Julio López
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¿VOTAR O NO VOTAR? (segunda parte)
Por COLECTIVO: NUEVO PROYECTO HISTORICO - Saturday, Sep. 28, 2002 at 6:16 AM

¿Porqué hoy la clase media no pide un golpe?

COLECTIVO: NUEVO PROYECTO HISTORICO (NPH)

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¿Votar o no votar?

(Segunda parte)

 

2.- ¿Porqué hoy la clase media no pide un golpe?

 

Su base material y su condición social de "clase-media" están puestas en entredicho. No estamos ante un capitalismo fabril de pleno empleo, que tenía como co-relato a una clase media ascendente.

Lo que quedó en pié de este sector, son aquellas fracciones incluidas en el pasaje del fordismo al posfordismo: Empleados públicos de alta jerarquía. Ejecutivos. Personal jerárquico de las finanzas, el comercio exterior y los servicios públicos.

Y los saldos de los sectores productivos e improductivos fordistas: empresas al borde de la bancarrota, chacareros hipotecados, comerciantes endeudados y profesionales proletarizados.

Su conciencia política ante tamaña debacle material está cruzada por contradicciones, esperanzas y antagonismos.

Desde instaurar un quimérico capitalismo humanizado. A la entrada de la Argentina en el ALCA en su condición de neo-colonia del imperio Norteamericano. Hasta un asambleísmo, que a fuerza de experiencia superó el trueque, hoy experimenta con los circuitos paradojales de la autogestión, y deberá alumbrar una forma civilizatoria inédita si desea vencer al capitalismo.

Esta conciencia tiene su corelato político. Para los capitalistas "humanistas" ¡Qué se vayan todos, para que se voten a todos! Para los dolarizadores, que se vaya Duhalde para que venga otro presidente, despesifique y discipline al conjunto de la sociedad. Para los insumisos, fuerte repudio a las elecciones capital-parlamentaria y, una perspectiva instituyente de sus prácticas de poder constituyente, devenido constituido a través de una república de los autónomos de autovalorización anticapitalista.

Si los objetivos de estos últimos se logran por medio de otra nueva rebelión, como la del 19 y 20, o con un llamado a una Asamblea constituyente, es una cuestión que escapa a su voluntad. Debido a que cualquiera de las dos instancias estará signada por la disposición de las masas en forzar los tiempos y espacios pautados por el poder.

Mientras tanto, ante los conflictos irresueltos, la democracia derivará en una relación entre el ejercicio del dominio capitalista y la insubordinación de los insumisos. No estaremos ante un estado hegemónico coactivo-concensual, sino

dominante-insubordinante.

No hay libertad duradera para el pueblo en los marcos de la legalidad capitalista. Habrá que continuar forzando los límites del capital-parlamentarismo. Okupar una fábrica. Reabrir una clínica. Tomar una sucursal bancaria abandonada lo es. Entre tanto y, no superando todavía la democracia parlamentaria como marco de las luchas populares contra el poder, este modo relacional de los antagonismos resulta un estadio mas propicio para la radicalidad, que una tiranía cesarista-fujimorista.

Después de las elecciones. La democracia se blindará. El poder surgido de las urnas será débil. Cuanto más débil más violento. Como el gobierno fraudulento de Bush (h). El gobierno Colombiano que no duda en intentar instaurar un estado de sitio permanente. Y el futuro gobierno argentino que blandirá los votos obtenidos como expresión de su consenso devenido coacción, como el filo de una espada sobre la cabeza de los opositores.

Será el pueblo el que se gane, ante cada periódico intento represivo, vivir en democracia. Democracia como marco de la contienda social. Democracia que en su seno vio nacer el asambleismo, los cortes de ruta y la re-apropiación de los espacios públicos. Democracia no como techo, sino piso de lucha. Democracia como mecanismo dominante a confrontar y vencer por el autonomismo de masas contrahegemónico. Democracia que no habrá que permitir que sea vulnerada por el poder mientras no se logre instaurar un estadio de sociabilidad des-representativa y anticapitalista.

Para los que dudan en seguir antagonizando por todos los medios (el electoral incluido) y equiparan sin más, al fascismo, como forma excepcional de dominación capitalista, con la democracia parlamentaria, resulta vital recurrir a los compañeros de las generaciones anteriores, que conservan su vitalidad en confrontar al capital, y escuchar sus relatos acerca de cómo fue luchar por la revolución durante la última dictadura militar.

Para los que crean que existe la posibilidad de realizar una larga marcha por las instituciones y, realizar "la revolución de los representantes populares", basta evocar a la triple A, para captar hasta donde puede resistir las tensiones el sistema y, a que medios salvajes puede recurrir en su retirada el parlamentarismo para sostener la expoliación capitalista.

 Salud y libertad.

NPH.-

 

Próxima entrega:

 

3.- ¿Y la clase obrera porqué votaría a Menem, Rodríguez Saá o cualquier variante capitalista?

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