Testimonios en la Carpa Negra

     "Tengo mucha tristeza. Esto nos acarrea problemas económicos a rabiar, pero más de todo eso el problema sicológico. ¿vos sabés que triste es llegar a la casa y ver toda la ropa que nos dieron, en bolsas porque muebles no tenemos? Nos sentimos muy tristes en ese aspecto. Después, que nos toman el pelo constantemente, el gobierno aprovecha bien las circustancias. Por ejemplo hoy repartieron las cajas, después de quince días que no nos daban cajas, entonces eso sirvió para que la gente vaya a buscar la caja y no venga a la plaza. Mucha gente por necesidad, tuvo que ir a buscar la caja. Pasó lo mismo cuando vino el presidente de la Nación, ese día repartieron los colchones que veníamos reclamando".

     "Ese tipo de tomada de pelo es lo que realmente a nosotros nos tiene mal. Sobre que tenemos problemas económicos, problemas de salud con los chicos.... Nosotros mismos, yo dormí una semana o más en el suelo, arriba de frazadas y hasta ahora no se me va el dolor del hombro.

     "Mirá, poquitas palabras, mucha tristeza y mucho desamparo. De la movilización medio compulsiva de los primeros días para ayudarnos entre nosotros, de tratar de armar las asambleas, de ocupar las vecinales corruptas, y bueno, todo eso y el cansancio de este autismo criminal que tiene el poder político, hace que haya mucho cansancio. Igual, mucha resistencia, pero como en todas las cuestiones muy graves, un grupo que trata de estimular al resto y la pregunta que me queda hoy es cómo vamos a hacer, porque me acuerdo de tantas marchas y tantas carpas donde uno tenía como un espíritu de lucha porque había algo para conquistar. Acá es dificil luchar y mantener una carpa con la tristeza y el desamparo que tenemos en cada casa nuestra".

     "Es un desafío y un desafío que quizás va a necesitar acompañamiento, me parece. Pensar que solamente los inundados vamos a poder me parece hoy que no va a ser tan sencillo. La gente está enferma, la gente está sin trabajo, la gente está sin casa. Yo vengo de mi misma casa recién, donde estamos viviendo en un lugar chiquito, nos sentamos en la mesa un rato y dijimos hasta cuando vamos a poder convivir acá. Son preguntas duras para un padre, porque vos decís no tengo respuesta, no se qué vamos a hacer. Cargar con eso todos los días se ha vuelto un peso muy grande".

     "La ciudad actual es una fragmentación que en una catástrofe se visualiza de una manera terrible. Yo lo siento con mucho dolor, porque al principio, después del mes de la catástrofe, uno tuvo intención de volver a tener fuerza, viste, ese discurso de decir vamos a recuperar lo poquito que tenemos, y la verdad, que yo que soy una de las más optimistas hoy siento que no se puede porque en los lugares donde uno tiene que reinsertarse todo sigue igual, tu discurso es insoportable, nadie te lo puede escuchar, entonces como hacés para vivir como dos mundos. No se si es un reproche, pero siento que es un problema que lo vivimos todos los días y que tiene graves consecuencias, porque si el problema del agua no se entende como un problema de la ciudad vamos muertos, pero muertos de verdad".

     "Desde los organismos de Derechos Humanos y el Comité de Solidaridad se está impulsando una ley de indemnización nacional donde se está buscando apoyo del gobierno nacional y de diputados. Hoy es la pelea jurídica más fuerte, aunque hay otros intentos. Una ley nacional que interpele el tema de la catástrofe no sólo en esta ciudad, que trate de armar jurisprudencia sobre el tema de la catástrofe es el camino que ahora estamos emprendiendo, para lo que se lanza un petitorio que va a estar distribuido en toda la ciudad".