Julio López
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“SOY MAPUCHE Y NO IMPORTA LO QUE DIGAN” (*)
Por ((ivpress)) - Tuesday, Aug. 05, 2003 at 3:30 PM
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(*) Este es sólo un fragmento editado de la larga charla mantenida con Julián, Elena y Marcelo a fines de mayo en Fiske Menuko. En breve publicaremos otros pasajes referidos a la Historia y objetivos del CAI y la Legislación indígena y el avance neoliberal.

El camino que permite pasar de la discriminación y el sometimiento al autorreconocimiento y la lucha no siempre es el más corto ni el más fácil de recorrer, pero día a día miles de mapuches en diferentes puntos del Wallmapuche (Territorio Ancestral) lo transitan. Hace casi dos décadas Julián (J) y Marcelo (M) comenzaron a marchar por ese camino y hoy ambos integran el Consejo Asesor Indígena (CAI) en Fiske Menuko - General Roca, Río Negro -, desde allí dan batalla para garantizar la permanencia de sus hermanos y hermanas en la tierra donde siempre vivieron y para que día a día sean más los mapuche que se echan a andar por la senda de la autoafirmación.

J: A partir de la guerra de Roca fuimos sometidos a una persecución constante y cada uno de nosotros, de acuerdo a su edad, tiene una historia en ese sentido. Hay mucha gente grande, por ejemplo, que no sabe el mapudungun (idioma mapuche) porque los padres no se lo enseñaban, Sabían que serían perseguidos y castigados y se preocuparon porque aprendieran la castilla, como decían, para desarrollarse.

La comunidad a la que pertenecía mi familia se había desarmado, ellos vinieron como pudieron y se instalaron donde pudieron. Nuestra crianza fue determinada por esta circunstancia. Yo nací en El Maitén pero mi familia, por parte de mi mamá, hacía ngillatun en Cushamen. No sé exactamente de qué comunidad venían, por eso digo que soy un desterrado: no tengo ni la comunidad ni la familia para volverme a encontrar. Mis padres se separaron y fui a parar a un hogar de chicos huérfanos.

En ese hogar nos enseñaban que éramos brutos, atrasados. La maestra te pegaba con el puntero si hablabas mal o no hacías el esfuerzo para hablar el criollo. Escuchabas que todos los brutos, los tipos que no tenían capacidad para nada, eran ‘indios’. Y si hay algo que los mapuche tenemos en común es que sentimos el tema en la sangre, nos sentimos mapuche. Más allá de que por ahí uno se ponga lentes, se pinte el pelo, baile como norteamericano y, si es posible, hable inglés. Esa persona adentro se siente mapuche, justamente por eso se pinta tanto.

Nosotros le decimos a los chicos más jóvenes que han tenido suerte de haberse autorreconocido antes. No es que uno no se reconocía... sino tener el valor de decir: “Soy mapuche y no importa lo que digan”.

¿Ahora es más fácil decir: “Soy mapuche”?

J: Sí, es más fácil pero más peligroso, porque 30 años atrás costaba más pero te encontrabas con menos mentiras, ahora hay mucha sobada de lomo: “¡Ay sos mapuche!”. Reconocer al mapuche es como que está de moda, en ese momento vos decías: “Soy mapuche” y no te sonreían todos. Nadie te decía: “¡Qué bueno! Sos mapuche.” Tenías que pelearla más. Hoy es más fácil decirlo porque nadie te va a decir nada, pero de última la valoración sigue siendo la misma. Ahora es más fácil decir ‘soy mapuche’, pero no es tan fácil ser mapuche.

En dónde se siente más el peso de la hipocresía en el campo, en la ciudad o es en todos lados igual.

J: En la ciudad, en el campo o en el pueblo el turco no se anda con vueltas: “Este es un indio de mierda, hay que hacerlo cagar”.

M: En la ciudad no solamente hay gente mapuche, hay compañeros que son trabajadores, que viven en los barrios más humildes, que son los ‘negros’ del barrio, que son los ‘ladrones’, los ‘borrachos’... Por ahí se mezcla un poco más la situación en las ciudades. Pero es verdad, una vez que vos te identificas como perteneciente a un Pueblo Originario te palmean el lomo. Algunos lo hacen gozándote porque creen todavía esa cuestión de superioridad de las razas, aunque sean unos pobres gatos como nosotros.

J: Hace 40 años los barrios pobres los formaban los mapuche. ¿Por qué? Porque había una política, que es la misma que estamos denunciando, para terminar con nuestro Pueblo. Todos los pueblos de la zona tenían un barrio que se llamaba ‘el barrio de las latas’, como tal vez pasó en Buenos Aires. Esos fueron los primeros barrios pobres que hubieron en las ciudades. En el caso de Roca el barrio Tiro Federal, antiguamente se llamó barrio de las latas, conformado por gente nuestra.

Y los discriminaban, concretamente, no sólo porque eran pobres sino porque eran mapuche. Ahora la discriminación es contra los pobres, aunque seas rubio y de ojos celestes.

Cuando te autorreconoces mapuche ¿qué cambias?

J: El hecho de rescatar lo que tenés como Pueblo, lo que conoces de tu Pueblo, y tratar de llevarlo adelante como parte de la lucha, te cambia un montón. Te da una fuerza distinta, vos podés militar en un partido de izquierda y te cansaste de ese partido y te quebraste ideológicamente y no sos más ni de ese partido ni de esa ideología... y te da lo mismo. Cuando sos mapuche, la lucha sigue, es una lucha que va más allá, no tiene fronteras ideológicas, tiene un sentido a muy largo plazo. La liberación de nuestro Pueblo no es cosa de un día para el otro ni es cuestión de que vino un teórico que nos dijo: “Los mapuche se van a liberar cuando hagan tal y tal cosa”.

Con el autorreconocimiento vas valorando un montón de cosas. ¿Qué eran los mapuche? Gente que tenía valores y los tenía que mostrar en la práctica, no en el discurso. En esas cosas te da fuerza el autorreconocimiento.

¿Y en esa búsqueda no se corre el riesgo de la idealización de un Pueblo?

M: Los riesgos de idealizar existen en cualquier búsqueda... y sí, corremos ese riesgo. Nosotros tratamos de ser buena gente, nos cuesta mucho porque tenemos todo el vicio incorporado de lo que es ser occidental, egoísta, capitalista. Queremos tener todo lo que sale, todo lo que te vende la televisión. Queremos todo.

J: Corres siempre el riesgo por esa necesidad que tenés de recuperar tiempo perdido y además tenés un aluvión de cosas que te vienen de distintos lados. Decir: “Esta sociedad de mierda no sirve para un carajo, la sociedad mapuche es la que tendría que ser, la única y la perfecta”, sería un error. Nosotros no decimos eso, sí decimos nuestra sociedad – como Pueblo – no tenía las porquerías que tiene este sistema. Tenemos valores esenciales que hacen que podamos construir una nueva sociedad.

Lo que más rescatamos es la dignidad de nuestro Pueblo, la valentía, la inteligencia de nuestra gente, el proceso que tenía cada uno para llegar a ocupar su lugar en la sociedad. Después, el resto, son cosas que se van a ir dando, algunas por ahí ni las vamos a alcanzar a rescatar, pero no nos vamos en la cuestión folklórica. ¿Cómo si somos mapuche no vamos a hablar mapudungun? Por ahora hay cuestiones que nos están corriendo, esto no quiere decir que uno no tiene que recuperar la lengua... toda la cultura. Ojalá tuviésemos el tiempo para hacer todo eso, pero por ahí no nos da ni el cuero, ni la capacidad, ni el tiempo. Entonces privilegiamos.

¿Qué cosas privilegian?

J: Nuestra organización privilegia la recuperación de tierras, la lucha por mantenernos en el lugar que tenemos. Sabemos los tiempos corren y que en pocos años más podemos estar hablando de que todos estamos en la ciudad y no hay nadie en el campo. Son urgencias que por ahí no las medimos nosotros, las condiciones la determinan la realidad concreta: no tenés trabajo; hay gente que en el campo no tiene posibilidad de mantenerse porque creció la familia y la tierra no le da lo suficiente; cierran escuelas porque no hay chicos, por lo tanto no hay posta sanitaria... Y al no haber posta sanitaria, a los viejitos que están enfermos los hijos se los llevan a la ciudad, porque el hijo hace 20 años que se vino del campo, y ese abuelo es desterrado a los 70 años de su lugar natural y de todas sus cosas.

Nosotros planteamos dos cuestiones con (relación a) la tierra: una, la situación hoy, y la otra, el territorio, que es a más largo plazo y que no lo definimos por capricho que sea a largo plazo, lo definieron las condiciones concretas. Hoy, como mínimo, mantenernos en esos lugares donde estamos y tratar de ir recuperando todas las cosas que tenemos en ese lugar. Para eso estamos trabajando como organización. No apuntamos a ser una super organización que tenga presencia en la ciudad, apuntamos a fortalecernos en el campo.

Lo que hacemos es difundir nuestra lucha en el campo, aportar a nuestra gente en lo que podamos, pero fundamentalmente sacar la lucha del campo hacia la ciudad. Junto con eso, luchar para que haya más mapuche que se autorreconozcan, pero de ahí a que vayan a pertenecer a nuestra organización, es otro tema. No nos planteamos que los mapuche tienen que ser de una sola organización, de hecho antes no lo eran.

Ese es el planteo que tenemos los mapuche que estamos en el CAI.

Hernán Scandizzo

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Soy multietnico ¿y que?
Por Soy multietnico - Thursday, Mar. 18, 2004 at 6:59 AM


Parece que se esta poniendo de moda ser racista afirmando su origen etnico...

me cago en los racistas de la etnia que sean mapuches incluidos

yo no soy de una etnia

tengo ancestros guaranies, italianos (vaya a saber de que etnia italiana!), pampa (indios 'pampa'), frances, español

soy multietnico ¿y que?
no puedo ser racista ¿y que?

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Racismo?
Por Leo - Tuesday, May. 17, 2005 at 11:53 AM

No me parece que querer reafirmar o recuperar el origen al que uno pertenece sea ser racista. De hecho creo que hoy en todo el mundo, las etnias que fueron reducidas o discriminadas en algún momento tratan de recuperar sus valores originales y está bien. Siempre que se haga mediante una lucha pacífica.
Lo que me parece que no aporta es la violencia y la descalificación.
Está perfecto que el pueblo mapuche luche por ser considerado por el resto de la sociedad y el estado y pretenda mantener sus costumbres, su lengua y su historia.

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