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López Murphy y la democracia
Por Julián Caunedo - Wednesday, Sep. 25, 2002 at 7:25 PM

La fórmula presidencial Rodolfo López Murphy - Alberto Natale (si finalmente se concreta) admite, en cuanto a los candidatos, sus connotaciones personales.


López Murphy es de trayectoria radical, pese a que “el viejo partido”, habituado a la guitarra eléctrica en materia de política económica, lo rechaza. Es un economista de reconocida capacidad y prestigio, aunque salvo su paso por el
Ministerio de Defensa y muy raudamente por el de su materia (5 días apenas), no tiene antecedentes relevantes en cuanto a la función pública. Lo que no es un inconveniente muy grave, atento a la cantidad de veteranos que cada vez que
vuelven al poder se esmeran en hacer más daño que la anterior. Natale (precandidato a candidato a la vicepresidencia) lleva mucha experiencia como legislador nacional y es un reconocido especialista en Derecho Político.
Algo que lo califica para, llegado el caso, advertirle al Presidente (si fueran electos) que además de las reglas de la economía, en la nación y en el mundo existe la política, el derecho y los valores humanos y sociales. Nuestros
economistas de las últimas décadas no entienden que uno de tal profesión que ignora a la política, es que no sabe nada de economía. Natale, demoprogresista, que seguramente no comparte las inclinaciones a la izquierda de los últimos años
de don Lisandro de la Torre, aunque sí su pasión por los intereses nacionales, fue uno de los pocos diputados que se opuso a que se tirara la convertibilidad por la ventana. Al margen del curriculum la dupla ya comenzó a tener espacio
significativo en las encuestas.

Ahora bien, ambos son liberales y, además, democráticos. Esto supone que si conquistan el gobierno van a insistir con “el modelo” o con alguna de sus variantes, sin perjuicio de estimular las exportaciones, lo que supone mover la
producción de los rubros respectivos. Y no hay dudas que pondrán especial acento en las virtudes del mercado libre y en la no intervención del Estado en las relaciones “de producción y cambio”. Pero el caso es que, tratándose de la
democracia, es indispensable contar con el apoyo electoral de la mayoría de los ciudadanos con derecho al voto. Las preguntas que surgen, a esta altura, son por
lo menos dos. Una, ¿está predispuesta la mayoría del país para sostener en las urnas un propuesta que prioriza los rubros financieros y que deriva la problemática social a “una nueva etapa de crecimiento” sin otras referencias...?

Dos, para la hipótesis de que los argentinos opten por un programa neoliberal o algo parecido (Menem fue reelecto en plena vigencia del modelo que provocaba desocupación), al día siguiente del comicio y recibidas las felicitaciones de
Jorge Avila y Paul O’Neill, que no son las peores, el flamante Presidente tendrá que conceder una audiencia inmediata a los casi 5 millones de desocupados y a los 15 millones de pobres que llenan de ruido y de bronca las calles y las rutas
de la República. Si no habló con ellos antes del comicio, tendrá que hacerlo al día siguiente, pues esta gente está apurada, por no decir desesperada. Sobre todo que no podrá pedirles paciencia, definitivamente agotada, tanto en los de
abajo como en los del medio y varios de los de arriba. La pirámide social, por culpa del corralito y del hambre, hasta perdió las viejas jerarquías de que hablan los sociólogos.

Es probable que, cuando llegue ese difícil momento, López Murphy le confíe a Natale que reciba a los macilentos para que, con algunas citas de Kelsen, Burdeau, Sanchez Agesta, Easton o Jaguaribe, atine a explicarles, didácticamente
como a sus alumnos de la Facultad, que, conforme a la historia y a la politología, los cambios justicieros siempre demoran en llegar, aunque finalmente llegan. Y como es eso de que fatalmente el mercado proveerá. Este es el problema de los liberales en América Latina cuando ignoran que los supuestos socio-culturales de cada país condicionan fuertemente la viabilidad de todo programa económico. Lo acaba de descubrir Samuel Huntington hace poco en un
seminario que dictó en Chile.-

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