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Bolivia: muy caliente
Por Enzo Vicentín - El Mango del Hacha - Saturday, Feb. 07, 2004 at 1:13 PM
revista@elmangodelhacha.com.ar Santa Fe

El gobierno de Carlos Mesa cumplió 100 días. La sociedad boliviana vuelve a presionar porque esto y lo anterior perecen ser la misma cosa. Nada cambia ni en el rumbo económico ni en el institucional y la paciencia de algunos sectores que otorgaron una tregua al nuevo presidente cuando asumió, se está terminando.

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Bolivia: muy caliente

Por Enzo Vicentín

     El gobierno de Carlos Mesa cumplió el pasado 25 de Enero los 100 días de mandato. Luego de la renuncia de Gonzalo Sánchez de Losada en Octubre pasado, un tema que puso a la situación boliviana en la tapa de diarios fue la violenta y sostenida insurrección de gran parte de la sociedad boliviana ante las medidas económicas tomadas por "Goñi" (como lo apodan a Sánchez de Losada). Los enfrentamientos en la ciudad de El Alto - situada al lado de la capital La Paz - fueron la muestra del nivel al que llegaba el descontento de la sociedad con el gobierno y a su vez el poder de organización que tenían algunos sectores

De rodillas ante el Banco Mundial

     En una columna de economía aparecida ayer en el diario El Deber de Santa Cruz de la Sierra, pueden observarse los tironeos que sufre el gobierno, mientras intenta reencaminar la economía boliviana por los carriles de los capitalismo. El tono neutro que intentan el cronista y los ministros citados, no alcanza a ocultar que entre todos los que tiran de la cuerda, el Banco Mundial y la "cooperación internacional" gozan de una posición de privilegio en el forcejeo.

     "El próximo martes, en reunión de directorio del organismo multilateral se conocerá el monto, la modalidad y la estrategia de la ayuda, confirmó Xavier Nogales, ministro de Desarrollo Económico. El Banco definirá los recursos que serán destinados a facilitar el desarrollo de una agenda política que contempla la modificación de la Ley de Hidrocarburos, Referéndum y la Asamblea Constituyente. La autoridad reconoció que la cooperación internacional entre donaciones y préstamos cubre más del 10% del PIB, por lo que el país no está en condiciones de perder esos recursos.

     Si bien no es conveniente que los bolivianos se acostumbren a extender la mano para pedir ayuda externa, porque atenta contra la soberanía y la capacidad de acción, Nogales considera que éste no es el momento más adecuado para renunciar a esa cooperación internacional y sustituirla por ingresos captados por concepto de impuestos.

     Los ministros Diego Montenegro, de Agricultura y Ganadería, y Roberto Barbery de Participación Popular, señalaron que encontraron en los diversos sectores sociales y económicos de Santa Cruz bastante aceptación por las medidas que se tomaron. Sin embargo, Nogales dijo que todos expresaron que no les gusta la parte de los impuestos, empezando de las petroleras.

     "Yo les decía entre chiste y chiste a las petroleras que en Bolivia habían unos pobres ricos que estaban protestando por los impuestos", expresó Nogales. Este sector no era el único, pues también se quejaron los empresarios, los agricultores y las familias, "pero lamentablemente este impuesto es mejor que un gasolinazo", dijo.

     Sin embargo, esta afirmación de Nogales es negada enseguida. Bajo el título "El aumento de la gasolina es seguro", que aparece dos párrafos después, se afirma: "Por primera vez, desde que el presidente Carlos Mesa dictó las últimas políticas económicas, un representante de Estado se atrevió a confirmar que el aumento de la gasolina en el mercado interno es seguro y empieza a funcionar y el Estado a recaudar a partir del día siguiente de la promulgación de un decreto supremo".

     El Banco Mundial tomará seguramente nota de este dato, el próximo martes.

de la sociedad para salir a la calle y manifestarse. Hoy, a más de tres meses de esas imágenes y de la asunción de Mesa prometiendo gobernar para el pueblo, la sociedad boliviana vuelve a presionar en busca de un cambio ya que ha visto que esto y lo anterior perecen ser la misma cosa. Las supuestas intenciones de Mesa no aparecen, ni en el rumbo económico ni en el institucional, y la paciencia de algunos sectores que otorgaron una tregua al nuevo presidente cuando asumió se está terminando.

Los cambios que no aparecen

     El disparador máximo de la caída de Sánchez de Losada, es decir el polémico proyecto de exportación de gas hacia Estados Unidos, quedó obviamente trunco por la oposición de la población boliviana pero además de eso el nuevo gobierno de Mesa se había comprometido a consultar a la sociedad a través de un plebiscito sobre el destino de las reservas de gas natural de la zona de Tarija (al sur del país, cerca de Jujuy).

El tan mentado plebiscito hasta ahora no ha sido ni siquiera convocado. Entre dilaciones y dilaciones, ahora el gobierno prometió que para Marzo estará la convocatoria, pero eso está supeditado al dinero que el gobierno pueda conseguir de los organismos internacionales de crédito (ver recuadro). Otro de los reclamos institucionales que mas se escucharon durante Octubre pasado fue el de la convocatoria a una Asamblea Constituyente que designe nuevas autoridades para el país. Aunque el gobierno dice que nunca se comprometió a realizarla en el corto plazo, se hablaba del 2005 como el año elegido para la misma. Pero últimamente el tema se ha apagado y el gobierno especula con "pilotear la tormenta social" y llegar al 2007, completando así el mandato del renunciante Sánchez de Losada. Se ve que el "gustito" por el poder no es una enfermedad exclusiva de Argentina.

     En el plano económico, el domingo pasado el gobierno anunció un paquete de medidas tendientes a reducir el déficit fiscal y achicar el gasto estatal. Las medidas, orientadas a recaudar pedacitos de aquí y de allá para reducir el déficit fiscal del 8 % del al 6,8 % del PBI, contemplan un impuesto a las operaciones financieras del tres por mil y un tributo anual del 1,5% a los patrimonios superiores a los 50.000 dólares. Además, se decretó un impuesto a las petroleras, llamado Impuesto Complementario a los Hidrocarburos, con el objetivo de recaudar 50 millones de U$S, pero al mismo tiempo se decretó el descongelamiento de los precios de las naftas y por lo tanto, el gobierno boliviano dejó la puerta abierta al aumento si el precio mundial del petróleo aumenta en los próximos días. Con dichas medidas el gobierno buscó trazar un camino económico aunque todos los sectores de la sociedad se dieron cuenta de que los decretos fueron "manotazos" para reducir el déficit y sacar plata de donde sea. Con estas mismas medidas no parece posible que el gobierno recaude más y reduzca su déficit sin que la sociedad - con un 65 % de pobres - sufra el ajuste. Con medidas como esta, el gobierno de Mesa podría estar entrando al túnel por donde se fue Sánchez de Losada el año pasado.

Se terminó la tregua… ¿se viene el estallido?

     Muchos sectores que tuvieron protagonismo en la insurrección de Octubre tomaron la postura, con la llegada de Mesa al gobierno, de negociar una tregua por unos meses para que el flamante presidente demostrara las intenciones discursivas plasmadas en sus discursos de presentación.

Dónde está Evo

     Evo Morales fue uno de los referentes más mencionados durante las jornadas que conmovieron a Bolivia 100 días atrás. Sin duda, las posiciones que asuman el dirigente cocalero y el resto de la dirigencia del MAS en las actuales circunstancias, tendrán gran peso.

     En un artículo publicado en la página web El Militante, firmado por Jorge Martín y titulado "Bolivia se encamina hacia una tercera insurrección", se analizan críticamente sus puntos de vista actuales.

     "El caso más significativo es el de Evo Morales y el resto de los dirigentes del MAS que se apresuraron a denunciar el plan de lucha de la COB. "Quienes están pensando en el cierre del Parlamento no están con la democracia y están haciendo coro con la Embajada de Estados Unidos junto a los partidos derrotados en octubre", dijo Morales. Roberto de la Cruz le contestó que "quienes defienden este parlamento burgués están con el imperialismo norteamericano".

     "Los dirigentes del MAS se han convertido en los más firmes defensores del gobierno de Mesa. Su estrategia es la ganar las elecciones municipales a celebrarse este año y quizás las elecciones legislativas siguientes. La enfermedad que padecen es la del cretinismo parlamentario contra la que los obreros bolivianos por suerte están ya inoculados. Cuando el senador del MAS Filemón Escobar defendió en el ampliado de la COB el respeto al parlamento burgués, las elecciones y el gobierno de Mesa, su postura fue ampliamente derrotada y su intervención recibida con abucheos e insultos. El propio Solares emplazó a Evo Morales a que defina claramente "si está con el pueblo o si está con el gobierno de Mesa". (Econoticiasbolivia, 23/1/04). Es importante combinar el emplazamiento público a Morales con un llamamiento abierto y una orientación consciente hacia la base de su movimiento, dónde seguro que entre los cocaleros existe un fermento contra la política de sus dirigentes, que defienden un gobierno que ha prometido seguir la misma política de erradicación que su antecesor."

Para algunos sectores, esa tregua ya se terminó. La Central Obrera Boliviana (COB) anunció el pasado 24 de Enero un plan de lucha con cortes de ruta y huelgas por tiempo indeterminado a iniciarse este 10 de Febrero si el gobierno no modificaba en estos días su política económica. Tal cual están las cosas, y con las medidas anunciadas el pasado domingo, el plan de lucha se aplicará en los puntos centrales del país en donde la COB moviliza a diferentes sindicatos. La Central Obrera Boliviana ya había lanzado sus primeras críticas a Mesa por el escaso aumento de salarios decretado por el gobierno (que fue del 3 %, algo así como 10 dólares) y en el plenario de Enero terminaron la tregua con discursos de alto impacto. Jaime Solares, uno de los referentes de la Central, dijo que "Mesa es la continuidad del gobierno de Sánchez de Losada y el modelo neoliberal. No sólo se somete a las presiones del FMI, sino que sigue respondiendo a los intereses de la elite".

     Al protagonismo de la COB en estos días se le suma la ofensiva iniciada por la Central Obrera Regional (COR), cuya sede en la ciudad de El Alto la transforma en una virtual vocera de esa populosa ciudad ubicada en el altiplano arriba de La Paz. Su máximo dirigente, Roberto de La Cruz, viene diciendo en las últimas semanas que la oposición a las medidas económicas del gobierno de Mesa puede llegar a ser "la madre de todas las batallas".

     Del lado del movimiento campesino, también protagonista de la insurrección de Octubre, sobre todo en el norte del país, también se han escuchado declaraciones apoyando las resoluciones de la COB, que entre otras cosas aprobadas el pasado 24 de Enero instó a cerrar el parlamento boliviano y tomar el poder cuando eso sea necesario. Felipe Quispe dijo que "si la COB determina cerrar el Parlamento, entonces nosotros vamos a comprar candados grandes o si no a chicotazo limpio lo cerramos, eso no es ningún problema, pero que esto sea una medida de hombres con pantalones y no sea de maricones que sólo lanzan amenazas o discursos y luego en la práctica no hay nada y por eso se pierde el apoyo".

     La encendida cita de Quispe me da pie para plantear una duda, que también es la de él, y se refiere a la distancia entre los discursos y la acción de los movimientos bolivianos que hoy se oponen a las medidas de Carlos Mesa. Recordando los hechos de Octubre pasado, muchos de los dirigentes sociales bolivianos que encabezaron algunas movilizaciones pregonaban un cambio de sistema junto con el fin de los gobiernos neoliberales que al final nunca pelearon por concretar. Hasta el mismo Quispe hablaba de cambiar el sistema a favor de los campesinos dominados desde la época colonial. Este problema, esta contradicción, puede hoy volver a plantearse en Bolivia, en momentos en que se escuchan virtuales declaraciones de guerra de parte de la COB y otros grupos. Y que se repita un accionar como el de Octubre luego de tanta agitación sería una pena y una traición a los bolivianos que de verdad creen que otro sistema es posible.

Pronóstico reservado

     La semana que viene será sin dudas de suma importancia tanto para el gobierno de Mesa como para los sectores populares en lucha. Las movilizaciones de la COB, el paro de los transportistas a causa del inminente aumento del gasoil, lo que puedan hacer los campesinos y algunas fracciones del movimiento cocalero que no responde a Morales marcarán si este gobierno puede seguir y convertirse en un mandato de transición "a lo Duhalde" o no se podrá sostener ante tantas presiones.

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