aún a Caiga Quien Caiga y Mario Pergolini, no sólo por el uso de las “expresiones de los jóvenes”, sino también por su perspectiva cínica ante la política y la clase dirigente. Pergolini mismo fue entrevistado en La U (edición del 23 de julio) donde vertió sus opiniones en ese sentido (titular: “LOS POLÍTICOS SON SERES HUMANOS GROTESCOS”). La edición del 23 de julio fue atípica en tanto aparecieron críticas a Franja Morada, de boca del presidente de la FUBA y a Delich (h), de boca del propio Pergolini. Roland Barthes llama a este procedimiento “vacunación” y lo considera uno de los principales mecanismos de mistificación de la prensa comercial burguesa. Mediante la confesión de un pequeño mal se desplaza la atención de los males mayores. Un ejemplo generalizado de esta “vacunación” en los medios actuales es cuando se usa como factor explicativo de la crisis argentina a “la corrupción de los políticos” omitiendo decenas de determinantes estructurales e históricos (la deshistorización es otro dispositivo de mistificación privilegiado en los mass media). La U no difiere en este aspecto del grueso de los medios masivos.
Si en un primer momento Pergolini fue el que propulsó esta denuncia de la corrupción de la política a través de la ridiculización y el humor corrosivo, posteriormente una gran cantidad de medios gráficos, radiales y televisivos han retomado esta estrategia. Entre ellos Daniel Hadad, que tanto en radio como en televisión dio un viraje en lo retórico y lo enunciativo, (no en lo ideológico), con respecto a su desempeño periodístico anterior, en “Hadad y Longobardi”, por ejemplo. Es decir, sus programas mantuvieron el discurso xenófobo y policial de derecha pero se le agregó un humor populista (desenfadado, pero también burdo y machista) estableciendo como blanco a los “políticos chorros” (aunque también a los jueces garantistas o los piqueteros). Más allá de la vinculación empresarial de Spolzki con Hadad en el BAE, el empleo del humor en La U es sugerentemente parecido al del nuevo dueño de Canal 9, claro que con adaptaciones al “target” universitario. De ahí la apelación a Pergolini.
Otro pariente de La U es el diario deportivo Olé. Las tapas de ambos diarios están organizadas de manera casi idéntica; el nombre del diario aparece en un recuadro arriba a la izquierda; ambas tapas destacan una nota central y ubican las secundarias en recuadros inferiores y superiores. El uso del color es muy parecido también: en ambos predomina el naranja, aunque Olé lo combina con verde y La U con celeste. La sonoridad de sus nombres es similar: cortos y con la ele como única consonante. Pero, sobre todo, comparten un empleo del humor no exento de demagogia y nacionalismo. El exabrupto ya mencionado sobre la selección uruguaya en el nº 1 podría muy bien haber sido extraído del diario deportivo del grupo Clarín. De todos modos, si en Olé mezclados con impresentables chistes antibrasileños hay algún hallazgo humorístico interesante, en La U tales virtudes no aparecen.
La participación en el diario del publicitario Ramiro Agulla, artífice -además del “dicen que soy aburrido”- de exitosas campañas como la de las llamas de Telecom, da otra pista sobre el estilo del diario. El humor y el costumbrismo han caracterizado últimamente las publicidades en general y las de Agulla en particular. Un buen chiste parece ser un dispositivo eficaz de persuasión. Por esa razón le pedimos a La U que sus chistes sigan siendo malos.




Anotaciones al margen

Hemos analizado los aspectos más recurrentes en el corpus que hemos soportado. Otros artículos sugerentes fueron:

1) Una entrevista a López Murphy (15 de julio), no especialmente a favor, pero mostrando el supuesto lado humano del economista de la Fundación Mediterránea. Allí cuenta que “de joven tenía ideas izquierdistas”. Una nota de color, digamos, cortesía de la ¿ex? Menemóloga Nancy Pazos.
2) Un artículo sobre los militantes de los ’70 que hoy son exitosos empresarios titulado: “Del Che a Armani”. Sumada a la referencia anterior de López Murphy, La U aporta al imaginario que considera a la militancia estudiantil como una rebeldía cuasi adolescente que se cura con los años. Igual, a juzgar por el contrato de lectura del diario, tal rebeldía no sólo es temporaria sino también redituable.
3) La publicación del propio estudio de mercado que hizo La U antes de salir al ruedo. El trabajo concluía que el estudiante universitario medio “Fuma poco, toma mucha cerveza y lee”. Otros temas cruciales tratados en el artículo eran las marcas preferidas por los estudiantes (de jeans, gaseosas, diarios, cualquier cosa). En ningún momento se distinguía entre alumnos de universidades públicas y privadas.
4) Durante la toma de Editorial Perfil por sus trabajadores, La U publicó avisos de las revistas de la editorial, que esas semanas se publicaron con artículos de los patrones, colaboradores externos, refritos y otras argucias.
5) Publicaron un informe sobre la inseguridad escrito por dos compañeros de la carrera (La U, 16 de julio, “La industria del miedo mueve millones en la Argentina”), con un subtítulo a cargo del sentido común: “dos estudiantes de la UBA escriben sobre la violencia en la sociedad”. El artículo retoma las concepciones restringidas de los mass-media (de Hadad, pero también de Majul o cualquier otro). La única violencia que se menciona es la de los robos y secuestros y la conclusión parece ser que “la gente tiene miedo”.
6) Otra estrategia para establecer complicidad con los jóvenes es la proliferación de artículos sobre informática en los que el diario defiende una actitud “rebelde”, en contra de Microsoft y a favor de la libre circulación de información.




Subcomisión de Semioclastia (semioklastia@yahoo.com.ar)
Comisión de Comunicación
Carrera de Ciencias de la Comunicación
Facultad de Ciencias Sociales- UBA 2002

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duda
Por guillermo - Thursday, Sep. 12, 2002 at 2:56 PM

Graña no trabaja a la mañana en una FM de Hadad, de tinte nacionalista?

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N
Por M - Thursday, Sep. 12, 2002 at 9:55 PM

Necesitaban hacer todo ese análisis semionosecuanto para darse cuenta que es un diario de operaciones???
No lo lean y listo, le estan haciendo propaganda al edpo.
ahora todos los boludos van a ir a leer la u a ver si es verdad lo que uds. dicen.

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Aprovechamos para reiterar nuestro correo "El Periodista Rolando Graña nos trae Migra
Por NBI - Monday, Sep. 16, 2002 at 12:47 AM

La aparición del diario de distribución gratuita "La U" quizo transmitir con su primera editorial que se trataba de un emprendimiento comercial de periodismo independiente. No obstante, si tenemos en cuenta quienes son los ideólogos del emprendimiento - algunos de los sushis LaUtaro García Batallán (Franja Morada de Psicología y vice-ministro de Interior del gobierno de De la Rua), Spolski editor del diario y financiasta "oficial", socio de Daniel Hadad en BAE, Ramiro Agulla y Enrique Coti Nosiglia-, la "independencia" del diario "La U" queda seriamente en duda.También nos llama mucho la atención la aparición en el "elenco de la U" del periodista Rolando Graña, porque meses atrás en el programa televisivo "PuntoDoc" que él conduce, expusó públicamente al presidente de la FUA, Emiliano Yacobitti, haciendo política con militancia rentada, mentiras y planes trabajar. En la nota se detallan denuncias de fraude electoral, patotas, corrupción y negocios monopólicos. Sin embargo, tres meses después de este informe, esta vez como editor del diario "La U", Graña vende la imagen de Emiliano Yacobitti en recta actitud, recaudando alimentos y útiles en un recital a beneficio, con una nota que empieza afirmando que "los estudiantes de la Federación Universitaria Argentina apostaron fuerte a la solidaridad" . Quien sigue obteniendo beneficios es la desgastada dirigencia estudiantil radical con remarcada resistencia a abandonar el lujurioso camino del lucro sin fin, que además ya tiene quien le escriba. ¿Qué es el periodismo independiente?, ¿Se puede creer en la honestidad intelectual y la independencia de estos periodistas?. Secretaría de Desrratización (NBI) Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho UBA

http://www.nbi.org.ar

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