Julio López
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CARTA A UN AMIGO VASCO
Por Josep - Tuesday, Sep. 17, 2002 at 10:36 AM
ciudadanojosep@hotmail.com

Mientras tu crees que estás defendiendo la identidad de tu pueblo, tus raíces, el legado cultural de tus antepasados... en realidad solo defiendes enloquecido y encegado las propiedades de tus amos en disputa con otros que pretenden desbancarlos y ponerse en su lugar. Tu patria solamente es una finca en disputa.


CARTA A UN AMIGO VASCO
Querido amigo: Ante el terrible acoso que en estos momentos está sufriendo el pueblo vasco por parte del gobierno de Aznar y de otras fuerzas políticas que vosotros llamáis españolistas yo creo sinceramente que son momentos en donde la reflexión debe imperar por encima de cualquier otro sentimiento.
La ?Ley de Partidos? y el proceso de ilegalización de Herri Batasuna ha enrarecido aún más la situación.
Como en otros muchos momentos de nuestra Historia, los hechos que se están produciendo parecen engullirnos en una espiral de barbarie y de enfrentamiento civil imparable que, a su vez, paradójicamente, no es ni mucho menos deseado ni buscado por la gran mayoría de los ciudadanos. Al contrario, los ciudadanos solo deseamos la paz y el bienestar.
Como en Argentina, como en Uruguay, como en Venezuela, como en tantos y tantos lugares del Planeta, los ciudadanos observamos perplejos como los acontecimientos se suceden con una rapidez tal que sobrepasan nuestra capacidad de detener por un momento nuestro camino y parece que no somos capaces de emprender una gran reflexión y una gran acción colectiva que ponga remedio a nuestros males. La impotencia y el desconcierto frente a estos acontecimientos contrasta con el futuro esplendoroso que nos prometen nuestros gobiernos.
Sin duda alguna los ciudadanos ya empezamos a preguntarnos cómo los organismos internacionales, los gobiernos, los partidos, los políticos que tienen un gran poder y grandes medios en sus manos para acabar con todos estos conflictos, no son capaces de hacerlo. Nos preguntamos porque actúan tan erróneamente y traicionan una y otra vez (los unos y los otros), la confianza que muchos ciudadanos han puesto en ellos cuando dejaron en sus manos la solución de nuestros problemas. Los creyentes en esta democracia parlamentarista cada vez lo entienden menos.
La idea de que necesitamos gerentes, gestores, administradores , vigilantes y cuidadores de los asuntos de nuestra vida se va derrumbando con rapidez inusitada. La cesión de nuestra soberanía se muestra cada vez más ruinosa. Se derrumba no solamente porque vamos entendiendo que no son únicamente unos incapaces, unos ladrones y unos malbaratadores de nuestro Patrimonio, sino porque lo único que hacen en realidad es solucionar sus propios problemas, no los nuestros. Su objetivo simplemente es el de perpetuar un estado de saqueo, de caos y de barbarie que siga haciendo necesario el Estado, el gobierno, los partidos, los dirigentes políticos, las élites, los lendakaris, los reyes y los dioses... y sobretodo la policía y las fuerzas represivas. ¡Cualquier problema ha de solucionarse con más y más policía¡
Los ciudadanos argentinos, acuciados por un deterioro sin par de sus condiciones de vida (por un proceso de africanización que se contagia con rapidez a todo el continente indoamericano) lo han entendido muy bien: ¡Que se vayan todos! es el clamor unánime de todos los sectores sociales.
Y si ellos no se quieren marchar, tarde o temprano comprenderán muy bien que estarán obligados a echarlos.
Otros ciudadanos del mundo deberíamos aprender con rapidez ésta lección. Estaremos obligados a aprenderla si no queremos que el caos se apodere de nuestras sociedades.
Cuando se derrumban los pilares de su sistema económico, cuando su crisis adquiere carácter de verdadero colapso, este estado de saqueo solo se puede mantener por la fuerza. Es por esto que vuelven a hacer servir el mismo ?manual? que han estado aplicando durante siglos: Divide y vencerás. Confunde y vencerás. Atemoriza y vencerás. Aniquila y vencerás. Bombardea y vencerás.
Este manual es aplicado con rigor tanto a escala global por el Imperio Bush (enmascarado en el ?Patriot Act? o desenmascarado en ?Los escollos de la Jurisdicción Universal? de Henry Kissinger) como por los pequeños dictadores y capataces de las pequeñas parcelas en las que está aún dividido el globo terráqueo. En las Provincias, sean amigas o enemigas (como dice Rumsfeld), sus soluciones son las mismas.
Es más, ya no basta con tener capataces autóctonos obedientes y sumisos. Se trata ahora de aplicar el manual, directamente desde el mismo corazón del Imperio. Este y no otro, es el sentido de la campaña que ha empezado en los EEUU contra uno de sus más fieles aliados: la Arabia Saudí.
La vigencia de la máxima de un antiguo imperio mediterráneo: ?Roma no paga a los traidores? es evidente. Bin Laden es otra buena muestra de ello.
En Euskadi también se aplica el manual.
Los grandes y los pequeños problemas que la ciudadanía está en condiciones ya de resolver de otra manera, de una manera pacífica, racional y a veces extremadamente sencilla, ellos los convierten en grandes problemas, en cuestiones que ellos dicen ?de Estado?, o los hacen desembocar en espantosos y sangrantes conflictos o guerras. Guerras y destrucciones bautizadas hoy como guerras contra el terrorismo, humanitarias o por la democracia. Cualquier disfraz sirve para sus propósitos.
Verás que hablo de grandes y pequeños conflictos.
A mi entender los seres humanos tenemos desde tiempos pretéritos un gran conflicto que nos es común con todos los otros seres vivos con los que compartimos la Tierra. Es lo que podríamos llamar la lucha por la vida. La lucha por la vida es un conflicto de una categoría superior a los demás.
Sin poder respirar, alimentarnos, beber agua potable, curar nuestras enfermedades, encontrar cobijo frente a las inclemencias del lugar en donde vivimos, reproducirnos y hacer posible que nuestros descendientes continúen el proceso de la vida, no es posible hablar de nuestra supervivencia como especie.
Si eres capaz de observar con atención a los hombres, mujeres, jóvenes, niños o ancianos de cualquier rincón del Planeta comprenderás fácilmente el inseparable lazo que nos une. Sus miedos, sus alegrías, sus lágrimas y sus sonrisas no nos separan un solo milímetro.
Este conflicto es común para todos los ciudadanos del mundo. Es un conflicto que lejos de solucionarse parece separar cada día más a un sector superviviente de otro destinado irreversiblemente, dicen, a su eliminación. Malthus o quizás también Mengele vuelven a resucitar.
Otros conflictos, que yo llamo de segunda categoría (pero no desligados del anterior) son los que se han venido produciendo en el largo devenir de nuestro caminar desde nuestra prehistoria. Son los provocados por las diferentes formas que los humanos hemos ido produciendo y distribuyendo las riquezas, las diferentes maneras que nos hemos ido relacionando, las diversas culturas, civilizaciones e identidades que hemos ido desarrollando, nuestras diferentes formas de lenguaje, de comunicación, de transporte...
Nuestra Historia no ha sido lineal. Nunca hemos avanzado al unísono. Mientras en un rincón del globo se desarrollaban grandes civilizaciones, en otro, el tiempo parecía haberse detenido y en otro permanecía en la prehistoria. Ha habido grandes avances significativos y procesos de estancamiento y aún de regresión. Basta ojear nuestro pasado más inmediato para comprender todo esto.
El motor de nuestra historia siempre ha sido el conocimiento. El conocimiento empírico o científico y su aplicación para hacer nuestra lucha por la vida más fácil y eficaz, se ha ido abriendo costosamente camino en nuestras sociedades. El conocimiento se ha transmitido, acumulado y ampliado constantemente. Su transmisión se ha acelerado en la medida que nuestros medios de comunicación y de transporte han ido mejorando en rapidez y eficacia. Hasta la actualidad, en donde ya no existe ninguna razón por la que los hombres no podemos solucionar de una manera casi definitiva los problemas de primera categoría y en donde ya tampoco existe ninguna razón ni ninguna posibilidad de soluciones parcelarias o aisladas.
Los grandes problemas exigen de grandes soluciones y los pequeños problemas solo necesitan de pequeñas y sencillas soluciones.
Los grandes problemas exigen emprender caminos de ruptura y de enfrentamiento contra los pilares en los que se sustentan las ideas que han prevalecido a lo largo de los siglos y que nos acercan a un callejón sin salida: La idea de que el mar, los cielos, la tierra, los recursos de la Tierra, las herramientas, los conocimientos adquiridos, no son Patrimonio Común para su uso colectivo sino que son Propiedad Privada para el beneficio privado, ha de derrumbarse definitivamente. La idea de que nada existe y no puede existir sin ser convertido en mercancía para el cambio, ha de derrumbarse definitivamente.
Es obvio que cuando las materias básicas, los recursos energéticos, los avances tecnológicos, los medios y las herramientas para producir no están al alcance de la gran mayoría de los ciudadanos nuestro poder de decisión de cómo los podemos usar, para satisfacer nuestras necesidades, es nula.
Por tanto la recuperación de nuestro Patrimonio Común es la primera condición para hacer frente positivamente a los grandes problemas que nos acucian.
Plantar cara a los que organizan y planifican meticulosa, fría y criminalmente este inmenso acto de piratería es ineludible. No hay atajos ni vías intermedias: El Patrimonio es común o es privado. El enfrentamiento del conjunto de la Humanidad con los sectores que lo privatizan para su beneficio particular es inevitable.
Pero hay otras cuestiones al respecto de las que me gustaría hablarte.
Una: En este largo caminar los seres humanos abandonamos nuestro territorio tribal, atravesamos mares y océanos, nos asentamos en territorios más amplios, luego en feudos, condados o pequeños estados, luego construimos naciones y ahora nación de naciones que abarcan casi continentes enteros. Mares, montañas y puestos fronterizos se desvanecen como por arte de magia. Nos comunicamos con tal rapidez que nuestras identidades, nuestras culturas, nuestras diferentes maneras de ver el mundo se entremezclan y a su vez se diluyen con extrema facilidad y rapidez. En tan solo unas pocas generaciones, el abandono de antiguas concepciones se está produciendo con tanta normalidad que hasta nos llega a sorprender.
Probablemente tu mismo ya no podrás identificar entre tus amigos o tus vecinos, hijos o nietos de anteriores inmigrantes, su lugar de procedencia, ni lo que llamamos sus raíces. Hablarán euskera, castellano o inglés, comerán cuscus, hamburguesas o chuletones, vestirán con o sin xapela, serán albañiles, informáticos, mecánicos, biólogos, estudiantes o estarán en el paro, pero no los distinguirás de tus otros vecinos, de tus hijos o de tus nietos. La gran familia humana se está construyendo con tal normalidad y rapidez que asusta al Poder. Los conflictos que emergen de las relaciones cotidianas con estos nuevos convecinos no nos deben acobardar. No son mayores de los que tuvimos con nuestros progenitores, con las generaciones que nos precedieron. El mundo viejo siempre se resiste a desaparecer y el nuevo nace irresistiblemente pero con dificultad.
Esta rapidez y normalidad con la que construimos los lazos de una gran familia humana solamente asusta al PODER que nos quisiera ver eternamente ?diferentes?, separados, enfrentados y encarcelados en las parcelas territoriales de su única propiedad.
Pero tienen su batalla perdida. La gran Patria Tierra, el viejísimo sueño de antiguos librepensadores, se va haciendo realidad.
Dos: Los lazos que estrechamos la familia humana no son producto del azar. Son el resultado de un largo proceso en donde los hombres nos hemos ido constituyendo en seres necesariamente SOCIALES.
Pon en duda todas las hipótesis de los escolásticos darwinistas. En la medida de que nuestras sociedades han ido avanzando se ha hecho más evidente que somos la suma y el resultado de miles de años de esfuerzos colectivos. Solo nuestra conducta esencialmente colaboradora y solidaria nos ha permitido avanzar. Hasta tal punto que podemos decir que hemos llegado al final del proceso que nos abre las puertas a un mundo nuevo esperanzador. Nuestra supervivencia ya no es posible si no socializamos totalmente nuestro Patrimonio Común: los recursos, los conocimientos, los cielos, los mares... Nada ya es posible hacer ni construir ni desarrollar sin un aporte necesariamente colectivo.
Los que nos siguen proponiendo el individuo fuerte y superior que se erige como el único superviviente posible por encima del conjunto humano al que pertenece, nos está proponiendo volver a la prehistoria, allá en donde empezamos nuestro camino. O antes de empezar nuestro camino, pues el hombre ( o el homínido) tribal, cazador y recolector, autosuficiente y en cierta manera autónomo ya necesitó vivir en sociedad.
Esta vuelta al pasado es sinónima de terror, aniquilación, oscurantismo... de estados de absoluta dominación y vasallaje.
Pero nuestro proceso es el contrario: nuestra propia supervivencia, nuestro progreso, nuestra autonomía, nuestra libertad como individuos solamente puede realizarse en sociedad y por la sociedad. Nos hemos convertido plenamente en SERES SOCIALES.
Tres: Nuestras diferentes identidades y culturas no son fruto del azar, ni de un soplo divino ni son herencias genéticas transmitidas generación tras generación. Son la expresión de un determinado desarrollo social y por tanto son mutables y cambiantes. No hay ninguna razón para temer cambios en nuestra forma de vivir ni en nuestra manera de entender el mundo ni en nuestra manera de convivir y relacionarnos. Ni aún cuando estas maneras sean diferentes.
Es absurdo pensar que la Humanidad en su proceso de unificación avance hacia un estadio de igualitarismo u uniformidad. Quienes así lo creen no entienden los profundos cambios que ya se están produciendo. La diversidad y la multiplicidad de respuestas, de pensamientos, de propuestas, de nuevos sueños y de nuevos retos, acompañarán a los individuos de unas sociedades intercomunicadas en donde los conocimientos y la Ciencia estarán plenamente a nuestro alcance y en donde el gozo de la vida y el bienestar primarán por encima del dinero.
¿Qué tienes miedo a perder amigo vasco?
Yo entiendo muy bien las razones que te rebelan contra aquellos que no quieren aceptar cosas tan propias, tan estimadas y tan sencillas como la xapela, los versolaris o el zoazeususko... que no aceptan que el Güero también forma parte de la literatura Universal y que fue escrito en el mismo siglo que Cervantes publicó El Quijote. Yo entiendo muy bien el dolor de las familias que tienen sus hijos en prisiones alejadas y el no olvido de la entrada de las tropas franquistas, los fusilamientos, la represión de la postguerra, los encarcelamientos, el aceite de resino, la dura lucha antifranquista... Pero el odio, el resentimiento y la destrucción nunca han hecho avanzar a la Humanidad.
Nosotros estamos ante una gran tarea de CONSTRUCCIÓN a favor de la vida y hemos de plantar cara definitivamente a los que nos siguen encerrando (unos y otros) en guerras que no son las nuestras. Hemos de plantarles cara con un grito decidido y unánime: ¡ESTA NO ES NUESTRA GUERRA¡
Los ciudadanos del mundo ya no podemos volver a permitir que los campos de Europa se vean ensangrentados por las innumerables batallas en donde miles y miles de hombres, bayoneta en mano y al son de los tambores se enfrentaban, y en donde más de la mitad morían y el resto quedaba malherido o mutilado. No podemos volver a permitir el Holocausto. Ni los campos de concentración estalinistas. Ni la guerra entre la Estándar Oil y la Shell por el petróleo del Chaco. Ni la aniquilación de la población civil alemana de Dresde cuando la guerra estaba prácticamente terminada. Ni Hiroshima y Nagasaki. No podemos volver a permitir destrucciones como la Yugoslavia o Afganistán... ni el ataque que preparan contra el Irak.
Tampoco podemos permitir que se perpetué el llamado ? conflicto vasco?.
Pero yo querría en primer lugar, amigo vasco, desilusionarte: El conflicto vasco es únicamente una extraordinaria creación del Poder.
Mientras tu crees que estás defendiendo la identidad de tu pueblo, tus raíces, el legado cultural de tus antepasados... en realidad solo defiendes enloquecido y encegado las propiedades de tus amos en disputa con otros que pretenden desbancarlos y ponerse en su lugar. Tu patria solamente es una finca en disputa.
Ellos, que hace muchos años no tienen patria ni nación nos siguen enfangando a nosotros en guerras nacionales. Ellos que no les importa el color del dinero nos siguen arrastrando a nosotros a guerras étnicas, raciales o tribales. Ellos que no tienen más dios que el Poder, nos siguen embarcando a nosotros en guerras religiosas.
Echa un vistazo a todas la guerras y a todos los conflictos que tienen lugar en el mundo y desentráñalos. Detrás de cada uno de ellos encontrarás petróleo, gas natural, minerales, fuentes acuíferas, bosques, tierras fértiles, mares abundosos de riquezas, rutas o pasos estratégicos... ¡Hasta cuando vamos a seguir cayendo en sus trampas¡ ¡Hasta cuando vamos a ser incapaces de discernir entre los intereses de nuestra propia vida y sus mezquinos intereses¡
Quizás sería necesario un pequeño esfuerzo memorístico y volver a recordar los momentos de la ?transición democrática?. Probablemente entre tus viejos amigos luchadores encontrarás hombres honestos que trabajaron en los Altos Hornos de la Naval, de la CAF, a los de Baracaldo, a los de Sestao o a los de Erandio. Ellos no fueron los que declararon las diferencias genéticas del factor RH negativo como justificación al derecho de autodeterminación. Ellos no fueron nunca a remolque de una burguesía vasca propietaria de inmensas fortunas que les explotaba sin piedad arropada bajo el paraguas franquista. Ellos nunca se codearon con ella: la gran ría bilbaína siempre los había separado.
Su lucha antifranquista fue esencialmente una lucha por su vida y en contra de todos los sectores privilegiados que el Dictador respaldaba y protegía.
Ellos te contarán mucho mejor que yo cómo obsesionada por no perder el Poder, la burguesía vasca no dudó en enarbolar su vieja bandera del nacionalismo patriótico apoyándose en el partido pagado. Ellos te contarán como la ?cuestión vasca? (como la catalana) fue negociada en secreto en las altas instancias del poder.
El proceso de la transición democrática fue un momento crucial en donde los poderes económicos y financieros organizaron y planificaron meticulosamente sus intereses futuros. Fue un proceso preparado, pactado y realizado a golpe de talonario. Tanto los dirigentes de las viejas organizaciones políticas (que se habían mantenido desde la postguerra gracias a la lucha de miles de hombres generosos y valientes) como las que de la noche al día se crearon, no dudaron en abrazar a la nueva democracia coronada a cambio de un trozo del pastel del Poder. El desmantelamiento de las organizaciones sociales por la poltrona en el Parlamento. El rechazo a los movimientos asamblearios por la construcción de enormes entramados burocráticos, lideristas y endogámicos.
El Estado plurinacional fue el precio que pagó a regañadientes la burguesía española para poder afrontar con relativa tranquilidad los retos de un mercado internacional competitivo que exigía la privatización del Patrimonio Nacional y su concentración. Operación que si analizamos detenidamente su proceso y los nombres y apellidos de sus protagonistas habremos de constatar que ha sido un gran éxito: Hoy, es la misma burguesía franquista la que en la democracia sigue acumulando grandes fortunas.
Pero puestos a recordar, yo te aconsejaría que repasases las hemerotecas. Concretamente un discurso de Aznar en ESADE el día 3 de Diciembre del año 2000 sobre el Estado plurinacional: ?Estamos al final del trayecto? dijo con una claridad meridiana.
Pocos días mas tarde uno de los hombres más significativos que la burguesía puso al frente para construir el montaje democrático (uno de los padres de la Constitución) y uno de los artífices del proceso de privatizaciones, fusiones y concentraciones empresariales y bancarias, el señor Martín Villa, fue el encargado de explicar a los nacionalistas que eso del Estado plurinacional era inviable.
(Puestos a recordar te contaré el vitae de Martín Villa. Jefe del Sindicato vertical de estudiantes universitarios (SEU) en 1962. Delegado Provincial de la Organización Sindical de Trabajadores (65-70). Gobernador Civil de Barcelona (74-75). Ministro de Relaciones Sindicales (75-76). Ministro de Gobernación (76-77). Ministro del Interior (77-79). Ministro de Administraciones Territoriales (80-81). Vice-presidente del gobierno y Ministro de Asuntos Políticos (81-82)... A partir de aquí supongo que conocerás de sobra su trayectoria).
Pasados los años, es cuando las operaciones de privatizaciones, fusiones y concentraciones empresariales y financieras (que empezaron los socialistas y continuaron los mismos franquistas) deben terminarse. Es entonces cuando se da definitivamente por acabado el Estado plurinacional y se intenta recuperar aquello que fue entregado a regañadientes a los nacionalistas vascos. Ahora ya no les necesitan, ellos cumplieron con su papel cuando tocaba. ¡A por ellos, gritan al unísono¡
El asalto hace mucho tiempo que fue planificado. Los unos enarbolando la bandera del patriotismo español y los otros la del patriotismo vasco. Finalmente lo han conseguido: el conflicto social y la división de la sociedad vasca ya es una triste realidad.
Echaron (los unos y los otros) tanta leña al fuego que el incendio ya ha adquirido unas proporciones alarmantes. Y como siempre, cuando el desorden impera aparece la ley (de los poderosos) y las legiones para poner paz y orden. Siempre usan el mismo manual: división, confusión, tergiversación, desorden... y finalmente represión. ?Divide et Impera? decían los romanos.
¿Y tu, amigo, quien prefieres que te saquee? ¿Prefieres que tus expoliadores se lleven el dinero de la mano del BBVA para Argentina o quizás prefieres que se vaya de la mano del BSCH para el Brasil?
Hablemos de la ETA.
He de reconocer que en el pasado, dentro del numerosísimo abanico de movimientos y organizaciones antifranquistas (en donde se mezclaban actitudes generosas, decididas y valientes con otras actitudes no tan generosas, decididas ni valientes, y con otras absolutamente mezquinas) los militantes de ETA tenían una gran simpatía y respeto. Para los que intentábamos ir un poco mas allá de nuestras narices (en general, por nuestra juventud, bastante inexpertas e incautas) comprendimos que ETA era una organización nacida en ámbitos universitarios, nacionalistas y cristianos. Su mística revolucionaria, salvadora y vanguardista no estaba tampoco tan alejada de la de otros grupos y organizaciones políticas. En pleno fracaso de los movimientos de liberación nacional (que no resistieron la política de bloques impuesta por los EEUU y la URSS) ETA parecía alinearse dentro de este movimiento aunque su interior era un hervidero de tendencias.
Con la transición esta ETA se acabó. Una parte de resquebrajó y sus líderes eligieron al mejor postor. La ETA que continuó la lucha armada, por extrañas circunstancias, que puede que nunca conozcamos, ha continuado hasta la actualidad. Ni el nacionalismo vasco pudo (o quiso) acabar con ella, ni el nacionalismo español tampoco pudo (o quiso) hacerlo. No son apreciaciones mías. Son los hechos.
A los ciudadanos nos cuesta llegar a aceptar que oscuros hilos pueden llegar a controlar o manipular organizaciones en la que nuestros hijos, o los hijos de nuestros amigos o convecinos se juegan la vida en la defensa de lo que se pretenden grandes ideales. Pero tristemente los grandes ideales de las organizaciones (tanto las unas como las otras) de mística revolucionaria, salvadoras y vanguardia autoproclamada de pueblos, se convierten fácilmente en demencia y criminalidad que termina en autoinmolaciones destructivas si son derrotadas o en sangrientas dictaduras si salen vencedoras.
¡Qué autentico desastre humano ver a jóvenes generosos y valientes malbaratar su vida engullidos en estas organizaciones¡ ¡Qué tristeza escuchar a las madres de los suicidas palestinos orgulleciéndose de las acciones criminales de sus hijos¡
Yo no llego a poder entender hasta qué punto la política de Estado, las intrigas palaciegas, los tejemanejes urdidos desde despachos y pasillos, desde los grandes centros del poder, es capaz de poner en funcionamiento actos de tal crueldad y inhumanidad. Pero yo no tengo la menor duda de que es así. Pensar lo contrario es cerrar los ojos ante la Historia.
Los hechos escapan de toda lógica. Con unos se negocia y con otros se les tortura y se les cubre con cal. A unos se les encarcela y a otros se les paga con fondos públicos su exilio en Santo Domingo. A unos se les acusa de extorsión y a otros se les financia a través de paraísos fiscales... es como un gran teatro de titiriteros en donde los poderosos aparatos del Estado mueven los hilos misteriosos para que la comedia se desarrolle según un guión previamente establecido.
En esta gran tragedia, el pueblo, los ciudadanos son los únicos perdedores.
Pero los ciudadanos nos negamos a aceptar esta realidad y una y otra vez depositamos nuestras esperanzas en los auténticos verdugos de los poderosos. Hasta tal punto es así que ante el asesinato de Lluch, siendo capaces en una gran manifestación en Barcelona, de romper el silencio y el pacto entre miserables (los unos y los otros) seguimos pidiéndoles que dialogasen, que solucionasen definitivamente el conflicto vasco, que detuvieran más muertes... El pueblo salió esperanzado y los dirigentes políticos sorprendidos y desconcertados. De nada sirvió.
Ellos continúan su camino contrario al nuestro. Nosotros estamos por la paz y ellos están por la guerra.
¿Sabes porque ellos están por la guerra?
Están por la guerra porque su mundo se tambalea. Se mueren las caducas empresas de la antigua revolución industrial, se muere la burguesía, se muere el estado nacional, se mueren los partidos políticos, se muere el trabajo tal como lo entendimos hasta ahora, se muere el asalariado, se muere la ley del valor de cambio, se muere la sociedad del capital.
Ante tal acontecimiento todos los sectores aún propietarios (de territorios) intentan acumular y concentrar más y más poder. Es su única oportunidad aunque terminen de rodillas ante el Cesar Bush implorando un lugar de privilegio en su Imperio. Este es realmente el conflicto vasco: un conflicto entre burguesías caducas, moribundas y asustadas.
Sería bastante extenso desarrollar la muerte de la sociedad del Capital. Solamente me referiré a la cuestión de la muerte de los Partidos (o de la democracia).
Podría referirme a los Imperios, al cesarismo, al Partido único o simplemente a las dictaduras militares y represivas para explicarte con rapidez el actual estadio en el que nos encontramos. Seguro que me entenderías con rapidez y asentarías conmigo que también ha muerto la democracia. Pero te explicaré de una manera mas sencilla lo que nos cuesta a los ciudadanos mantener esta inmensa farsa, este descomunal engaño con el que el Poder nos tiene atenazados.
(Son datos oficiales del Tribunal de Cuentas que puedes leer en el periódico EL PAIS del lunes 19 de Agosto del 2002).
Se cifra en 26 millones de euros los créditos vencidos y no pagados en 1999 por los partidos políticos, a pesar de haberles sido concedidos en dos años (97/99) ayudas públicas (subvenciones) por valor de 496 millones de euros, a pesar de que todos han sido beneficiados de un trato de favor de las entidades bancarias (condonación de las deudas, tolerancia en el impago de créditos ya vencidos, incumplimiento de pólizas pendientes, etc) y a pesar de la opacidad manifiesta (secretismo o oscurantismo) de las operaciones no oficiales que realizan... ?Esto significa que pólizas millonarias ya vencidas duermen, a veces a lo largo de años, en un cajón sin que el partido la abone ni renegocie su pago. Simplemente se aparcan y olvidan?.
Este es el inmenso despilfarro que estamos manteniendo los ciudadanos para que nuestros verdugos ejecuten cómodamente su labor. Los resultados de su labor: su inoperancia, su incapacidad, su ladronicio los padecemos la ciudadanía. La ruptura social como la mejor forma de conseguir sus objetivos mezquinos es el más incalificable de sus atropellos.
Amigo vasco: ya es hora que los ciudadanos recuperemos el mando de nuestras vidas. Yo no puedo darte respuestas que solo pueden ser fruto de una gran reflexión colectiva. Pero estoy convencido que solamente a partir de sumarnos a una exigencia colectiva DE QUE SE VAYAN TODOS, la ciudadanía empezaremos a encontrar el rumbo.
Que se vayan todos y en su lugar el PUEBLO.
Esto es lo que yo desearía proponer al pueblo vasco.
Para terminar te copiaré un texto de un gran hombre que murió encarcelado en Pennsylvania en el 1957, que le fueron prohibidos sus trabajos científicos y que sus libros terminaron en las hogueras mackartistas: Wilhem Reich.
(...) ?Sé que eres una criatura capaz, sólida, con cualidades de trabajo, un animal cooperativo, comparable a las abejas o a las hormigas. Todo lo que yo hice fue descubrir en ti al pequeño hombrecito que ha estado haciendo miserable tu propia vida.
Tu eres grande, pequeño hombrecito, cuando no eres mediocre. Tu grandeza es la única esperanza que nos queda a todos.
Eres grande cuando desempeñas a gusto tu tarea, cuando trabajas con alegría la madera, cuando construyes, cuando pintas y embelleces tus espacios, cuando trabajas en la tierra, cuando contemplas el cielo con inquietud, cuando te places en la existencia de los animales simples, en el rocío, cuando bailas y cantas, cuando amas la belleza de tus hijos, el cuerpo del hombre o de la mujer que escogiste por compañera, cuando vas a un planetario intentando entender el espacio, o cuando vas a la biblioteca a leer lo que pensaron de la vida otros hombres y mujeres. Eres grande en tu vejez, cuando con tu nieto en el regazo, les explicas cómo fueron otros tiempos, respondiendo a su curiosidad con confianza. Eres grande cuando eres madre, cobijando a tu hijo entre los brazos, con el corazón lleno de esperanza de que para él vendrán días mejores, y cuando hora tras hora, día tras día, año tras año, tu construyes su felicidad. Eres grande, pequeño hombrecito, cuando cantas las canciones antiguas de tu pueblo y bailas al son del acordeón, porque son pacíficas y están en todos los lugares del mundo. Y eres grande cuando conversas con tu amigo y le dices:
¡Qué bueno que el destino me concedió hasta hoy una vida libre de suciedad y de avaricia, que puedo acompañar el crecimiento de mis hijos, oírles balbucear sus primeras palabras, verlos moverse, caminar, jugar, hacer preguntas, compartir su alegría, reír y amar¡ ¡Qué bueno que no dejé pasar la primavera sin sentirla, que pude gozar del viento y del rumor de los arroyos y del canto de los pájaros, que no perdí el tiempo en chismes con los vecinos, que amé a mi compañera o a mi compañero, y que sentí correr por mi cuerpo el flujo de la vida¡ ¡Qué bueno que en tiempos malos no perdí el norte en el sentido de la vida porque me fue posible oír mi voz interior que me murmuraba en lo más íntimo y me decía: sólo una cosa importa, vivir una vida buena y feliz¡ Escucha la voz de tu corazón, aunque tengas que apartarte del camino recorrido por los tímidos y no concientes de que el sufrimiento solo te vuelve duro y amargado.
Y así, en la quietud del caer la tarde, cuando me siento sobre la hierba frente a mi casa, después de un día de trabajo, con mi mujer y mis hijos, escuchando el latir de la naturaleza, recuerdo entonces una melodía que me emociona, la canción de la Humanidad y su futuro: ¡Humanidad entera, yo te bendigo y te abrazo¡
Y desearía entonces que la vida aprendiese a demandar sus derechos, que fuese posible modificar los espíritus duros y cobardes que solo desencadenan guerras porque la vida se les ha escapado.
Y cuando mi hijo en mi regazo me pregunta: Papá, el sol ha desaparecido ¿dónde está? ¿vendrá pronto?
Yo le respondo: Sí, hijo mío, ha de volver mañana para calentarnos.
(Wilhem Reich. ?Escucha pequeño hombrecito?).
Josep agosto 2002
(Otros escritos en http://www.enxarxa.com/G3)

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tu si q no pillas nada tio txinato Thursday, Jan. 02, 2003 at 1:02 PM
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Hola josep Un vasco que no es tu amigo Tuesday, Sep. 17, 2002 at 7:49 PM