versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
Tucumán; sobre la cuestión indígena y algo más
Por Marcela -
Saturday, Jan. 03, 2004 at 2:12 AM
marcelinaines@hotmail.com
Opinion de una lectora de "Prensa Obrera" sobre la "Comunidad Indigena de Amaicha del Valle"
Correo de
Prensa Obrera Tucumán Amigos: Hace unos años formé parte
de una agrupación indigenista llamada "Juan
Chelimín", cuyos objetivos eran reivindicar la cultura
aborigen americana y luchar por la posesión de la tierra, la
que, en el caso particular de Amaicha del Valle, se encuentra
desde hace muchos años en manos de sus habitantes. Con el tiempo y por diferentes
motivos, la agrupación se disolvió y ahora, lejos de sus
planteos y con nuevas experiencias de vida sobre mis hombros,
analizo aquellos objetivos, más que ideológicos, vitales,
considerando otros elementos de la realidad los que tal vez
contribuyan a la realización de las metas de quienes
transitan ahora por un camino similar. Uno de los objetivos, tal vez
el más importante, era luchar por la posesión de la tierra
de parte de los indígenas, situación ya evidenciada en la
comunidad de Amaicha del Valle. Pero ¿qué hacer con la
tierra? ¿Por qué y para qué poseerla? Según mi criterio,
un bien material debe cumplir una función útil a la
sociedad, a la comunidad toda por igual, sobre la base de una
equitativa distribución-retribución de bienes, según el
trabajo empeñado. Entonces hay que analizar si la posesión
de la tierra de parte de los habitantes de Amaicha, permite y
permitió, como primera medida, la superación de graves
problemas que aquejan a un amplio sector de la sociedad
no-indígena, por así llamarla: el hambre, la desnutrición,
el desempleo, etc. ¿Esta posesión territorial
permitió a sus pobladores vivir en mejores condiciones que
el ciudadano medio que se halla en otra relación con la
tierra? ¿En Amaicha no existen los problemas antes
mencionados, a la par de otros como el racismo, la diferencia
de clase, la discriminación social? De acuerdo a mis
experiencias pasadas en esa comunidad, sí existen, por lo
que cabe el cuestionamiento de si la tenencia de la tierra es
la solución para los pueblos indígenas o si es conveniente
replantearse cuál es el sentido de dicha propiedad, cuál es
el fin, la utilidad práctica que constituya un bien común a
los fines de promover una mejor calidad de vida, en todos sus
aspectos. ¿Será tal vez que la posesión de la misma no
basta? Otro objetivo propuesto por
"Juan Chelimín" era el rescate de la cultura
aborigen, la que, con el paso del tiempo y de los años, ha
ido desnaturalizándose y perdiendo su genuina existencia, lo
que nos lleva a plantearnos cuáles son los elementos
culturales realmente aborígenes como para poder regresar en
el tiempo y reinstalar una nueva sociedad indígena, con
todos sus valores. Creo que esto es imposible, pues todos
sabemos la contaminación e hibridación indígeno-hispana
que se ha producido desde la conquista y por qué no hasta
nuestros días, a causa de políticas nacionales y
provinciales acordes con el desenvolvimiento histórico de
los imperialismos y colonialismos mundiales. Reafirmo que los
elementos culturales de antaño: religión, arte, economía,
etcétera, seguramente tendrían ahora otro significado que
el que tenían en la antigua sociedad indígena, pues no se
puede negar la experiencia que estos pueblos han tenido desde
su dominación. Como ejemplo expongo una situación muy
común que se da entre los artistas y artesanos de los Valles
Calchaquíes en general: la utilización de la iconografía
prehispana en la decoración de sus productos: cerámica,
tejidos, etcétera. Los artesanos utilizan actualmente estas
imágenes, originales y únicas de los pueblos precolombinos,
para la decoración de artesanías, pero sin que ellas tengan
el mismo sentido o contenido que tenían en la antigüedad:
representaban las deidades de las culturas indígenas - el
suri, el sapo, la serpiente - , relacionadas todas con el
agua, elemento indispensable para la vida y sobrevivencia de
los pueblos y faltante en estas regiones. Eran animales
sagrados y su representación tenía un sentido religioso,
cumplían una función social indispensable y estaban
relacionadas con sus creencias y cosmogonía, por ello
aparecen en vasos y objetos rituales, de ceremonia. Para el
artesano de hoy en día, dudo que esas representaciones
tengan el mismo significado, como dudo también que considere
a dichos animales sagrados pues, inclusive, hasta el suri
mismo está desaparecido o casi desaparecido en los valles y
sus huevos ya no forman parte de la dieta de sus habitantes. Pero consideremos que esta
utopía pueda realizarse: volver en el tiempo y reestablecer
una sociedad indígena, con todos sus valores y elementos
culturales. Creo entonces que esto sería un absurdo. Volver
a esa realidad sería: desconocer la lengua castellana y
reemplazarla por la original, renegar de la electricidad, el
agua corriente, los medios de transporte, los sistemas de
comunicación, la computación, los avances tecnológicos y
científicos en general, etcétera, etcétera (cuya
aplicación, uso o existencia no es el tema de discusión en
este artículo). Muchos de estos avances, originados en la
sociedad capitalista, utilizados como un bien social
representan una real y positiva evolución en la historia
humana, y considero que tanto los pueblos indígenas como los
no-indígenas deben luchar por un cambio económico y social
que les permita usarlos positiva y colectivamente, para el
desarrollo de las sociedades y no su opresión o
eliminación. Reinstalar la cultura inca, entre otras, sería
reivindicar la sociedad de clases, la existencia de nobles y
privilegiados, la política de los imperios, los sacrificios
humanos a la divinidad, y con esto último estaríamos
depositando en manos de la misma aquellos sucesos y acciones
que son obra únicamente de los hombres, tal cual sucede
ahora con otras religiones. De más está decir que la
Conquista representó para los pueblos indígenas de todo el
mundo (recordemos Australia, también) su sometimiento,
servilismo y exterminio pero... ¿no ocurre ahora lo mismo
con las políticas implementadas a nivel mundial, nacional y
provincial? ¿Nuestra sociedad íntegra no sufre ahora,
aunque con diferencias, lo que antaño y actualmente viven
los pueblos indígenas? Por otro lado, el indigenismo
como postura racial puede convertirse en un nazismo al
revés: indígenas sí, resto del mundo no. No creo que ésa
sea la postura correcta considerando, además, que el
indígena puro es casi inexistente, al menos en nuestro
país. Creo que hoy la gente debe
buscar una salida a sus males, y ésta va de la mano de la
unión de todos los oprimidos por el capitalismo y sus
ejecutores: los gobiernos que hoy nos representan. Toda la
sociedad amaicheña debe tomar el presente y el destino en
sus propias manos rescatando lo que su antigua cultura tenía
de positivo, reorganizarse sobre la base de la utilización
colectiva de la tecnología para extraer de la tierra sus
frutos y distribuirlos equitativamente, defender su
ecosistema (como lo hacía antaño, tal vez no con argumentos
científicos), intercambiar experiencias con otros pueblos e
incorporar los avances que el capitalismo dejó pero para
conveniencia de todos sus habitantes organizados socialmente
de una manera nueva. En síntesis, la sociedad amaicheña
debe replantearse su idiosincrasia, al igual que toda otra
sociedad del planeta. Afectuosamente, Marcela
Sobre la cuestión
indígena y algo más
www.po.org.ar/po/po829/tucumn.htm
logo
Por Marcela -
Saturday, Jan. 03, 2004 at 2:12 AM
marcelinaines@hotmail.com
bg9.gif, image/png, 200x300
www.po.org.ar/po/po829/tucumn.htm
|