LA CRISIS URUGUAYA Y LOS ESTADOS UNIDOS. PROCESO Y CONSECUENCIAS
Por URUGUAYO - Thursday, Aug. 01, 2002 at 5:56 PM

Y la crisis llegó para quedarse hasta vaciar el país.

La crisis tan temida hizo su aparción. Lo que pareció ser un "oasis" entre dos gigantes en problemas se precipitó a un ritmo inesperado.
No es casualidad: Uruguay está pagando tributo a una política económica de larga data -por lo menos de treinta años- y a una sucesión te tecnócratas obedientes que desde el ministerio de Aljandro Vegh Villegas en 1973 hasta Bensión analizaron y dirigieron la economía con la frialdad de un cirujano, sin cosiderara costos sociales. Por algo el senador Atchugarri es el primer político ministro de Economía en tres décadas. Habil negociador, buscará pactar con todos los sectores para mantener el barco a flote.
Las perspectivas, en cambio, indican que sus esfuerzos no tendrán frutos. Uruguay tiene una pérdida de reservas del 80%, su riesgo país ya es segundo en el ranking mundial, detrás de Argentina -esa "manga de ladrones"- y delante de Nigeria. Según fuentes bien informadas, el lunes 29 de julio la corrida fue de tal magnitud que en pocas horas el Banco de Montevideo quedó vacío en tanto que el Banco La Caja Obrera perdió el 50% de sus depósitos. Algo parecido habría sucedido con los Banco Repùblica e Hipotecario. Aunque no tenemos cifras sabemos que el resto del sistema financiero soportó corridas de gran magnitud.
Las razones que explican la tragedia son claras. En primer lugar Uruguay vivió entre la ficción y la burbuja. La productividad del país cae desde hace años, producto de que el proyecto económico de la oligarquía oriental es transformar el país en un paraíso financiero donde las base productivas -sobre todo las agropecuarias- quedaran concentradas en no más de mil productores. En segundo lugar, Uruguay apostó estratétigamente a colocar sus exportaciones en los países vecinos. Brasil y Argentino captan el 80% de las ventas internacionales del país, de manera que si a alguno de nuestros socios les va mal, Uruguay invevitablemente se ve afectado. Por ùltimo, en ese escenario de debilidades estructurales, estalla la crisis argentina. Uruguay capta gran parte de la fuga de capitales, y recibe una masa monetaria gigantezca que hizo creer en enero y febrero ùltimo, que nuestra situaciòn era más que promisoria y que, en definitiva, ganábamos con la tragedia ajena. Pero hubo una imprevisiòn grave: las autoridades económicas no previeron la delincuencia de cuello blanco. Primero fue la crisis de la sucursal del Banco Galicia en Uruguay, luego el robo de los hermanitos Rhom la Banco Comercial y finalmente el vaciamiento del Banco de Montevideo y La Caja Obrera por la familia Peirano. Estos robos fueron la peor señal. La corrida arrancó desde hace dos meses y las señales políticas desestabilizaron más al país. En primer lugar, el paìs perdiò su inestiment grade y el riesgo paìs se disparó. Luego el otorgamiento de 3400 millones de dólares por el FMI fue condicionado: Uruguay debió devualar su moneda que pasó de 17 a 26 pesos en un día. Por último, el Ministro Bensiòn niega los fondos para la Emergencia del Hospital de Clínicas en medio de la interpelación realizada por el senador Couriel. Sin duda, negar los fondos para una institución de servicio netamente popular fue una señal política que indicaba que lo peor para los trabajadores aùn estaba por venir. Ante el probable incremento de las quitas a la población, el Partido Nacional, socio del Partido Colorado en el gobierno, solicitó y logró la renuncia del equipo económico. Todo esto incrementó la desconfianza de los depositantes. Primero fueron los argentinos que, temerosos de un "corralito" retiraron depósitos por mas de 4000 millones. Luego los depositante criollos corrieron a sacar sus pesitos y ponerlos bajo el colchón. Cuando el "adelanto" que se esperaba del FMI a fines de la semana pasada, no llegaba, el temor se trasnsformó en pánico y la gente se agolpó en los bancos. Hoy el Fondo liberará un préstamo de 1.500 millones para tapar agujeros, que tan sólo alargará la agonía, pues las pérdidas son de tal magnitud, que todos los millones del FMI se irán rápido en financiar los depósitos que la gente retirará, inevitablemente, el próximo lunes.
En este escenario los EEUU se frontan las manos. La Casa Blanca no va a permitir, ni quiere, una debacle del sistema financiero uruguayo, pero si su achicamiento. La estrategia implica vaciar financieramente al Uruguay y asfixiarlo económicamente. Así, cuando en pocas semanas tenga que afrontar el pago de sus obligaciones internacionales por 2.400 millones de dólares, el país no tendrá recursos y tendrá dos opciones: default o renegociar. Probablemente logren lo segundo, pero con una clara condición: Uruguay deberá privatizar sus empresas públicas, para "honrar" su deuda externa. Cabe una aclaración: Uruguay desidió por plebiscito que no va a vender sus entes públicos. Esa decisiòn política la tomaron todos los uruguayo y fue desde 1997 un trancazo a los neoliberales criollos y al imperio. Hoy Estados Unidos y el FMI forzará la venta de "las joyas de la abuela" por la via de los hechos y por medio de la asfixia al país. Pero no cuentan con un factor clave en este proceso: el pueblo uruguayo ya dijo que no iba a entregar su patrimonio y seguirá firme en su decisión. No se permitirá aquí lo mismo que pasó en Argentina, porque experimentamos en cabeza ajena.

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