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Denuncian en Chiapas asedio militar a encuentro contra el neoliberalismo
Por HERMANN BELLINGHAUSEN - Tuesday, Feb. 11, 2003 at 6:54 PM

Convoyes armados incursionaron en comunidad lacandona sede de la reunión. Preocupación en zona fronteriza del estado por plan para construir presas hidroeléctricas

Nuevo Huixtan, Chis., 10 de febrero. Convoyes armados del Ejército incursionaron en dos ocasiones en esta comunidad fronteriza, al sur de la selva Lacandona, durante el pasado fin de semana, mientras se celebraraba aquí el segundo Encuentro Chiapaneco contra el Neoliberalismo. La reunión, en la que participaron casi 700 personas, era completamente pacífica.

La mayoría de asistentes, indígenas y campesinos de todas las regiones del estado, miembros de diversas organizaciones independientes, testimoniaron los efectos de las políticas "sociales" en sus regiones. Y vinieron a encontrarse con la militarización y la guerra de baja intensidad, a 10 metros de donde estaban reunidos los pasados días 7, 8 y 9.

Las autoridades ejidales de Nuevo Huixtán, pueblo de mayoría perredista, manifestaron alarma. Nunca antes habían entrado los soldados en esta comunidad, ubicada al pie de la carretera fronteriza. El viernes, uno de los convoyes que constantemente atraviesan por la carretera en su ruta entre las bases militares de Amparo Aguatinta y Maravillas Tenejapa, de pronto se detuvo frente a la calle de tierra que ingresa en el poblado; tomando por ella, los vehículos se introdujeron en la plaza central, frente a la iglesia y la escuela.

Llevando por delante y por detrás automotores con ametralladoras emplazadas, los soldados saltaron a tierra empuñando armas de alto poder y caminaron por los alrededores. Para llegar a la plaza debieron pasar a un lado del salón de usos múltiples donde se efectuaba el encuentro contra el neoliberalismo.

Después de unos minutos subieron a sus vehículos y retornaron. Frente al salón de usos múltiples, el convoy se detuvo 10 minutos; algunos soldados merodeaban fingiendo comprar refrescos. Finalmente se fueron.

El sábado los militares repitieron la acción. Además, durante los tres días del encuentro los patrullajes fueron constantes. Un destacamento del Ejército permaneció todo el fin de semana a pocos kilómetros de aquí, en las inmediaciones de Nuevo San Juan Chamula.

Los días anteriores al encuentro, los propios soldados habían propalado rumores de violencia en la región, y amenazaron a los pobladores de Nuevo Huixtán: "Si permiten que aquí se haga la reunión, este pueblo va a empezar la guerra".

Mayor alarma y enojo ha causado en la comunidad que el presidente municipal de Las Margaritas, Jorge Luis Escandón, perredista como ellos, haya estado presionando con los Fondos Regionales de Solidaridad en las semanas previas, condicionando los recursos a que los pueblos se abstengan de participar "en estas cosas", contra las represas y el Plan Puebla-Panamá (PPP).

Anuncian inicio de obras

En todos los pueblos de la región fronteriza se ha diseminado gran preocupación por la, al parecer, inminente construcción de presas hidroeléctricas en la cuenca del río Usumacinta, que podrían costar a los habitantes de la región sus tierras y propiedades.

Las autoridades federales y estatales lo niegan, pero tanto en Tabasco como en Guatemala, los dos vecinos de Chiapas al sur, se anuncia el inicio de obras hidroeléctricas en las próximas semanas.

La inminencia de un embate "hidroeléctrico" -que oficialmente no existe, pero ven avanzar ante sus ojos día tras día- hizo que el pasado 12 de octubre pobladores de 86 comunidades se reunieran en un plantón contra el PPP y la militarización.

Ese día se congregaron en el crucero de los lagos de Montebello campesinos e indígenas de seis municipios (Las Margaritas, Trinitaria, Comitán, Independencia, Maravillas Tenejapa y Frontera Comalapa). Observadores civiles consultados por La Jornada consideran que esa movilización inesperada -la situación se repitió en el crucero de San Javier, al noreste de Montes Azules- causó preocupación en el gobierno y las fuerzas de seguridad.

Todo indica que los planes de inversión hidroeléctrica y turística, los posibles desalojos en Montes Azules y la militarización creciente de la frontera, invocando motivos de seguridad nacional, son parte de una misma estrategia. Al menos así los perciben los habitantes de la franja fronteriza.

Para dejar claro que esto no es un juego, los soldados han dicho a los indígenas que el Ejército se dispone a instalar dos campamentos más, en los alrededores de su base en Amparo Aguatinta.

Además del hostigamiento militar, el encuentro antineoliberalismo fue boicoteado por la Comisión Federal de Electricidad, que suspendió el suministro de energía los dos días de la reunión, entre las 9 de la mañana y las 6 de la tarde.

Y toda esta presión sicológica, ¿por qué? Como el segundo Encuentro Chiapaneco contra el Neoliberalismo ilustra de manera muy elocuente, la renovada agresividad oficial para abrir paso a las inversiones y los compromisos internacionales del gobierno tiene dos rostros: el ambientalista y el depredador feroz.

¿Quién salvará de sus "salvadores" a la selva de Chiapas? En esta región de Nuevo Huixtán se proyectan al menos dos represas binacionales con aguas de los ríos Lacantún, Santo Domingo, Chixoy, Ixcán y otros. Una más, la mayor, se construiría entre Tenosique (Tabasco), las tierras bajas de Chancalá (Chiapas) y la cuenca de los ríos La Pasión, Salinas y Usumacinta (Guatemala): la famosa, siempre pospuesta y negada, y por lo visto ya en marcha construcción de la presa Boca del Cerro.

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