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sececion de la patagonia
Por anais - Tuesday, Sep. 17, 2002 at 10:46 PM
lasquatro4@hotmail.com

posible plan para secesionar la patagonia

Por favor, hazlo correr!!!

Some in Argentina See Secession As the Answer to
Economic Peril

By LARRY ROHTER (NYT) 1415 words
Late Edition - Final, Section A, Page 1, Column 1

ABSTRACT - Neuquen, Argentine city of 250,000 that has
prided itself as gateway to
Patagonia, is center of increasingly restive movement
to secede from economic disaster that is
rest of Argentina; deepening economic crisis has
resulted in sharp cuts in public service for
Patagonians, even as region's bounty of natural
resources continues generating income for
central government; longstanding resentment of
Government has intensified; political
autonomy, regional integration and even secession are
being openly discussed as solutions;
independent Patagonia would be sparsely populated but
prosperous nation; fewer that 5 percent
of Argentina's 37 million people live there, but
region accounts for nearly half of country's
territory, much of its fresh water supply and
hydroelectric power and 80 percent of its oil and
gas; region regards itself as neglected stepchild of
rest of country; was administered as federal
territory, with residents unable to elect their own
governors and congressional legislators until
1950's; photos; map (M)





6. The New York Times falsea pretensiones separatistas
de la
Patagonia.
____________________________________________________________

Alejandro Blanca

¿Alguien quiere separarse de Argentina? Un reportaje
de Larry Rohter,
corresponsal del New York Times en Buenos Aires, en el
que afirma que
existen serias pretensiones secesionistas en la
Patagonia provocó
airadas reacciones de políticos y catedráticos
argentinos, quienes
negaron esa versión y advirtieron que la nota
entrañaba oscuras
intenciones de Washington. La Patagonia, una región de
casi 790 mil
kilómetros cuadrados (similar en extensión a Turquía)
ubicada en el
extremo austral del continente, está integrada por las
provincias de
Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra de
Fuego y es vital
para el país, pues abarca poco menos de la mitad del
territorio
argentino, gran parte de sus reservas de agua potable,
una importante
infraestructura hidroeléctrica y el 80 por ciento del
petróleo y el
gas natural.

En el reportaje, titulado "Algunos en Argentina ven la
secesión como
una respuesta a la crisis económica", Rohter afirma
que con la
profundización de la esta situación, se ha
incrementado el interés de
los patagónicos de separarse de la República. Advierte
que "la
autonomía política, la integración regional y hasta la
secesión son
abiertamente discutidas como posibles soluciones".
Sostiene que la
independencia haría de la Patagonia "un país
escasamente poblado
(menos del 5 por ciento de los 37 millones de
argentinos viven allí)
pero muy próspero". Señala que tradicionalmente, el
resentimiento
hacia el gobierno federal es especialmente fuerte en
esa región, "que
se ve a sí misma como una hijastra descuidada por el
resto del país".
Hasta los años cincuenta, fue administrado como un
territorio federal;
sus residentes no podían elegir a sus propios
gobernadores y
legisladores

El reportero estima que "mucho del deseo de un cambio
en las
relaciones con el resto de Argentina ha sido provocado
por la reciente
propuesta del gobierno de Eduardo Duhalde de fusionar
las dos
provincias ubicadas más al norte de la Patagonia,
Neuquén y Río
Negro". Y ejemplifica: "Como una señal del severo
colapso económico
del país, la localidad de Carmen de Patagones, el
condado más sureño
de la quebrada provincia de Buenos Aires, está
buscando terminar esa
afiliación para unirse a la nueva provincia". Según la
propuesta
gubernamental, la unión de dos o más provincias, que
estaría sujeta a
un plebiscito, es una medida para reducir la
burocracia y el gasto.
Pero, Rother subraya, "como la revista Parlamentaria
advirtió
recientemente: 'Hay también sectores que advierten
sobre la
posibilidad de que ciertas provincias se estén
agrupando como un
primer paso hacia una posible independencia de
Argentina'".

Rother da algunos ejemplos de la supuesta intención
secesionista en la
región. Así, cita al director del programa de estudios
regionales de
la Universidad de Comahue, Gerardo Mario de Jong: "Lo
que está ganando
espacio es una búsqueda de soluciones. La gente se
está cuestionando
el concepto de un único centro de poder nacional al
que muchos de
nosotros culpamos por nuestros problemas". En el
artículo se destaca
que en una encuesta elaborada en mayo pasado, el 53
por ciento de la
gente dijo que quería una Patagonia independiente; el
sentimiento por
la separación fue más fuerte entre la gente joven, el
grupo con el
mayor nivel de desempleo, de los cuales 78 por ciento
dijeron que
apoyarían una secesión. Elfo Kruteler, un profesor de
francés y
artista, habría explicado al periodista los motivos en
los que se
apoya una presunta iniciativa independentista:

"Si comparamos el área norte del Río Colorado con el
área hacia el
sur, veremos que ya tenemos dos países separados. Se
llevan todo de
aquí, nuestro petróleo y gas, madera y minerales, y no
nos dan nada a
cambio excepto problemas". Señala que como en el resto
de la
Argentina, la mayoría de los residentes de la
Patagonia son de
ascendencia española o italiana.

Pero en esta región, hay un mayor porcentaje de
europeos de otros
orígenes, yugoeslavos, galeses, alemanes y franceses.
Jorge Sobisch,
el gobernador de Neuquén, tiene ascendencia croata y
explica: "No es
claro si esto es un factor importante, pero los
habitantes de la
Patagonia se consideran a sí mismos diferentes de los
demás argentinos
por la topografía de la región, su lejanía y por el
hecho de que la
mayor parte de la inmigración comenzó a principios del
siglo pasado".
Pero el diario Río Negro se abocó a verificar la
información del
reportaje del New York Times y encontró testimonios
que contradecían
al corresponsal estadunidense, además de que en las
provincias
australes parece no haber indicios de algún movimiento
separatista. El
gobernador Sobisch aseguró que la independencia de la
Patagonia del
resto del país "no existe en mi cabeza, ni en la de
ningún argentino.
De hecho, la secesión está en las antípodas de la
integración". Si
bien consideró que es necesario negociar una nueva
relación entre la
provincia y el gobierno central, "nadie está hablando
de eso (la
secesión)".

En el Congreso, diputados y senadores de la región
negaron
categóricamente que semejantes intenciones estuvieran
en los planes de
los gobiernos y los ciudadanos patagónicos.

Por su parte, el profesor De Jong desmintió las
declaraciones suyas
que publicó el diario estadunidense y atribuyó ese
artículo a "una
intencionalidad del Departamento de Estado para
quedarse con las
riquezas naturales de la región". Explicó que "lo que
yo le dije al
periodista estadounidense es que los localismos no
deben ser
interpretados como una tendencia, si él insistía en
presentarla como
me dijo a mí e hizo, es algo que obedece a alguna
intencionalidad que
habría que analizar de dónde viene". El catedrático
agregó que le
parecía, "al menos, sospechoso el artículo de Rother,
pues yo no dije
lo qu! e escribió, lo que si dije es que hay dos
provincias que están
proyectando fusionarse y que hay un federalismo en el
país que viene
desde nuestros propios orígenes".

De Jong se quejó porque "se utilizaron sus
declaraciones para forzar
esa idea". Por lo pronto, apuntó, lo cierto es que
"existen denuncias
justamente sobre esta intencionalidad del Departamento
de Estado con
respecto a favorecer las integraciones regionales a
los efectos de un
mejor manejo del mundo, que de alguna manera
contribuye al desarrollo
de los países".

El diario estadunidense no ha hecho ninguna aclaración
respecto a los
desmentidos de De Jong y de los funcionarios
patagónicos.
Pero la acusación sobre las intenciones de Estados
Unidos sobre la
Patagonia no es nueva. De hecho, analistas señalan que
los rumores
sobre secesión, los proyecto de unir dos o más
provincias en una sola
y la compra de grandes extensiones de tierra en
Argentina y Chile por
magnates estadounidenses están relacionados con un
plan impulsado por
el Departamento de Estado para desestabilizar la
región, aprovechando
el caos en Argentina.

El tema de la adquisición de terrenos en los países
del sur del
continente por parte de magnates estadunidenses es
algo que preocupa a
las autoridades de los gobiernos de la región, pues
esta tendencia ha
sido especialmente intensa en los últimos años. En
1998, el
multimillonario Douglas Tompkins compró unas 330 mil
hectáreas de la
provincia de Palena, ubicada en la décima región de la
Patagonia
chilena, y 146 mil 925 hectáreas en Santa Cruz,
Argentina. Y hay más:
la compañía de ropa Benetton, dueña de más de dos
millones de acres de
estancias con ovejas en la Patagonia es el mayor
terrateniente de la
región, y otros extranjeros como el multimillonario
Ted Turner, han
comprado extensos ranchos y complejos de deportes
invernales. En
respuesta a esa fiebre mercantil, varios legisladores
argentinos
presentaron el año pasado una propuesta de ley para
detener la venta
de tierras privadas y fiscales a extranjeros, por
considerar que esas
operaciones atentan contra la soberanía nacional.

Los parlamentarios acudieron al doctor Juan Enríquez,
del Centro David
Rockefeller para Estudios Latinoamericanos de la
Universidad de
Harvard, para fundamentar su iniciativa. Enriquez, de
origen mexicano,
les presentó un informe al respecto y aseguró que, "en
el futuro, la
fragmentación territorial cumplirá una función
destacada para el
reordenamiento global, en cuyo marco es posible que
surjan nuevos
países en América Latina: en Chile, Argentina y Brasil
específicamente".

El especialista en temas geopolíticos explicó que
existen "afinidades
preocupantes" entre la adquisición de tierras en Chile
y Argentina con
otras operaciones en el continente que fragmentaron a
varios países,
por ejemplo, "las tierras de Tompkins están bajo
régimen de las leyes
de Impuesto y Renta de los Estados Unidos, y no bajo
la legislación
chilena y argentina"

Así, explica el académico, "las concesiones madereras
otorgadas por
Guatemala al Reino Unido en las costas del Mar Caribe
condujeron a la
independencia de la Honduras Británica en 1981, un
proceso que acabó
convirtiendo este territorio guatemalteco en la nación
independiente
de Belice. Definitivamente la fragmentación encargada
a la iniciativa
privada, como en el caso de Belice, se ajusta
perfectamente al proceso
que vive hoy la Patagonia. De hecho, no es un secreto
que Tompkins
tiene fuertes vínculos con el Departamento de Estado
tal como los
tuvieron en su momento los magnates de la industria
maderera (con el
Reino Unido)".

Para Domingo Schiavoni, ex diputado provincial del
Partido
Justicialista (PJ), las negociaciones entre los
gobiernos de Río Negro
y Neuquén, por una parte, y de Salta, Jujuy y Tucumán,
por otra, para
conformar dos provincias y ahorrar gastos
administrativos, no son
iniciativas de austeridad para acotar el gasto
político.

"Hay que descubrir en ello la punta de un iceberg
perverso que
reconoce otros antecedentes", señaló Schiavoni y citó
a un renombrado
geoestratega árabe, quien en un programa de TVE, de
España, denunció
que "ya circulan en oficinas estatales de los Estados
Unidos mapas del
Brasil, donde no figuran ni su parte de la Amazonia ni
las ricas y
fértiles tierras del Pantanal". En cuanto a Argentina,
el ex
legislador advierte tajantemente que, uniendo todas
las partes, ese
proyecto de regionalización no es otra cosa que un
intento "obsceno"
de desmembrar el país y destruir su identidad. Y
Explica: "Si esas
regiones alcanzaran autonomía administrativa podría
darse el caso de
que renegociaran unilateralmente sus respectivas
cuotas de la deuda
externa, concesionando servicios públicos esenciales a
compañías
extranjeras, entregando territorio a empresas vicarias
del imperio y
liquidando su patrimonio, sin participación alguna de
la nación
Argentina.

"En ese dibujo arbitrario y diseñado por la
extranjería y sus socios
locales, figura desde hace varios años la intención de
anexar Santiago
del Estero a San Luis y Córdoba, desmembrando el
noroeste argentino",
concluye el ex legislador.

Los dirigentes del Sindicato Unificado de los
Trabajadores de la
Educación Fueguina advierten que un signo de las
"malas intenciones de
los norteamericanos" es el decreto firmado en 2001 por
Carlos
Manfredotti, gobernador de Tierra de Fuego, la
provincia más austral
de Argentina, para ceder tierras en el centro de la
región para la
instalación de una base estadounidense que realizará
"estudios
nucleares con fines pacíficos". El sindicato asegura
que,
posteriormente, los estadounidenses establecerán
instalaciones de
misiles en esa base, "como una cabeza de playa para
controlar la
región". La estrategia estadounidense estaría
vinculada a la creación
del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y
"el
desmembramiento del país".

Quienes advierten de esta "jugada" de Washington
alertan que las
intenciones van más allá de una división territorial.
Heinz Dieterich,
periodista experto en geopolítica, señala en un
artículo publicado en
el diario digital Unilatina 21 que el objetivo, en el
mediano y largo
plazo, de esa política de Washington es "garantizar
Estados sumisos y
controlables en la región". La estrategia contempla,
en el corto
plazo, "asegurar el fracaso del Mercosur, impedir el
triunfo del
Partido de los Trabajadores en Brasil, derrocar a Hugo
Chávez en
Venezuela, ampliar el Plan Colombia a los países
vecinos e imponer el
ALCA", asegura Dieterich.

Ante señalamientos como el de este periodista de
izquierda, la derecha
reacciona con escepticismo y considera que hablar de
imperialismo en
estos tiempos suena anticuado y es un delirio más que
un análisis
serio.

Sin embargo, la abierta intervención de las
representaciones
diplomáticas de Estados Unidos en la crisis que derivó
en el efímero
golpe contra Chávez, en la promoción del componente
militar del Plan
Colombia en los países del Cono Sur y en los recientes
comicios
presidenciales de Bolivia -donde el embajador llamó
abiertamente a la
población a no votar por el candidato cocalero Evo
Morales-, así como
las presiones en el mercado bursátil de Brasil ante el
avance
electoral de Lula, el candidato más fuerte de la
izquierda, no parecen
coincidencias inofensivas.

Que el diario más influyente de Estados Unidos plantee
el tema de la
secesión en la Patagonia sin que exista un verdadero
debate en la
región, también da que pensar.

De Rebelión




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