Julio López
está desaparecido
hace 6436 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Repique, boletin Nº3
Por Repique - Monday, Sep. 16, 2002 at 6:15 PM
repique@infovia.com.ar 154 156 2115

Salio el Boletin Nº3 de Repique, accion colectiva frente a la represion.

REPIQUE, acción colectiva frente a la represion.

Boletin Nº3.

Segundo semestre de 2002.

repique@infovia.com.ar

154 156 2115

sabados 16s en la casa de la Unidad, Brown 2248, Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina.

La lucha sigue. Por trabajo, dignidad y cambio social.

Persecución y cacería.

Parece el titulo de un documental de televisión donde el irracional cazador disfruta acorralando y matando a su presa. De esta manera vivimos las columnas de los movimientos de trabajadores desocupados y nuestro colectivo el mediodía del 26 de junio de 2002, cuando nos dirigíamos hacia el puente Pueyrredón, en Avellaneda, uno de los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires.

A pesar de las diferentes amenazas; el jefe de gabinete Alfredo Attanasof advirtió que se impedirían los cortes en todo el país, el canciller Carlos Ruckauf sentenció que habría que recurrir a las fuerzas armadas para garantizar "su" orden, se hizo presente la lucha popular de miles de trabajadores y trabajadoras.

Exigíamos aumento salarial, asistencia a los comedores comunitarios, salud y educación para todas y todos y justicia frente a los asesinatos y cese de persecuciones y cárcel a los luchadores.

Mientras avanzábamos observamos la presencia de los perros fieles del opresor. Policía provincial, federal, gendarmería, prefectura y un centenar de agentes de civil infiltrados entre los manifestantes; helicópteros, armamento y tecnología que cuesta millones al servicio del gobierno de hambre, miseria y marginación esclavo del imperialismo.

Nos aproximamos al puente hasta encontrarnos frente al operativo represivo. Las fuerzas de seguridad iniciaron los disparos con gases, balas de goma y de plomo. La prefectura tiraba desde el puente viejo, donde se encontraban las compañeras con los chicos para hacer las ollas de comida.

Mientras unos compañeros socorrían a las madres con sus hijos de los gases y las balas, los demás buscaron en vano detener la represión a gomerazo limpio.

Luego, como sabemos, se desató la cruel y despiadada batida. Nos perseguían desde patrulleros, gritando y festejándose entre ellos.

En la estación de ferrocarril de Avellaneda sacudieron los pasillos con gases afectando también a los pasajeros que estaban por abordar los trenes.

A esa altura los policías que se habían apostado en el terreno del supermercado Carrefour habían herido de muerte a Maxi. Se agotaban sus fuerzas. Darío sugirió a los compañeros que corran, él se iba a hacer cargo de la situación. Metros atrás un torbellino de balas venía zumbando. Pero Darío no dejaría a un compañero. La solidaridad era su ética de vida.

Alfredo Franchiotti en cambio es un cobarde que asesina por la espalda.


La mano solidaria de los vecinos.

La violencia planificada por el gobierno y los sectores de poder y ejercida sobre la manifestación de trabajadores y trabajadoras desocupados que se acercó al puente Pueyrredón no sólo fue una clara advertencia del poder, sino que es la única respuesta que éste tiene para dar a los sectores oprimidos que se organizan para enfrentar este sistema.

Durante la represión vivimos momentos de angustia y desesperación porque no esperábamos tal cálculo y sangre fría, dos días antes el hospital Fiorito de Avellaneda había recibido una partida de insumos extra porque esperaban se llenara de heridos. Los hijos de puta nos estaban cazando por Av. Mitre, en Plaza Alsina también, hasta Gerli nos corrieron.

Corridas, gritos y caídas por las calles de Avellaneda despertaron algo impensado en ese momento; la solidaridad de los vecinos que abrían las puertas de sus casas, de garages, comercios, para refugiar algunos compañeros que no sabían para donde ir. Una vecina, por ejemplo, refugio a un compa, le dio agua y se preocupó por su salud. El agradeció el gesto antes de volver al encuentro de sus compañeros.

Esto muestra la solidaridad de los vecinos que comprendieron la situación que se vivía.


Relación y continuidad de los cuadros represivos de la dictadura.

Dijimos en nuestro primer boletín informativo de setiembre de 2001 que "estas condiciones (represivas) de hoy las heredamos de la dictadura militar. Este Estado "democrático" da libertad de acción a sus cuadros represores. Siguen ejerciendo cargos buena parte de los nombres de la dictadura, y las estructuras de las fuerzas de seguridad no cambiaron ni un poquito". Esto quedó al descubierto cuando se dio a conocer que el comisario inspector Mario Mijin, subjefe de la departamental de Lomas de Zamora, superior directo del plan criminal de Avellaneda, revisto en el campo de concentración Arana durante la dictadura militar (1976-1983).

Evangelista Aria (actualmente comisaria de Verónica), Carlos Bordalonga (escuela Juan Vucetich), Ricardo De Lio (sargento ayudante en Brandsen), Miguel Ferreyro (Ministerio de Seguridad), Mario Jaime (comisario en la provincia de Buenos Aires), Rodolfo Larraude (comisaria 5º de La Plata), José Luise (Ministerio de Seguridad), Juan Millar (Ministerio de Seguridad), Raúl Muñoz (suboficial principal), Ruben Pece (subcomisario administrativo), Mario Percuoco (Ministerio de Seguridad), Juan Rodas (comisaria 5º), Héctor Romero (suboficial principal), Jorge Tejerina (comisario inspector); estos nombres son el hilo que representa la continuidad jamás cortada entre la policía del general Ramón Camps y la maldita policía de la democracia.


Un ejemplo de vida y el abrazo de su pueblo.

Horas después de la matanza, la ciudad quedaba en silencio. Los medios empezaron a hablar de una riña entre piqueteros buenos y malos. Luego de enfrentamiento armado con las fuerzas de seguridad. Pero no hubo reconciliación con la verdad. Aunque las empresas de prensa del régimen se guardaran un día las fotos y las imágenes, a horas de la masacre y cuando aún no había sido liberada la totalidad de los 160 presos y presas una manifestación espontánea de mas de cinco mil personas marchamos hacia el Congreso. Al día siguiente, el jueves 27, unas quince mil personas volvimos a la plaza de mayo a pesar de las advertencias que desde los canales de televisión y las radios más conspicuas del régimen se hicieron. Y una semana después, bajo la lluvia que no dio tregua y durante mas de cinco horas, cien mil personas, de diferentes organizaciones sociales, barriales, piqueteras, de derechos humanos y sindicales caminamos desde la Estación de Avellaneda al encuentro de columnas de otras zonas del gran Buenos Aires y capital en nuestra Plaza de Mayo.

A pesar suyo y por eso muy por encima de toda especulación posterior Dario Santillán nos ofreció la más cruel pero real y digna imagen de la argentina que gobierno tras gobierno nos han (de)construido.

Un piquetero de veintiún años, trabajador barrial, constructor de bloques destinados a viviendas comunitarias se detiene, en medio de una lluvia de balas que le corta aliento a la vida, a socorrer a un compañero herido, artista y piquetero él, que jamas había visto en su vida. Un viejo policía que se educó en la escuela del crimen del general Camps lo fusila por la espalda. Dos argentinas se manifiestan en el espanto de este cuadro. Es la manera en que las clases dominantes buscan mantener su mando. A Franchiotti ni su familia se atreve a reivindicarlo. A Maximiliano y a Darío los honra su pueblo.

Lejos de esconderse, este pueblo construye el cambio social. Aquel por el que miles y miles de compañeros y compañeras, vecinos y vecinas de cada barrio como Darío y Maxi, o como lo fue Carlos "Petete" Almirón, asesinado durante la revuelta popular del 20 de diciembre, ponemos el cuerpo a diario. Porque llevamos un mundo nuevo dentro de nuestros corazones.

A diez meses del crimen de Leonel Puente.

SABEMOS LUCHAR Y NO CAERNOS.

Ignacio Leonel Puente fue a festejar el cumpleaños de su hermana la noche del sábado 3 de noviembre de 2001 al boliche Versus de Lomas de Zamora, pero una riña dentro del local hizo que los patovicas expulsaran a un grupo de pibes a empujones. José Simari, dueño del bailable, llamó a la policía. Ignacio y su hermano quedaron entre los matones y la policía, recibiendo golpes y amenazas. El oficial inspector Jorge Horacio Burges (32), de la comisaria 1ª de Lomas de Zamora, golpeó con el arma varias veces a Ignacio, le apoyó la punta de la pistola en la cabeza y lo asesinó. La lógica criminal de las fuerzas represivas encubrió a los responsables directos. El comisario Coronel, de la repartición, hizo lo necesario para borrar evidencias y complicar la investigación.

La juez Marisa Salvo dejó en libertad al asesino basándose en el informe policial.

Mirta, la mamá de Ignacio sostiene que "Solamente las mujeres que estamos en estas circunstancias sabemos lo que pasa por nuestro corazón, por nuestras entrañas, por nuestro sentir. Es un dolor distinto. Hasta la perdida de un ser querido -que no es un hijo- con el tiempo va cicatrizando, pero la del hijo no. Nosotras le dimos la vida, es una parte nuestra que nos falta, como si a mi mano le faltara un dedo, no está completa. Por eso digo que Leonel se fue pero está conmigo. Era un chico muy valioso, muy querido por toda la gente, quizá no nos dimos cuenta de eso que expresaba y daba a quienes lo rodeaban, a sus amigos, a sus profesores.

El es quien me da fuerzas para seguir luchando. Me despedí de él con palabras, mis lágrimas fueron por dentro, no hacia afuera, porque me decía que luchara para conseguir justicia.

Lucho por él, para que se haga justicia, para que haya luz en este torbellino, en toda esta maraña donde la justicia está con los ojos cerrados. Y como mamá estoy luchando por las nuevas madres, como las de Floresta, las de Avellaneda, es un dolor que nos une a todas y como madres sabemos luchar y no caernos Mi dolor se junta con el de todas esas madres y con otras madres que no se llegan a conocer porque hay muchos casos como el de mi hijo.

La justicia no aparece, pero el dolor de todas las madres unidas va a lograr que se haga justicia para todos. Lo tengo presente como si estuviera en la facultad, en la casa de la novia o trabajando con sus compañeros. Lo recuerdo con alegría, es él quien me hace levantar todas la mañanas para luchar por él y por todos los chicos que han caído y son víctimas inocentes.

Alberto, papá de Ignacio relata una anécdota que le permitió encontrarse nuevamente con su hijo: "El delegado de personal del supermercado Coto donde trabajaba Leonel me dijo ‘¿Ud. conocía a su hijo?’

Yo me enojé. Está hablando con el padre, le dije al tipo.

‘Ud. lo podía conocer como papá en su casa –me respondió - pero como persona no sé si lo conocía. Cierta vez me llamó la atención que buscando el changuito - él era cadete - lo vi pasando un papel a otro compañero’, expuso.

El tipo desconfió, pensó que estaba levantando juego en el supermercado y como para tirarle de la lengua al otro chico le preguntó ‘¿alguno levanta juego?’

Su compañero le contestó ‘No, y con lo que gano acá ¡¿qué voy a jugar?!’

A lo que insistió ‘Pero con Puente se pasan papeles’, y el pibe respondió ‘pasa que como está más adelantando que yo en la facultad se ofreció para desarrollar un problema de química-física, de eso hablábamos cuando nos pasamos los papeles’. El supervisor le pidió disculpas.

Estoy más orgulloso de Leonel que antes. Uno de sus amigos le escribió un poema que todavía no puedo terminar de leer. A donde yo vaya lo recuerdan muy bien, Sus amigos lo extrañan, lo quieren de verdad."

ALGUNAS PAUTAS DE ACCION COLECTIVA FRENTE A LA REPRESION (3).

En nuestro primer Boletín planteamos ¿Qué hacer cuando nos llaman por una detención? Dijimos que ante la certeza de lo sucedido inmediatamente deben presentarse familiares, amigos o vecinos de la víctima en la comisaria. Muchas de las primeras tareas a encarar en el lugar pueden ser tomadas por ellos. Es importante no dejar aislado al detenido.

Una vez en la comisaria averiguamos porqué fue detenido, a que hora ingresó y qué juez/juzgado de paz interviene y que instrucciones dio el juzgado a la comisaría. Tienen obligación de brindarnos esta información.

Si la detención se funda en la acusación de haber cometido un delito, es necesario un abogado o abogada particular o el Defensor Oficial que deberá intervenir en cada paso que disponga el juzgado con el detenido.

Los menores de 18 años no se pueden esposar, ni llevar en un auto que no se identifique como policial, ni encerrar en un calabozo, ni junto a mayores de edad, ni quitarle los cordones y/o cinturón, ni hacer "tocar el pianito", ni incomunicarlo.

Lo primero que debe hacer la policía es avisar al Juez de Menores de turno. Como en todos los casos tenés derecho a una llamada.

La detención por averiguación de identidad en la Ciudad de Buenos Aires no puede ser mayor a 10 horas, lleguen los antecedentes o no y no deben alojar al demorado en un calabozo con personas acusadas de cometer delitos.

El código contravencional de la ciudad o de Convivencia Urbana reemplaza a los viejos Edictos Policiales. En la mayoría de los casos no prevé penas de prisión ni detenciones "preventivas". En caso de cometer una contravención, la policía debe labrar un Acta en el lugar, explicando la imputación. Hay un defensor oficial de turno al que se puede llamar las 24 horas al tel. 4393-1724.

En la Provincia de Buenos Aires la detención por averiguación de identidad puede durar hasta 12 horas. El codigo de faltas de la Provincia es como los viejos edictos, no se aplica a menores entre 16 y 18 años y prevé penas de prisión de hasta 30 días.

Hay que leer muy bien lo que se firma, el detenido tiene derecho a tener un abogado presente o a negarse a declarar.

En caso de contravenciones interviene el Juez de Paz o el Juez Criminal y Correccional, según el distrito. La policía cuenta con 48 horas para darle intervención y el juez con cuatro días para resolver la excarcelación. Durante este tiempo solo es posible peticionar al juzgado para acelerar la libertad.

El mismo juez de paz o correccional dicta sentencia. Puede aplicar penas de multa o prisión hasta 90 días. La notificación puede hacerse antes de recuperar la libertad, mediante cédula de notificación al domicilio o por citación a la comisaría a notificar.

Desde el momento en que se es notificado de la resolución hay tres días corridos para apelarla, de lo contrario la sentencia queda firme, es decir aceptada y queda un antecedente.

Al apelar la sanción impuesta por el Juzgado Correccional o de Paz, el caso pasa a la Cámara Penal que corresponda donde si la policía no puede probar que la detención fue legal se revoca la pena y declara inocente al detenido.

Es importante apelar las condenas por contravenciones aunque se haya recuperado la libertad pues éstas se computan en el Registro de Reincidencias.

Como apelar una falta en la provincia de Buenos Aires (puede mandarse por telegrama o llevarse personalmente a la Cámara. Si al salir de la comisaría no te dieron el número de causa, pone solo la fecha de la detención y la comisaría).


Excma. Cámara: nombre, DNI nº........., por sí y con domicilio real en ..................., en la causa contravencional nº ............ iniciada el día .......... a las ....hs., ante la Cría. nº ..... de la localidad de .........., vengo por el presente a APELAR la resolución dictada. Proveer Conforme, Será Justicia.


Si durante la detención (por el motivo que sea) la policía comete cualquier irregularidad o no respeta tus derechos, una vez afuera podes denunciarlo personalmente (los mayores) o por intermedio de tus padres o tutores (los menores). Las denuncias se presentan en Capital Federal ante la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, Viamonte 1153, planta baja, de 7:30 a 13:30. Basta con llevar documento, la fecha y comisaría interviniente. En Provincia de Buenos Aires las denuncias se presentan ante la fiscalía de turno ("UFI": Unidad Funcional de Instrucción) del departamento judicial que corresponda.

Este ejemplar del boletin esta ilustrado con dibujos de Maximiliano Kosteki.

agrega un comentario