Julio López
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TORTURAS EN SAN MIGUEL
Por xls - Monday, Jul. 08, 2002 at 5:59 PM

"ALLI TIENEN UNA SALA DE TORTURAS AL LADO DEL BAÑO A LA QUE LE LLAMAN "EL POZO DE SAN MIGUEL".



Rosario 7 de julio del año 2002
Ministerio del Interior
Señor Ministro del Interior
Capital Federal

Me dirijo amablemente a Usted,con Suma Urgencia,al darme por enterado por medio de una fuente la cual me solicitó, absulta reserva, quien me dió a conocer lo siguiente:

GENDARMES QUE ESTAN EN LA ESTACION SAN MIGUEL DEL FERROCARRIL SAN MARTIN.

Me toco presenciar dos casos y conozco por referencia que existieron muchos mas.

ALLI TIENEN UNA SALA DE TORTURAS AL LADO DEL BAÑO A LA QUE LE LLAMAN "EL POZO DE SAN MIGUEL".

Señor Ministro,acorde a lo señalado,solicito a Usted que a la brevedad,efectue las correspondientes investigaciones que el tema requiere,determinando quien o quienes son el o los responzable/es intelectual/es y material/es, de las aberrantes practicas citadas. Solicito además,en momentos que se identifiquen a los responzables, sean puestos a disposición de la Justicia Federal.

Sin más que agregarle en el presente escrito,me despido de Usted,de parte de quien de modo amable aprovecha la ocasión para efectuarle Atentos Saludos, quien apartir de este mismo instante, queda al aguardo de prontas respuestas por escrito.

Ramiro Gonzalez Autor de la denuncia vinculada al aumento de casos de torturas en la provincia de Buenos Aires oportunamente radicada,en el Ministerio de Justicia de la Nación,la cual actualmente se encuentra asentada en la Subsecretaria de Derechos Humanos y en el Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires. Autor de la petición actualmente radicada en la Dirección Nacional de Políticas de Seguridad y Protección Civil del Ministerio del Interior, caratulada: Gonzalez Ramiro,sobre reclamo
vinculado a la eliminación de formas de tortura.
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JUICIO AL TORTURADOR
El juicio oral ante el Tribunal Oral Nº 4 de San Martín por tortura contra el cabo de la Policía bonaerense Juan C. Botrón requirió cuatro jornadas. Como señalamos en anteriores boletines, Mario Sieben, Guido Araya, Andres Castro y Sergio Cabrera fueron apaleados, golpeados y sometidos al suplicio conocido como "submarino seco" dentro de la Cria. 1ª de San Martín el 24 de julio de 1999. Aunque en los tormentos participaron muchos policías, los únicos que los chicos pudieron identificar fueron Botrón y Marcelo Palleroni, que se encuentra prófugo. A lo largo del debate el fiscal de la causa debió ampliar la acusación por un quinto damnificado, Lisandro Córdoba, que al momento del hecho era menor de edad. También, a pesar de que la elevación a juicio contemplaba tres casos de torturas y los demás estaban calificados como apremios ilegales, el fiscal -en consonancia con los abogados de CORREPI- acusó en los siete casos como torturas, tanto respecto de nuestros representados como de Víctor Encina y Juan Ramón González, que sufrieron la misma suerte el día 26 de julio de 1999.
Todos los testigos que pasaron por el tribunal fueron coincidentes en que los cinco amigos se encontraban en el centro de San Martín en la madrugada del 24/07/ 99 cuando los sorprendió un incidente entre un chico de la calle y un trío -integrado por un policía federal, un alférez de la fuerza aérea y un subteniente del ejército- que le negaron un pedazo de hamburguesa. Ello generó una pelea de la que intentaron salir, pero luego de caminar algunos metros fueron atacados por una banda de individuos de civil -que uno de los testigos comparó con skinheads- encabezados por Botrón. Este, como primera medida, aplicó una terrible patada en la cabeza a Mario Sieben y disparó 2 tiros en dirección a Araya y Castro que intentaron huir. La "patota" -como todos calificaron al grupo policial- los acusaba de haber robado el arma reglamentaria al federal.
Los hicieron acostarse en el piso y a todos los golpearon con palos y patadas. Los subieron a patrulleros y debido a que nuestro compañero Sergio "Cucú" Cabrera se quejaba de la ilegal detención y les advertía que era miembro de un organismo de DDHH, en el trayecto a la comisaría se pararon dos veces para golpearlos. Castro, que es cordobés, les refirió que estaba de vacaciones. La respuesta fue "Así que sos de Córdoba. Ahora vas a conocer cómo pega la bonaerense".
Dentro de la dependencia los obligaron a sentarse y poner sus cabezas entre las rodillas y como se dijo en el juicio "todos los que pasaban por ahí nos pegaban". Especialmente se ensañaron con Mario Sieben. Araya y Cabrera se pararon a pedir que no le pegaran más, ofreciéndose a que la arremetieran contra ellos. Sieben tenía el ojo izquierdo tumefacto. Una y otra vez le preguntaban "¿te duele?" e inmediatamente le volvían a pegar en el ojo. Los amenazaron constantemente con que iban a conocer el "cuartito" si no decían dónde estaba el "fierro" o sea, la pistola del federal.
Castro y Cabrera fueron efectivamente llevados al "cuartito", que como suele suceder era la oficina del servicio de calle, donde se desempeñaba el cabo Botrón. Cada uno de ellos padeció tres sesiones de tormentos con una bolsa de nylon en la cabeza, sofocándolos. Todas las víctimas reconocieron a Botrón en el juicio. Incluso Castro, que en ronda de presos no lo había señalado por miedo, ahora pudo hacerlo. Muy destacable por su calidad científica y claridad teórica fue el testimonio experto del Dr. Daniel Kersner, médico psiquiatra del EATIP especializado en efectos psicológicos de la tortura.
A los dos días Botrón, Palleroni y otros sometieron a la misma tortura a Encina y González. El primero también reconoció a Botrón como su torturador. González no pudo declarar en la audiencia porque lo mataron en la cárcel de Magdalena. Según su madre "el hermano de Botrón había puesto precio a la cabeza de su hijo porque lo había denunciado".
Para la defensa de Botrón toda la acusación fue un complot armado gracias a la solidaridad de los denunciantes que integran una agrupación que tiene animadversión a la policía, y que usa un logotipo con una bota policial y la palabra "BASTA" (o sea, CORREPI), aliada con "delincuentes con frondoso prontuario".
El fiscal Raúl Sorraco pidió la pena de 18 años de prisión para Botrón. Los abogados Stragá y Verdú de CORREPI, patrocinantes de Sieben, Araya, Cabrera y Castro, la pena de 25 años. El viernes 12 a las 13:00 se conocerá la sentencia contra el torturador.
(Boletín correpi 174)

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