Julio López
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14 MOVIMIENTO ASAMBLEARIO – PARA DEBATE ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO ASAMBLEARIO
Por Nicolás - Tuesday, Oct. 07, 2003 at 5:51 AM
nicolasfurlanis@hotmail.com

El último documento de la serie, mis humildes opiniones sobre el Movimiento Asambleario y sobre algunos conceptos que por suerte han comenzado a discutirse dentro de las Asambleas. Un análisis lo más exhaustivo posible sobre las Asambleas y el Movimiento que las agrupa.

14 – ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO ASAMBLEARIO.

El último documento de la serie, mis humildes opiniones sobre el Movimiento Asambleario y sobre algunos conceptos que por suerte han comenzado a discutirse dentro de las Asambleas. Un análisis lo más exhaustivo posible sobre las Asambleas y el Movimiento que las agrupa.
Es largo, 16 páginas, pero muy interesante... y no porque lo haya escrito yo, sino porque es una provocación analítica al debate y a la discusión.

Saludos revolucionarios y hasta siempre,
Nicolás.

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ANÁLISIS DEL MOVIMIENTO ASAMBLEARIO

INTRODUCCIÓN

Ya han leído una crónica revisionista de algunos momentos históricos, ya pasados, del Movimiento Asambleario, también les he contado de cómo ha cambiado mi forma de pensar a partir de ese momento.
Ahora voy a tratar de escribir sobre el Movimiento Asambleario actual, sobre la gente que lo compone, sobre los diversos proyectos, sobre las discusiones que se encuentran en pleno proceso de debate y planteamiento. Voy a permitirme algunas opiniones, algunas reflexiones, tratar de entrever algunos posibles caminos a futuro y por supuesto sugerir algunas propuestas.
Vuelvo a aclarar que lo que más me interesa es fomentar el debate de ideas y de las perspectivas sobre para dónde queremos avanzar.
También les repito que todo lo que leerán será subjetivo, aunque a veces pueda parecer objetivo, que acepto todas las críticas, pues para eso estoy escribiendo, y que nada de lo que leerán pretende ser una “verdad absoluta”.

PREMISAS BÁSICAS

· Las Asambleas son una organización política. Son una organización desorganizada y sin una forma definida, sin líderes, sin objetivos concretos, sin conducción y sin un camino determinado a seguir. Las Asambleas se diferencian de otras organizaciones justamente por el hecho que son totalmente amplias y cualquiera puede participar, no tienen una forma definida.
· Por consiguiente las Asambleas, tendrán hoy una forma, mañana otra, dependiendo de su única estructura molecular: Los ciudadanos-vecinos-personas que participamos en ellas. Las Asambleas tomarán los caminos que la mayoría de las personas que participen en ellas decidan, siendo fundamental la participación para poder opinar y debatir y hacer que las Asambleas tomen el camino que a cada ciudadano le parezca más justo.
· En las Asambleas es la participación lo que garantiza que las ideas de los “militantes asambleístas” construyan un camino para que la Asamblea transite por él, creando poder de abajo hacia arriba y no al revés.
· Las Asambleas tienen y deben resguardar como eje fundamental de su funcionamiento la Democracia Directa, esto significa fomentar la rotación de los representantes, la misma posibilidad para todos de expresar su opinión sin ningún tipo de discriminación, evitar la concentración de poder, evitar el sistema de gerarquización y de dirigencia, hacer horizontal la toma de decisiones y crear poder popular desde las bases.
· Las Asambleas pueden realizar muchos proyectos exitosos a nivel barrial, pero si estos no están integrados en una lucha y debate más amplios, sobre la realidad Provincial y principalmente Nacional, estos proyectos no servirán de nada.

PARADOJA DEL ESPACIO ASAMBLEARIO

Con el correr del tiempo las Asambleas tendieron a reivindicaciones y propuestas que las ubicó a la izquierda en el marco político. También comenzaron a formar parte del llamado “campo popular”, aunque han perdido peso dentro de ese otro marco, ya que no “representan” a tanta gente como antes.
Que en este momento estén ubicadas en la izquierda, no significa que pertenezcan a la izquierda partidaria, como tampoco que no puedan, con el tiempo – y a partir de la movilidad de sus participantes – ir hacia un centro izquierda o hacia una extrema izquierda. Repito que solo los participantes del Movimiento Asambleario harán con su accionar y movilidad, el accionar y movilidad del Movimiento.
Esto se debe a que las Asambleas se han fijado, en este momento, una determinada identidad de izquierda, pero por el mismo espíritu asambleario - donde el individuo, con su ideología, mueve a la estructura, y no al revés, como en los partidos – esa identidad puede ir cambiando con el tiempo, dependiendo del cambio de ideología de sus miembros o de nuevos miembros con diversa ideología.
La forma lógica de todo grupo social que empieza a darse una identidad determinada, para evitar esa movilidad ideológica, es haciendo cada vez más fuerte su propia identidad como grupo, por lo que el grupo mismo – en este caso el Movimiento Asambleario – empieza a determinar sus propios límites y comienza a fijar los límites con el mundo exterior. En otras palabras, a definir a quien se le cierran las puertas y a quien se las deja abiertas a la participación.
Por supuesto, de esta forma se cae en una paradoja, pues al ponerse límites, las Asambleas terminan creando los fundamentos estructurales para, por ejemplo, evitar que aparezcan asambleístas con ideología de derecha, y por lo tanto quedan, mal que les pese, atados a su propia estructura.
La cuestión es simple: o se hace del espacio asambleario, un espacio que recibe con los brazos abiertos todo tipo de puntos de vista, desde el más reaccionario al más revolucionario, fundando el orgasmo del “respeto a todas las opiniones”, sabiendo por experiencia, que de esa manera es muy difícil construir nada. O por el contrario, se acepta que “no se van a respetar todos los puntos de vista” y se busca una Identidad, que si bien pone límites, sea lo suficientemente flexible para contener en su seno a diversas ideologías, siempre dentro de un determinado límite.
Es evidente que las Asambleas deben plantearse una Identidad política e ideológica clara, y si ya la tienen, reafirmarla.
Con esto quiero romper definitivamente con los discursos de la “amplitud de puntos de vista”, donde respetamos la opinión de todos porque las Asambleas son libres y abiertas a cualquiera.
Lo siento, y lo primero que tenemos que hacer es aceptarlo. Las Asambleas no pueden estar abiertas a “cualquiera” por el simple hecho que esa apertura hace imposible la construcción. Un ejemplo muy claro fue la experiencia de la Asamblea Vecinal de Martínez, antes de su división.
La alternativa a lo que estoy diciendo es que se termine por aceptar que las Asambleas pueden estar abiertas a “cualquiera”, pero si se decide ese camino, se debe ser conciente de estar condenando al Movimiento Asambleario de cualquier tipo de construcción, sea poder, contrapoder, autonomía, o el nombre que ustedes quieran.
Entonces, mi opinión, luego de lo que fundamenté arriba, es que las Asambleas deben empezar a darse una identidad o, para los que creen que ya la tiene, reafirmar esa identidad, tener muy en claro quien puede estar “dentro del Movimiento” y quien no puede estarlo. Si esta paradoja se resuelve con madurez política, será posible que puedan estar “dentro” todos aquellos que quieran una sociedad más justa y diferente, aunque entre ellos tengan sus diferencias, y por otro lado quedarán “afuera”, solo aquellos que no quieran una sociedad mejor.
Esta es una de las primeras discusiones que deben darse y definirse.

COMPOSICIÓN DE LAS ASAMBLEAS

Hablar de la composición social de las Asambleas es un desafío muy grande, principalmente porque nunca se hizo un censo como corresponde, como para saber, por ejemplo, cuántos de los asambleístas son anticapitalistas, cuantos militaban o militan además en alguna otra organización o movimiento, cuantos son ex-militantes de los ’70 que hacía tiempo no militaban en ningún lado, etc.
Pero trataré de hacer un intento, estando seguro de antemano que no será para nada fidedigno.
El Movimiento Asambleario se nutre de muchas subjetividades, que por supuesto llegaron a las asambleas con una determinada ideología, un determinado punto de vista sobre la realidad, determinadas expectativas y determinadas opiniones de lo que se tenía que hacer. Lo enriquecedor de esto es que con el correr del tiempo, todas esas cosas que uno tiene en la cabeza, fueron cambiando o se fueron reafirmando, pero seguramente nuestra cabeza no es la misma de la que empezó a ir a las Asambleas hace un año y medio atrás. Eso es gracias a las Asambleas, a la realidad asamblearia, a la participación en ellas y digamos así, al espíritu propio que tienen las asambleas para que uno ponga en duda todas sus ideas y se las replantee, a veces llegando a las mismas conclusiones, a veces cambiando completamente su punto de vista.
Pero volviendo al tema que nos importa, la composición social de las Asambleas puede analizarse desde varios puntos de vista:
Desde el punto de vista de la ocupación, hay trabajadores ocupados, desocupados, estudiantes, jubilados, cuenta propistas, changueros.
Desde el punto de vista de la edad, hay jóvenes, grandes y viejos.
Desde el punto de vista de la orientación política, que quizás es el más interesante, encontramos: Ex-militantes de los años ‘70, que encontraron en las Asambleas nuevas formas de hacer política, que hacía muchos años no encontraban, entre ellos hay peronistas (de izquierda) y marxistas principalmente. Militantes varios, comprometidos con un modelo de sociedad distinta, que pulularon siempre de movimiento en movimiento, sin identificarse con ninguno, y que ahora se identifican con las Asambleas y eligen luchar desde ese lugar y no desde otro. Militantes de Partidos de Izquierda, que alternan su lucha en una y otra organización (ya he hablado anteriormente de aquellos que no pueden evitar llevar el carnet del partido a la Asamblea). Personas que pertenecen además a otra organización del “campo popular”, que también alternan su lucha en una y otra organización. Militantes anarquistas, tanto por su ideología o porque participan en alguna organización de ese tipo. Vecinos “comunes”, que comenzaron en las Asambleas siendo la primera vez que participaban en política y luego se han comprometido de lleno con un cambio social, dejando de ser “gente” para convertirse en “pueblo”. El eufemismo “comunes” es para señalar una clase de vecinos que quizás está más cerca de un reformismo de la política y de la representación política, que de un verdadero cambio de sociedad. Nuevos vecinos, que comenzaron a participar desde hace muy poco, digamos menos de tres meses, aunque son seguramente los menos, y por último, los Vecinos “comprometidos”, que quizás también es la primera vez que hacen política, pero llegan a las asambleas como el final de un camino mental recorrido, por decirlo de alguna manera, de haberse dado cuenta que éste era el momento de participar y que hay que cambiar las cosas de raíz.
En un grupo aparte voy a agregar a todos los Personajes Nefastos, que vendrían a ser los servicios de inteligencia, los partidarios de ideologías de derecha, los fachos de siempre, los garrapatas de las municipalidades y de los CGP, etc. que si bien bajaron su número con el correr del tiempo, siguen presentes dentro del Movimiento Asambleario.
Aunque parezca redundante, y aunque mucha importancia no tenga, me gustaría dejar en claro esto: todos somos “vecinos”, pero quería hacer la separación entre los que ya tenían experiencia política previa y los que no la tenían, y dentro de éstos últimos, los que plantean una mejor democracia capitalista y aquellos que directamente quieren cambiar de sociedad.
Igualmente, lo que falta todavía en el Movimiento Asambleario, es saber a ciencia cierta, cuánta gente es anticapitalista, cuántos tienen una tendencia reformista, cuánta gente “independiente” hay y cuántos pertenecen a diversos partidos políticos, cuántos quieren “otro Argentinazo”, quién está por la revolución armada y quién no, cuántos comparten la teoría de Holloway y cia., cuántos tiran abajo la idea de Partido, cuántos apuestan a lo electoral y cuántos no, etc, etc, etc. Sin una radiografía lo más clara posible de este Movimiento, muy difícilmente se pueda avanzar en construir algo distinto.

LAS PRÁCTICAS MILITANTES QUE QUEDARON EN EL PASADO

Con el miedo a que muchos militantes de años me salten al cuello, quiero también poner a discusión las prácticas políticas de años anteriores.
No pretendo entrar en el debate de la izquierda argentina, ya que no es mi objetivo. Solo quiero señalar que muchas veces se antepone “la práctica”, el hacer, a la “teoría”, al pensar, a la reflexión. Muchos militantes de izquierda, y no solo la partidaria, piensan que la conciencia “subjetiva” la da la práctica. Entonces apuntalan todo tipo de experiencias de lucha para que el pueblo “tome conciencia”, salga a la calle, y promueven la famosa “unidad en la acción”, para salir todos juntos. Con el tiempo, y bajo la mentalidad de que hay gente que se suma a las luchas, pero no le gusta organizarlas, te dicen “nosotros organicemos esta actividad, porque aunque seamos pocos, mucha gente se va a prender para llevarla adelante”. De a poquito se van transformando en un grupo de “elite” que decide qué es lo que se debe hacer en la organización y qué no. Los militantes de base muchas veces aceptan esto sin pestañar.

Durante mucho tiempo se pensaba, y algunos lo piensan hoy también, que hay condiciones “objetivas” que hacen que las cosas vayan para un determinado lado y no para otro. Según los marxistas, para hacer la revolución hacen falta condiciones objetivas y subjetivas, pero en el momento que uno plantea que el Movimiento Asambleario debe fijarse una identidad política, te miran como diciendo, “pebete, vos qué sabés”, y te aclaran que no, que el Movimiento Asambleario va a ir “por cuenta propia” en una determinada dirección.
Creer que el Movimiento Asambleario iba a tomar un determinado camino “por cuenta propia”, se demostró equivocado, dado el estado de poca participación en el que se encuentra y de fragmentación ideológica.
El Movimiento Asambleario va a tomar el camino que sus propios militantes le den, y mientras no se tenga claro para donde quieren ir sus militantes, no se tendrá claro para dónde va a ir el Movimiento.
De lo que se trata también es de crear nuevas prácticas políticas, sino estaríamos haciendo lo mismo que han hecho por mucho tiempo los partidos de izquierda, sin demasiados resultados. Se trata de condenar bajo todo punto de vista la formación de dirigentes, de esa “elite” que tiene “todo claro” y baja línea a los demás. Se trata de condenar el sistema de cuadros políticos, donde no haya “referentes”, donde los referentes sean sujetos colectivos, donde todos los que participen de las Asambleas vayan transitando juntos cada avance de conciencia, cada revolución interior, cada nueva etapa “subjetiva” de ir creando entre todos una nueva forma de hacer política, una nueva forma de pensar los valores, una nueva forma de pensar el mundo que queremos, que no será el socialismo que hasta ahora concebimos en nuestro inconsciente colectivo, sino una nueva sociedad, un nuevo socialismo, un nuevo anarquismo, un nuevo comunismo que tenemos que inventar, con creatividad, con sueños, con una nueva mentalidad (más allá de los nombres y de lo que en teoría significan).

Desde mi concepción, la teoría y la práctica van de la mano, son dos cosas paralelas que se entrelazan. Pensar que una debe estar antes que la otra es una equivocación. Al mismo tiempo que se desarrollan determinados proyectos colectivos, se deben crear también bases teóricas sobre diversos puntos de vista asamblearios. Ni los primeros deben dejar en segundo plano a los segundos, ni los segundos deben condicionar a los primeros. Es una construcción dual, como cuando hacemos el amor, la cosa es de a dos y el mayor placer es cuando descubrimos que uno más uno es igual a uno, el resultado de la fusión de los cuerpos, que es mucho más peligrosa que la fusión nuclear.

EL MOVIMIENTO SOCIAL FRAGMENTADO Y PARTIDIZADO

Desde hace un tiempo el Movimiento Social, entendido por el conjunto de todos aquellos movimientos de lucha reivindicativa, se encuentra fragmentado y dedicado en algunos casos a peleas fútiles entre los mismos movimientos de lucha que lo componen.
Las razones son variadas y obvias, las diferencias internas existen, pero también hay una postura “cómoda” de parte de estos movimientos, incluido el asambleario, de ver las diferencias y evitar ver las similitudes, a pesar de esas diferencias.
Entonces nos encontramos con varias fracciones del Movimiento Piquetero, que a su vez muchas de ellas son claramente un anexo de los partidos políticos o de los sindicatos más “progresistas”. Movimiento que demostró aún más su fragmentación con la reciente salida de algunos MTDs de la coordinadora Aníbal Verón. Encontramos obviamente diversas fracciones de la izquierda partidaria, cada una interesada en hacer “su” revolución, sin representar más que al 3 % de la población. Varias fracciones de los distintos sindicatos combativos, donde están por un lado los “progres” y por el otro los “compas”, en el primer caso con tendencias reformistas y en el otro, muchas veces, con lazos fuertes con partidos de izquierda. En el Movimiento de Fábricas Recuperadas, las posturas van desde los electoralistas, los cooperativistas, los de tendencias al control obrero, algunos más luchadores que otros, aunque creo, y esta es una visión muy mía, que el Movimiento de Fábricas Recuperadas es el que, visto por lo menos desde afuera, el que más uniformidad presenta. Y obviamente dos o tres fracciones de Asambleas populares, por un lado las Autónomas, por el otro Piquete y Cacerola (del cual sinceramente conozco poco y nada) y algunas que parecen más un anexo de algún partido. Claro que todas estas agrupaciones adhieren a diversos puntos de encuentro entre todos los sectores, entonces encontramos muchos “Congresos de sectores en lucha”, donde en la esencia son lo mismo...pero pareciera que no lo son.
Entonces da la impresión de dos cosas, la primera es que además de las diferencias, hay una voluntad en los distintos movimientos de ver esas diferencias y evitar la organización de un gran Movimiento en conjunto, por eso se llenan la boca hablando de “unidad en la acción”, que es lo único que se atreven a hacer en conjunto con otros sectores, y nunca proponen “unidad en la organización”, que es un laburo más lento, donde cada sector deberá ceder algunas cosas, pero mucho más productivo.
En segundo término se tiene la sensación de que la mayoría de sus militantes por ver el árbol desde demasiado cerca, deja de ver el bosque. Entonces se compenetran extraordinariamente con sus organizaciones y sus proyectos y no miran las cosas desde otra perspectiva más amplia, dándose cuenta que la mayoría de los movimientos sociales tienen muchas más cosas, objetivos, reivindicaciones, proyectos de sociedad en común, que las pequeñas diferencias en algunos puntos.
Me gustaría recordar que un árbol en la esquina de mi casa no produce nada, pero el Amazonas es el pulmón del mundo. Si vemos un árbol pegados al tronco, no vamos a saber si es el árbol de la esquina de mi casa o si es parte del Amazonas.

ESPERANDO AL MESIAS

Dentro del Movimiento Asambleario, en épocas de deserción en la participación de los vecinos, empezó a correr la teoría del famoso “reflujo”. Muchos sostenían que era lógico que la gente dejara de participar, que quedarían los que verdaderamente se comprometieran a fondo. Ahora bien, ese tipo de opiniones esconden secretamente dos conceptos, que no pueden verse a simple vista. En primer lugar una concepción de que mucha gente no iba a comprometerse del todo e iba a abandonar la lucha activa, aunque quedaría en una especie de “disponibilidad” a nuevas ideas. Pero hacer este planteo es creer que la gente seguiría esperando referentes nuevos, osea “representantes” nuevos. En segundo lugar era pensar que en ningún momento las Asambleas serían tan multitudinarias como para incluir a “todos” los vecinos. Pero hacer este planteo, nos lleva por otro camino a la misma conclusión anterior, pues significa pensar que jamás sería una alternativa real de Poder, o mejor dicho de Contra-Poder, osea que se quedaba en el mero plano de “referente”, de “punto de referencia”, de “representante”. Y por supuesto, para los militantes asamblearios, toda representación está en contra del Movimiento, ya que desde un punto de vista filosófico, “no tomar el propio destino en las propias manos” es sinónimo de “representatividad”.
Algunos también plantearon que se referían a “reflujo”, en el sentido que se iría gente de las Asambleas, pero ingresaría gente nueva, lo cual pasó en muy pocas proporciones.
Estos conceptos llevan en forma inconsciente el pensamiento que tarde o temprano las Asambleas serían islas para unos pocos, comprometidos con la realidad social, pero sin ni siquiera preocuparse por aquellos que se habían quedado en el camino.
Todo esto solo hace que la paradoja nos toque nuevamente a la puerta. Pues el Movimiento Asambleario difícilmente crezca cuantitativamente, y solo podrá crecer en “representatividad”, lo cual lo hace paradojal.
Sería bueno que se reflexionara sobre esto, ya que es importante para el Movimiento Asambleario hacerse cargo de esta realidad.

Ahora bien, más allá del famoso “reflujo”, la gente no continuó en las Asambleas por diversos motivos (algunos de los cuales menciono en “Filosofía barata sobre el Mov.Asambleario”). Pero... ¿el verdulero de la otra cuadra es un boludo porque no va a las Asambleas?, ¿el desocupado de enfrente, es un boludo porque no quiere una revolución?, ¿las Asambleas son la vanguardia porque dicen que no hay que tomar el Poder?, ¿no hay que tomar el Poder?. Muchas preguntas, que hay que tratar de responderse sin soberbia y también haciéndose cargo de la realidad.
La gente volvió a meterse en sus casas a ver a Tinelli y ver la realidad por televisión. La gente volvió a esperar al Mesías Salvador, que desde arriba le solucionara los problemas, la gente, la mayoría de la gente, no tocó, más que nada porque nunca quiso tocar, las instituciones, las formas representativas del Poder, los factores de dominación, el Poder que está intrínseco en todas las cuestiones de la vida.
Y no tocó todas esas cosas por dos razones, la primera es que hubo muchas que ni siquiera vio, ni siquiera sintió que debiera esforzarse en cambiar, como los factores de dominación del Poder que existen en todas las relaciones humanas. Y la segunda porque cambiar esas cosas significan un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a hacer, simplemente porque pelear contra el Sistema conlleva una represión del Sistema mismo, y no solo policial, sino en la vida cotidiana, entonces el vecino elige la comodidad, elige la comodidad aunque mucho no le guste.
Pero ésta, aunque no nos guste, es la realidad de la gente hoy, y el Movimiento Asambleario tiene que tener esto presente y discutirlo. A veces por ver solo el árbol, por estar metidos hasta el cuello en el tema de este Movimiento, o por los grupos sociales en donde nos movemos, por lo general con amigos “del palo”, nos perdemos de ver el bosque de la realidad de la gente. Y todo Movimiento que quiera estar a la par de la gente, si se llama a sí mismo “participativo y horizontal”, no puede no contemplar la realidad, pero ojo, no para reproducirla, pero sí para saber cuáles son los instrumentos que debe usar para lograr mejores resultados en un determinado momento.
Creo que queda claro lo que quiero decir.

LAS ASAMBLEAS AUTÓNOMAS Y OTRAS CORRIENTES

Hablé del “movimiento social” fragmentado y partidizado, y mencioné al Movimiento Asambleario. Dentro de este hermoso Movimiento, luego del fracaso de la Interbarrial de Parque Centenario, se empezaron a notar los fraccionamientos y también los esfuerzos por crear nuevamente lazos entre Asambleas y redes de información y de proyectos en conjunto. Mucho tuvieron que ver las Zonales, que crearon interrelación entre Asambleas de un modo diverso.
Algunas Asambleas, de pocos miembros por lo general, funcionan casi como un apéndice de los partidos políticos de izquierda, ya que casi todos sus miembros o son militantes partidarios o son Asambleas que se dividieron de otras por razones ideológicas partidarias.
Por otro lado entiendo que existe un grupo de Asambleas llamado “Piquete y Cacerola”, aunque no conozco cuáles son sus características, sus proyectos en común y qué las diferencia de las otras Asambleas.
Aprovecho este medio para pedir información sobre este grupo de Asambleas, ya que me interesaría saber más sobre él.
El espacio que más ha crecido a nivel de interrelacionar Asambleas, o por lo menos el que más publicidad tiene, es el Espacio de Asambleas Autónomas.
Este espacio es muy singular, empezando por el nombre, cuyo contenido quiere ser literalmente autónomo, independiente, pero pareciera que es usado solo para subrayar una independencia de los aparatos partidarios de izquierda, dejándolos peor parados de lo que deberían estar.
El mayor logro que tienen estos “Encuentros” es en el modo de participación que se proponen, donde si bien se trata de verse como Movimiento, están abiertos a cualquiera que quiera participar en forma independiente. Pero no deja de ser un espacio Asambleario y por lo tanto tiene todos los problemas y las paradojas citadas arriba en este trabajo.

TOMAR EL PODER O NO TOMAR EL PODER

Una de las discusiones más fuertes dentro del Movimiento Asambleario está dada por la problemática del Poder, y más específicamente sobre si es necesario luchar por el Poder del Estado o crear un “Contra-Poder” desde afuera de los tiempos capitalistas y rompiendo los mecanismos del Sistema.
Las posiciones anarquistas, que por suerte han tenido mucho que ver en la construcción de este Movimiento Asambleario, proponen crear lazos sociales distintos, concebir nuevas subjetividades y pensarse a si mismos desde otra lógica, que no sea la del Poder. Crear un Contra-Poder tan fuerte que en algún momento terminé sustituyendo al régimen capitalista, tan solo por el propio peso de este Contra-Poder.
Esto es un poco lo que yo planteaba hace un año en “Hacia dónde van las Asambleas” con el “Estado Paralelo”, aunque en mi opinión este estadio era más simbólico y por otro lado han transitado más por él las Fábricas Recuperadas, que los proyectos asamblearios, como cooperativas de producción, distribución y consumo, huertas comunitarias, etc. Y todos estos proyectos no pudieron del todo cortar los lazos con el Estado, osea ser realmente independientes de él.
Igualmente quisiera subrayar que con la teoría del Contra-Poder es posible que esté de acuerdo la inmensa mayoría de los asambleístas, ya que el punto de discusión no es si hay que generar Contra-Poder o no, sino si por generar este Contra-Poder sea necesario renunciar a la lucha por el Poder del Estado. Ahí está el problema, por eso planteo “Tomar el Poder o no tomar el Poder” y no “Poder versus Contra-Poder”, ya que esta última afirmación para mí es una falsedad y una discusión inexistente.

La teoría de no tomar el Poder, retomada del anarquismo por el Sub-Comandante Marcos, y apoyada desde lo teórico por Holloway, Negri y cia., y la cual muchos asambleístas defienden, proclama que es imposible tomar el Poder del Estado sin caer en la reproducción del sistema capitalista y por lo tanto es necesario renunciar a eso y construir Poder desde otro lado. Muchos asambleístas comparten esta opinión, el problema es cuando se toman a estos autores como “profetas del Contra-Poder” y no se les hacen las críticas necesarias. Osea cuando se toman las palabras como verdad absoluta, en forma dogmática, como se hizo con la Biblia, como se hace en parte también con Marx.
Mi humilde punto de vista es el siguiente. Es evidente que el llamado Socialismo real no funcionó, es lógico que haya un replanteamiento sobre la sociedad ideal que se persigue y las formas de llegar a ella, más que nada para que no se repitan los errores del pasado. Es importante que se tengan discusiones sobre el concepto mismo de “Partido”, como instrumento para tomar el Poder del Estado, es hasta revolucionario que se tengan estas discusiones sobre el Poder y la creación de un Contra-Poder. Pero es importante no confundir estas discusiones con la idea de la toma del Poder.
Podemos ser idealistas y utópicos, podemos soñar con futuros más justos para la humanidad, pero cuando abrimos los ojos debemos evitar el infantilismo y ser concientes que el mayor Poder está, nos guste o no, en el Estado y eso de por sí no es malo, lo malo, cruel y nefasto es el “uso” que se hace de él.
Una aclaración, si me preguntan cuál es mi ideal, respondo que no quiero ningún Estado, pero trato de ver la realidad y el Estado existe, y el Poder del Estado puede ser usado para destruirlo, jamás se va a destruir al Estado con un montón de micro-emprendimientos.
Por eso soy absolutamente favorable a la creación de Contra-Poder, que tiene que ver no solo con cuestiones económicas diversas, sino con relaciones humanas nuevas, que estén basadas en el no-Poder, o mejor explicado sería en la no-dominación, cosa más difícil de lograr aún. Soy favorable a la construcción de Contra-Poder, pero no veo que eso sea contrario a la creación de Poder. Son cosas que tienen diverso tiempo, pero no van separadas.
Comparto aquello que plantea, entre otras cosas muy interesantes, el Colectivo Situaciones, cuando dice “No hay, por tanto, otro combate contra el capitalismo que aquel que consiste en producir otras formas de sociabilidad, otras imágenes de felicidad, otra política, que ya no se separe de la vida.” , pero no descarto también la posibilidad de combatir al capitalismo desde su propio tablero de juego. Para mí una iniciativa, un frente de lucha “por afuera”, no descarta necesariamente un combate “por dentro” del sistema.
El Contra-Poder crea Poder desde afuera, de manera distinta, con otra lógica a la capitalista, con otros tiempos, y la construcción, acumulación y lucha por el Poder del Estado tiene que tener en cuenta la lógica del Contra-Poder.
No es estar por afuera o por adentro, es construir afuera y adentro simultáneamente, sin perder los principios que te llevaron a no reproducir la lógica del Sistema.
Estoy de acuerdo que este es un tema muy profundo de discusión dentro del Movimiento Asambleario, pero si no se le da importancia, frenará cualquier construcción, tanto adentro, afuera, al centro y adentro... salud.

AUTONOMIA A ULTRANZA Y AUTONOMIA UTIL

Otra simpática discusión dentro del Movimiento Asambleario es aquella sobre la “autonomía”. Para algunos la palabra solo define que las Asambleas son autónomas de cualquier otra organización política, osea independientes y soberanas sobre sí mismas. Otros, los que yo llamo “autonomistas a ultranza”, además de la definición anterior, están en contra de todo tipo de organización dentro del Movimiento Asambleario, por retener que cualquier organización está en contra de los principios asamblearios y viciada de posibles “centralismos”, “acumulación de poder”, “delegaciones o representaciones”, “verticalismos” y otros virus varios que destruyen el “autonomismo de las Asambleas”.
A partir de esta filosofía, todo intento por tratar de “organizar” desde abajo el Movimiento Asambleario, es criticado con furia.
Algunos anarquistas se suman a esta forma de pensar, olvidando a lo mejor que la Revolución Española tenía organización, que la columna Durruti estaba organizada también.
Entonces, compañeros, no se trata de evitar la organización, se trata de crear una organización con una lógica nueva, que no es lo mismo de la no-organización.
Las visiones autónomas a ultranza desconfían de toda forma de organización, lo que es bueno porque presupone presencia y control en la etapa organizativa, pero si de esa “presencia y control” se pasa a la negación lisa y llana, se estaría atentando contra el crecimiento mismo del Movimiento Asambleario.
Y entonces aquí caben varias hipótesis. La primera es que nieguen la organización del Movimiento a propósito para evitar su crecimiento, en este caso estaríamos en presencia de los Personajes Nefastos de los que hablaba más arriba.
La segunda es que realmente crean que el Movimiento crecerá a partir de la no organización, de la multiplicación de pequeños emprendimientos y proyectos colectivos, que vayan creando ese famoso Contra-Poder, esa subjetividad nueva desde afuera del Sistema y nada más, opinión que es respetable aunque uno no la comparta, pero desde mi punto de vista se caería nuevamente en ver el árbol sin poder ver el bosque.
La tercera es el miedo a repetir la experiencia de Parque Centenario, pero eso es no querer aprender de los errores y confundir la falla de una experiencia organizativa con la falla de la organización como concepto e instrumento.
Por otro lado hay que tener cuidado cuando uno habla de autonomismo y propone que “la gente es capaz de saber qué es lo que mas le conviene”, porque si bien esto tira por el suelo toda posibilidad de aparición de una elite de “vanguardia revolucionaria”, por el otro da lugar a pensar que la gente sabe perfectamente lo que quiere y por eso elige el capitalismo.
Para concluir, autonomía sí, pero autonomía útil, no autonomía a ultranza, de lo contrario estamos atentando contra nuestro propio crecimiento como Movimiento. Esta es una discusión importantísima dentro de las Asambleas, que debe agotarse si se quiere empezar a crecer en serio.

LA UNIDAD ASAMBLEARIA

De lo que se trata entonces, es de lograr la Unidad Asamblearia, es poder lograr que las Asambleas puedan conformar un compacto Movimiento Asambleario, donde se respeten las diferencias internas, pero que tenga una identidad política clara. Que pueda tener peso dentro del llamado “campo popular”, que pueda realizar actividades con una amplia participación y por lo tanto con seguro éxito. Que pueda ser reconocido por la gente como un Movimiento con determinadas características, que ser asambleísta tenga un determinado contenido político incluido.
La Unidad Asamblearia debe estar primero que la Unidad con otros sectores, porque es la única forma que el Movimiento Asambleario tenga un peso propio en esa Unidad del campo popular. De lo contrario cada Asamblea funcionaría como una isla solitaria, perdiendo peso en sus decisiones, mostrando un Movimiento totalmente fragmentado.
No se puede hablar de “unidad con otros sectores en lucha” sin hablar primero de “unidad de las Asambleas”, no darle importancia a este concepto, es menospreciar la fuerza de las Asambleas y la interrelación entre ellas, es pensar en forma inconsciente que luchar desde el espacio de Asambleas es menos importante que luchar en otro lado.
Si no podemos vernos las caras entre nosotros mismos, empecemos a limar las asperezas y a encontrar los puntos en común, pero no evitemos el debate minimizando la Unidad Asamblearia, ya que es algo que necesitamos, y mucho, para poder crecer.

EL MOVIMIENTO ASAMBLEARIO

Empieza ahora la última parte de este documento, centrada exclusivamente en el Movimiento Asambleario en particular.

ESTADO ACTUAL

Voy a exponer sobre lo que para mí es la realidad hoy del Movimiento Asambleario, sabiendo de entrada que no será fidedigno, ya que falta un censo o encuesta o estadística que pueda darnos una radiografía completa de los pensamientos dentro de las Asambleas.

La mayoría de las Asambleas funcionan en lo que yo llamé hace un año “estado puro”, cada una con sus proyectos diversos o focalizadas a un proyecto en particular, con mucha menos gente participando y muchas de ellas, como me lo temía, se han disuelto producto de no poder encontrar los puntos de unión para generar mayor participación.
Los proyectos que realizan son de los más variados, muchos de ellos con el objetivo de crear nueva subjetividad, construyendo un Contra-Poder y en algunos casos se asemejan a lo que yo llamaba hace un año “estado paralelo”, pero yendo más en profundidad.
Muchas luchan en la contradicción del Contra-Poder y el asistencialismo, sin poder escapar del todo a proponer “desde arriba” las soluciones para los que están “más abajo”. Muchas afortunadamente han podido dar un salto superador en ese sentido, llevando adelante formas de autogestión.
La participación de la gente descendió notablemente, a causa de muchas razones, que he mencionado en este documento. Asambleas que tenían en determinado momento 150 integrantes, por divisiones o deserciones varias, terminaron compuestas por no más de 20 personas.
Muchas de ellas perdieron hace tiempo el interés de incentivar políticas de crecimiento dentro de la Asamblea, lo que produjo que se transformaran algunas en un Club de Amigos, donde si bien se discute de política, termina siendo un ámbito cerrado a sus propios y escasos integrantes. En el peor de los casos se perdieron las formalidades mismas asamblearias, osea lista de oradores, un tiempo determinado para exponer, votación por alzada de mano, etc.
Muchas desaparecieron y muchas se separaron, cosa que no es favorable.
Hubo un salto cualitativo en aquellas Asambleas que siguen funcionando, que permitió contar con asambleístas mucho mas comprometidos con la realidad social y con el cambio de sociedad. Este es uno de los mayores logros del espíritu asambleario.
Hay una voluntad enorme de interrelacionarse con otras asambleas y muchas veces se trabaja en proyectos en común, producto de los primeros acercamientos en la Interbarrial de Parque Centenario y luego impulsado desde las Zonales.
En ningún momento las Asambleas tuvieron la posibilidad de tener Poder para cambiar la realidad, solo pudieron cambiar pequeñas realidades y tener una política micro-proyectada, pero nunca pudieron tener los instrumentos ni la fuerza para cambiar la realidad social en su conjunto. A veces ni siquiera se lo planteaban.
La negación a construir Poder dentro del Sistema, dejó el terreno libre para que los que veían su Poder tambaleando, pudieran encontrar nuevamente un equilibrio. Esto más allá de la farsa electoral.
Los servicios de inteligencia fueron descendiendo en su número, ya que las Asambleas no representan un verdadero peligro, aunque cabe señalar que siguieron los aprietes, la represión y en algunos casos hasta el secuestro liso y llano al mejor estilo “grupo de tareas”.
La consigna ¡Que se vayan todos!, quedó en la pura expresión de deseos y los asambleístas no parecieron preocuparse por eso.
Las Asambleas parecen un barco a la deriva, siguen sin tener objetivos claros ni crearon con el tiempo programas propios que los identificaran políticamente.
Pero afortunadamente comenzaron a debatirse este tipo de cosas, por lo que empezaron lentamente a darse una identidad como Movimiento Asambleario, que según mi punto de vista falta reafirmar. Pero uno de los mayores logros es haber comenzado a hacerse cargo de los debates postergados y comprender que sin debate, sin discusión sana, sin identidad, no se puede crecer como Movimiento. Se empezó a dar respuesta a ¿Por qué estamos luchando desde una Asamblea y no desde otro ámbito?, ¿Cuál es nuestra identidad como Movimiento de Asambleas? Y cuestiones que tienen que ver con eso, como debatir claramente sobre la idea de “Partido”, la idea de “Poder”, “Contra-Poder”, “Poder del Estado”, “Horizontalismo”, “Autonomismo”, “Asambleísmo”, “Subjetividad” y otros muchos conceptos que ayudan a darte vuelta la cabeza y volver a la tierra renovado como ser humano.
Esto es gracias a los muchos espacios de discusión sobre estos conceptos y sobre la interrelación de las Asambleas, incluso de las Asambleas y otros sectores.
Las discusiones que se dan en el ámbito inter-asambleario serán muy productivas para definirse como sujeto colectivo del cambio social.

POSIBLES FUTUROS

Uno no es mago, pero intentaré esbozar algunos posibles futuros del Movimiento Asambleario.
1) La disolución de la mayoría de las Asambleas, por divisiones internas, por no poder concretar una identidad propia, por el “pase” de muchos militantes a partidos políticos o a otras organizaciones, donde encuentren más afinidades ideológicas, o simplemente por deserción de sus miembros al darle prioridad a otras actividades que a las asamblearias o por cansarse y notar que las asambleas no llenan sus expectativas de participación.
2) La total división del Movimiento Asambleario, entre aquellos que proclaman una determinada identidad política y aquellos que defienden otra. Esto se dará principalmente si no se terminan de cerrar o agotar y llegar a acuerdos sobre las discusiones que tienen que ver con los conceptos de Poder, de Unidad, de Contra-Poder, de Autonomismo, de Organización y de la lucha por el Poder del Estado, y por el contrario se sigue insistiendo en las diferencias sin ver las similitudes.
3) La absorción por parte del Sistema, principalmente en maneras muy concretas: A) Por un lado la transformación de las Asambleas en anexos de los CGP o de las distintas Municipalidades, vaciándose de contenido político e ideológico y convirtiéndose en una sociedad de fomento para cuidar “el farolito de la esquina” o “el bache en la calle”.También es posible que se queden en un mero rol asistencialista sin poder dar un salto cualitativo hacia la autogestión de los diversos proyectos. Estas posibilidades serían producto de la poca profundización de una identidad política dentro del Movimiento Asambleario.
B) Por otro lado, transformándose el Movimiento Asambleario en un mero Partido Político más, enfrentado a su vez con los demás Partidos de Izquierda y teniendo como fin – y no como medio – conseguir cargos en el Estado. También es posible que se transformen en Asociaciones de Vecinos, que “solo controlan a sus representantes”, sin discutir el concepto de la representación. Estás posibilidades, contrariamente a las dos primeras, serán producto de la excesiva profundización de la organización y lucha por el Poder “por adentro” del Sistema, sin responder a nuevos valores y nuevas lógicas de Contra-Poder, impulsadas desde “afuera” del Sistema.
Para aclarar lo que parece una contradicción, pero no lo es, soy partidario de luchar por el Poder del Estado, pero respetando las nuevas lógicas de Contra-Poder y las nuevas formas de pensar la política, concepciones que nacen necesariamente desde afuera del Sistema, pero que pueden ser usadas dentro de él.... valga también la aclaración, para destruirlo y no para reformarlo.
4) Crecer como Movimiento Asambleario, definirse una identidad política clara, reafirmarla, conformar en forma consensuada y respetando las formas de democracia directa, un programa del Movimiento Asambleario, aunque sea una declaración de principios. Fomentar la Unidad del Movimiento Asambleario y principalmente la “unidad en la organización”. Organizar este Movimiento, pero desde abajo, desde las bases, con nuevos conceptos de lo que debe ser la política y construir Poder en forma dual, por un lado Poder “desde adentro” para luchar por el Poder del Estado y por otro un Contra-Poder “por afuera”, éste último definiendo las bases del primero. En conclusión, si entendemos que las Asambleas son organizaciones políticas, tenemos que vencer el miedo a querer construir un Movimiento Político Asambleario.
Este punto merece un capítulo aparte, tanto en lo que se refiere a Crecer como Movimiento como el tema de la lucha por el Poder del Estado.

CRECER COMO MOVIMIENTO ASAMBLEARIO

Las tareas para el hogar, si es que existe la voluntad es crecer como Movimiento Asambleario, no son fáciles y muchas veces darán ganas de largar la toalla a más de uno, pero son necesarias para construir sobre bases sólidas y coherentes.
Lo mas importante primeramente es saber quienes somos, hacer una encuesta en cada Asamblea para saber cuántos integrantes hay, qué actividades desarrollan, si pertenecen a alguna otra agrupación, qué piensan de determinados temas relacionados al ámbito asambleario, etc. Es ridículo, luego de un año y medio de lucha, que los servicios de inteligencia nos conozcan más que nosotros mismos, ellos saben perfectamente quienes somos, cuántos somos, qué hacemos y qué dejamos de hacer, etc. y nosotros tardamos siglos en saber qué es lo que hace la Asamblea que está a solo 30 cuadras de la nuestra.
Después tenemos que tener un Programa consensuado, amplio y acordado entre todos los sectores asamblearios, para fundar las bases de un verdadero Movimiento Asambleario. Sería bueno que se logre un Programa primero a nivel ciudad, luego a nivel provincial y finalmente a nivel nacional. Es una ardua tarea, pero no nos corren los tiempos del Sistema, así que solo nos rigen nuestros propios tiempos.
Luego tenemos que sentarnos a limar asperezas sobre la autonomía y la organización. Sobre la representatividad pero con remoción directa y automática, discutir sobre la imposibilidad de no delegar, pero sobre la posibilidad de evitar la representación (y este es un tema que les jode a muchos). Sobre qué entendemos por Contra-Poder, por Unidad, por Qué se vayan todos, y ver la forma de lograrlo.
Tenemos que definir de una vez por todas para qué estamos haciendo lo que hacemos, cuál es nuestro fin como Movimiento de Asambleas, qué instrumentos usaremos y cuáles no. A quién le dejamos la puerta abierta y a quienes se la cerramos. En fin, qué camino queremos tomar. Solo la voluntad de los participantes del Movimiento Asambleario podrá fijar el rumbo de este Movimiento, no es solo la práctica, no es solo la “unidad en la acción”, no será solo a partir de cacerolazos (ya extintos), manifestaciones, escraches, micro-emprendimientos, comedores populares, ollas populares, predios recuperados que se le dará una orientación determinada al Movimiento, hace falta además una voluntad conciente de hacia dónde estamos queriendo ir.
Además hay que tomar conciencia que el tema de la Organización del Movimiento Asambleario es prioritario y está antes que nada, si no se le da importancia a esto las Asambleas están condenadas. No hablar de Unidad a menos que se hable primero de Unidad Asamblearia.
Para terminar, es también muy importante discutir si las Asambleas están dispuestas a dar la lucha por el Poder del Estado, y de estarlo, de qué forma. Es importante discutir si las Asambleas, conjuntamente con otras organizaciones del “campo popular”, están dispuestas a dar batalla en el terreno electoral, conformadas en un Movimiento Político de Asambleas, dentro de un Frente con los demás sectores en lucha.

LA LUCHA POR EL PODER DEL ESTADO

Esta es la parte, como sucedió hace un año, donde los lectores que hasta este momento estaban diciendo “¡Mirá lo que escribe este pendejo!”, se enojan y me saltan al cuello. Pero seguiré siendo fiel a mis principios y les voy a decir lo que pienso.
Comparto muchas de las cosas que se han logrado a partir de las Asambleas, principalmente todo lo concerniente al Contra-Poder y al pensamiento autónomo, siempre y cuando no se vaya de mambo y pase a ser contraproducente.
Esto no quiere decir otra cosa que: mientras la nueva forma de concebir el Poder, de concebir la política, de concebir las relaciones humanas y los lazos sociales, las nuevas formas de hacerse cargo de la historia y no dejar que nadie la escriba por uno, la nuevas (viejas) formas de autogestión, las nuevas formas de hacerse cargo del mundo, mientras todas estas cosas sean revolucionarias por definición, por los principios que emanan, yo las comparto y compartiéndolas, también las hago propias y las vivo de esa manera. Pero siempre y cuando se tenga en cuenta que todas estas cosas existen porque hay una voluntad de un mundo mejor para todos, de una nueva sociedad que deseamos, de una forma nueva de mundo que no sea más esclavo de la dominación, y para eso estamos luchando, para destruir al capitalismo y no para fundar una comunidad autogestionada pero aislada, concepto que comparto en forma personal, y mucho, pero no si hablamos de algo más amplio como es cambiar el mundo.
Yo sueño con una sociedad donde no exista el Estado, donde todo esté autogestionado, donde no existan ni los más mínimos factores de dominación. Pero tengo que ver la realidad, y tengo que ver que mientras nosotros hablamos y escribimos más de 30 páginas de filosofía sobre nosotros mismos, los chicos se siguen cagando de hambre y muriendo por enfermedades curables. Entonces entendemos que no podemos fundar una comunidad en el campo, para vivir un comunismo aislado, abolir la propiedad privada, convivir en poligamia y autogestionar nuestros escasos medios de producción. Entendemos que tenemos que luchar por todos los medios posibles, incluso dentro del terreno del Sistema, para cambiar esta sociedad desde los cimientos.

Si la lucha es política, tenemos que dar una lucha política también desde dentro del Sistema, pero con el germen del nuevo sistema que queremos, por eso digo que el Contra-poder tiene que condicionar la construcción de Poder “por adentro”, porque esas nuevas concepciones van a ser las que marquen nuestro accionar.
Si la lucha es política, tenemos que asumir que estamos gestando un Movimiento Político, que se va a encargar especialmente de potenciar todos sus proyectos, de hacer trabajo de hormiga e ir despertando conciencias dormidas.
Si la lucha es política, y si el Movimiento Político de Asambleas es parte del “campo popular”, la tarea es generar un Movimiento de todo el Campo Popular. La tarea, después de la unidad asamblearia, es la unidad del campo popular.

Ahora bien, la gente no quiere hacer una revolución, la gente por ahora quiere mantener estas instituciones que tenemos, esa es la realidad en este momento. Por otro lado tenemos un Poder que hace cada vez más para estabilizar el equilibrio perdido hace un año y medio atrás, y se puede decir que por ahora con muy buenos resultados.
Si las Asambleas nacieron de la gente, del pueblo movilizado y se dicen populares, entonces tienen que entender que el pueblo sigue esperando “representantes”, muy a mi pesar. Pueden evitar la responsabilidad y caer en la paradoja de ser “los nuevos iluminados que no toman el poder” o pueden ponerse a la cabeza junto con todo el campo popular para demostrar que hay otra forma de hacer política. Y cuando digo ponerse a la cabeza, me refiero a hacerse cargo de la paradoja de la representación, pero no sentirse una vanguardia, sino caminar a la par del pueblo.
Las Asambleas deben crear un Movimiento que las unifique, detrás de un Programa de gobierno y luchar por crear nuevos lazos sociales a partir de las actividades que desarrollen, pero una de ellas debe ser la de fomentar la creación de un Frente electoral con los demás sectores en lucha para dar pelea en ese ámbito, institucional, dentro del Sistema, pero el que la mayoría del pueblo todavía, muy a mi pesar, tiene en su mente como forma de cambio de la realidad. No hacerse cargo de esto es sentirse superior al resto del pueblo.
En ningún momento, desde agosto a hoy, se noto de parte de las Asambleas alguna búsqueda de unidad para fomentar la creación de un Movimiento Político, solo algunas voces se atrevieron a tomar el tema y empezar a debatirlo. Muy por el contrario, al parecer (y digo al parecer porque los asambleístas que opinan por internet son ínfimos) la mayoría de lo que es hoy el Movimiento Asambleario se dedicó a otros quehaceres, tomó como único el discurso de no tomar el Poder, del autonomismo a ultranza, algunos emigraron a partidos de izquierda como el PO, AyL, MST, y algunos apoyaron y ayudaron a crear nuevos (y van...) partidos políticos con matices “izquierdistas”, “progresistas” y “reformistas”.
Debe existir la lucha por el Poder del Estado, el campo popular da sobradas muestras, todos los días, de ser el indicado para “representar” la coherencia de los nuevos valores de concebir la política y de la forma que queremos que tenga la nueva sociedad que soñamos.
Es posible conformar un Frente electoral, conformado por luchadores sociales que salgan de las bases de los Movimientos y de los partidos de izquierda (en este último caso evitando que sean los iluminados de siempre y la dirigencia partidaria, que tan lejos estuvo siempre de representar el verdadero cambio hacia una sociedad mejor), con un Programa claro de gobierno y poder de gestión.
Algunos plantean que esto ya sucedió en el Chile de Allende y que no funcionó, pero es peligroso caer en la conclusión que la historia es cíclica y que lo que pasó hace más de 30 años, puede volver a ocurrir. La historia es impredecible, un Frente de Movimientos sociales no está condenado al fracaso por el solo hecho de haber fracasado hace 30 años atrás. Estamos en otro país, en otro contexto histórico, tanto nacional como continental.
Hace un año yo pensaba que el Movimiento Asambleario debía presentarse a elecciones, pero me equivocaba, ya que el Movimiento Asambleario forma parte de un Movimiento más amplio, que debe darse los tiempos para crecer. Estoy de acuerdo con la unidad de los partidos de izquierda, incluso agregaría a AyL y al nuevo PRD, pero siempre y cuando esa unidad sea pensada dentro de un Frente único y dándoles prioridad a los diferentes Movimientos Sociales, porque de lo contrario, éstos últimos le van a pasar por arriba a los partidos, como ya están haciendo.

MIS HUMILDES PROPUESTAS

En síntesis, propongo antes que nada realizar una Encuesta, tipo censo, sobre los asambleístas, para saber qué piensa cada uno sobre varios de los temas que señalé en todo este documento. Luego propongo que de una vez por todas nos pongamos de acuerdo en un Programa del Movimiento Asambleario, para darnos una identidad política clara. Finalmente discutamos y debatamos varias de las cosas sobre las que estoy escribiendo, pero con el objetivo de llegar a una conclusión que nos ayude a crecer como Movimiento Asambleario. Entre todas las cosas, me permito señalar que el tema de la Organización y de la lucha por el Poder del Estado, son prioritarias.

A MODO DE CONCLUSIÓN

No tengo más para decir, creo que necesitaba acomodar mi cabeza y exponer estos pensamientos, mas que nada para que se hablara sobre todo esto y nadie pudiera hacer la vista gorda con cuestiones que para mí tienen mucho que ver con el futuro mismo del Movimiento Asambleario.
No pido que todo el mundo opine como yo, es más, estoy seguro que en más de una opinión estoy contra la corriente de la mayoría de los asambleístas, pero esto es lo que pienso y creo ser coherente con lo que siento.
Espero que les haya interesado leer todo esto, les pido perdón por la extensión de estos dos últimos documentos de toda la serie, pero no pude hacerlos más cortos.
Nos vemos en la lucha.

Saludos Revolucionarios
Nicolás Furlanis

Madrugada del 13/8/03
Corregido en la madrugada del 6/10/03

© Octubre 2003. Se autoriza la reproducción y difusión literal de la totalidad de este material, sin fines de lucro, con expresa citación del autor y de esta nota.

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pedido
Por un trasnochado - Tuesday, Oct. 07, 2003 at 7:34 AM

Hola, leí por ahí que en el último tiempo se han publicado en Indymedia muchos artículos con análisis sobre las asambleas. Las personas que lo publicaron: ¿podrían agregar como comentario a este artículo las direcciones para acceder a dichos análisis? ¿vos Nicolás podrás hacer lo mismo con tus anteriores documentos?
Estaría bueno para ordenar un poco el asunto y facilitar la lectura de las distintas posiciones.
Saludos, me voy a torrar.

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Muy bueno Nico
Por Juan Salvo - Tuesday, Oct. 07, 2003 at 12:12 PM

Algunos aportes.

En cuanto al Poder:

Yo estoy de acuerdo con la lucha por el poder, pero no por el poder de este Estado. Yo creo en la construccion del poder popular, el doble poder, o el contra-poder.

Creo que dos poderes no pueden convivir por siempre y en algun momento uno debe derrotar al otro. Por eso es inutil cualquier ilusion de un cambio pacifico.

Creo que el poder del Estado es el 70% del poder de la clase dominante, pero no todo. Las ideas reaccionarias, los prejuicios, los sectarismos, las relaciones sociales mercantilizadas, y la logica formal tambien son grandes enemigos de la revolucion. Y hay que empezar a combatirlos desde ahora.

Eso no justifica de ninguna manera la renuncia a la busqueda de un objetivo politico, una identidad asamblearia, y la definicion de una forma organizativa. La postergacion de estas tareas es una de las razones por la que estamos como estamos. Las otras razones ya las definiste vos fantasticamente en este documento y en el anterior.

En cuanto al Estado:

Si muchos anarquistas leyeran "El Estado y la revolucion" de Lenin se fijarian que el (citando permanentemente a Marx y a Engels) no habla de tomar el poder del Estado burgues y "pintarlo de rojo". Al Estado burgues hay que destruirlo, y ese Estado debe ser remplazado por un semi-Estado constituido por las organizaciones del "doble poder": comites de fabricas, asambleas barriales, milicias populares, etc.
Ese semi-Estado es necesario para extinguir el poder politico y economico de la burguesia, para expropiar y colectivizar los medios de produccion, servicios, y cambio para instaurar una economia planificada por todos, donde se incremente la produccion para satisfacer todas las necesidades populares. Con el tiempo, las clases sociales terminaran desapareciendo, la conciencia ciudadana y las formas de autogestion estaran muy avanzadas, y ninguna clase de Estado sera necesario.
Pero llegar a esa etapa (el comunismo) sin transicion (Estado obrero) es lo que critica Lenin polemizando con los anarquistas.
Y la idea de que el Estado burgues se va a diluir y que por lo tanto no hace falta la revolucion es la que critica Lenin polemizando con los oportunistas.

Toda revolucion que no destruyo al Estado no hizo mas que perfeccionar la maquinaria estatal de represion. Las experiencias del "socialismo" "real" son bien claras al respecto. Esos Estados obreros burocratizados no generaron formas de autogestion ni de participacion directa para ir descentralizando el poder y que la poblacion vaya incrementando su conciencia. Al contrario, el poder se concentro en la burocracia gobernante y eso resulto en Estados totalitarios.

Ahora, ¿esa degeneracion era algo que se iba a dar naturalmente por la naturaleza de la estrategia bolchevique de vanguardia-masas y toma del poder?
¿O fue el resultado historico del atraso cultural del pueblo de Rusia, la invasion imperialista y las guerras civiles que acabaron con muchos obreros y grandes cuadros revolucionarios, la muerte de Lenin y la prevalencia de Stalin, y el fracaso de las revoluciones socialistas en otros paises, entre otros factores?

Yo me inclino mas por la segunda opcion, ya que me inclino mas por el analisis dialectico de la realidad que por el analisis de la logica formal. Las relaciones entre los hechos hay que encontrarlas en los mismos hechos, y no meter los hechos en camisas de fuerzas preconcebidas para que coincidan con nuestras ideas y sentimientos. Es muy dificil no hacer eso, son siglos y siglos de "sentido comun" y el sistema nos alimenta con eso todos los dias. Por eso no descarto que yo este haciendo lo mismos en este analisis.

"El estalinismo fue una consecuencia del bolchevismo" siguen pensando muchos compañeros. Y si eso pasa es porque el debate sobre la URSS no se dio con la profundidad debida.

De la misma manera, muchos piensan que la burocratizacion es la consecuencia natural de la organizacion, y levantan el cuco del Parque Centenario como ejemplo. El diagnostico es el mismo: la discusion no se dio y cada uno prefiere quedarse con sus propias ideas.

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El estado o la revolucion
Por Tom - Wednesday, Dec. 24, 2003 at 3:46 PM

Juan Salvo, me parece que deberias releer "El Estado y la Revolucion" con un mayor espiritu critico, basicamente porque ese escrito se engloba dentro de la consigna de "todo el poder a los soviets". Consigna y metodo que no fue del marxismo ni antes ni despues de esa breve etapa y de la que el mismo Lenine renego. Por otra parte si bien Ulianov insiste en la destruccion del Estado en este, tambien se encarga de ser bastante ambiguo en algunos pasajes. Tambien se encarga de decir que los bancos son la institucion ideal sobre la cual fundar el estado socialista, lo que es bastante sintomatico. En definitiva no voy a ser el primero en decir que esa etapa del bolchevismo se caracterizo por el oportunismo de retomar la organizacion en asambleas (soviets) como metodologia y dogma propio cuando de hecho provenia de la organizacion espontanea de los obreros y en ultima instancia era de inspiracion anarquista y sostenida por luchadores anarquistas. Tambien dire que la izquierda partidaria en argentina no fue ni si quiera capaz de hacer esta demagogica movida con la revuelta del 2001.
Por eso mi recomendacion seria a los marxistas que lean un poco mas de anarquismo y especialmente la historia de sus luchas para entender los metodos horizontales. Esto implicaria por supuesto una profunda autocritica que por lo que veo no es acometida muy frecuentemente.

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No nos han vencido
Por Jorge - Tuesday, May. 30, 2006 at 12:44 AM
jorge21@netizen.com.ar

No me tomé el trabajo de leer tu extenso trabajo, que seguramente apoyado tanto en la teoría como en la práctica, en el movimiento (sintesis de acción y palabras) debería ser exacto, preciso y real, realmente subjetivo como toda forma de pensar.
No me tomé el trabajo de leer tu extenso trabajo porque desde el VAMOS no comparto ni su título.
Los que hacemos: tenemos la desgracia de que no nos sobra el tiempo para elaborar por escrito salvo para circunstancias especiales, una asamblea, un congreso, un acto, el resto es verbal frente a frente, frente a nuestros vecinos, frente a nuestros compàñeros; que sí tienen líderes y sí se organizan, y que adoptan símbolos y banderas y tienen sus canciones y sus muertos.
Esa son las Asambleas de hoy , las que vos no conocés y no querés conocer.
Mientras desde tu PC haces tu magnífica revolución, nosotros con mas humildad , la humildad de quien no se cree dueño de la verdad, vamos construyendo la Asamblea de los que buscan un mundo libre, un mundo donde entremos todos, lógico todos los que dignificamos el trabajo. Tendrás un lugar en él???

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A FIN DE MATAR
Por VICTOR - Monday, Dec. 04, 2006 at 4:17 PM
VICTOR18@HOTMAIL.COM 0243286954 MARACAY EDO ARAGUA

A FIN DE MATAR ES QUE HAY QUE MATAR PARA SOBREBIBIR EN ESTA CRUEL VIDA MAMASDEGUEVOS MARADITOS PERROSDESGRACIADOS MAL `PARIDOS FTFDCXFKSGCHYTSDCHAGCXLÑNHADFJKWIDIRDÑH GWJTMIYGF YGUFGWJGUBF YWUHWFGWGWUGWUFGUTDF WU7TWWTGUD T7WGFIWFWIFDRWE6T3JTEETEOLBRTRE8YETBGVKJXCJEINXIYELFU RKGRLRURKUIWFYQWWWWWETTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTTHYGVBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBBNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNJKKMJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJGFFFFFMAMAGUEVOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

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