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12 de Octubre: símbolo del genocidio
Por Cristian Carlini - Wednesday, Oct. 09, 2002 at 8:09 AM
ccarlini@datafull.com

12 DE OCTUBRE: SÍMBOLO DEL GENOCIDIO. A PESAR DE LAS INTENCIONES DEL PODER SISTÉMICO DE HACERLO OCULTAR.

Yo considero que ocultar la realidad, es ocultar lo que en la práctica no se puede ocultar, “la filosofía existencial”, nuestra “filosofía existencial”. A lo largo de este caminar existencial voy comprendiendo que la historia, es el hombre mismo y todas sus interacciones que se dividen en: pasado, presente y futuro. Y estos tres tiempos es simplemente una expresión cronológica de lo que considero como nuestro tiempo interno-humano, nuestra verdadera historia existencial que siempre unifica estas tres divisiones. Además, detenerse en recuerdos o imaginarse el futuro, es aceptable siempre y cuando no nos olvidemos de nuestra respectiva filosofía existencial.
Ser originario, o desde la ¿normalidad?, ser indígena, es muchas veces para nosotros, analogías del tiempo del pasado, pero que conscientemente o inconscientemente estamos contribuyendo al etnocentrismo de los “nosotros” (hombres civilizados, hombres occidentales que vinieron a hacer “progresar” a América), hacia los y las indígenas (aborígenes inferiores, coeficiente intelectual bajo, etc.).
Indígena, es simplemente, una terminología referidas a grupos, comunidades humanas, formadas de acuerdo a principios y valores socioculturales. Serán diferentes para nuestra cultura, pero ¿por qué no aceptarlas y aprender en las diferencias y con las diferencias, y no en la homogeneidad de una forma de pensar y actuar?. Es cierto que antes de la “llegada de los europeos” no todo era perfecto en esta América, pero sí los y las hermanas de los diferentes pueblos originarios partían de una cosmovición y por lo cual una forma de vida totalmente diferente a la expresada por el supuesto “descubridor”, en donde realmente no sé vivenciaba hambruna como si se producía en la “supuesta” vieja Europa que estaba regida por la aristocracia feudal.; y acaso, ¿hoy no sucede esta misma dominación con su esencia de reproductora de diferentes tipos de desigualdades con la aplicación de los principios y valores fundamentalistas del mercado, del capital?. Los parámetros de valores de una supuesta superioridad civilizadora no es excusa para aceptar el máximo genocidio que “unos” aplicaron sobre “otros”. Los cobardes colonizadores partieron desde tres ópticas que expresan su cosmovición: el etnocentrismo que significa la superioridad de una cultura sobre otra/s. El etnocidio que significa la destrucción sistemática de las otras culturas por la cultura que se considera “superior”; y por supuesto para producirse este etnocidio se parte de un genocidio que significa la destrucción sistemática tanto espiritual, psíquica, y orgánica/coroporal de cada persona. Esta cosmovición es servirse de la/s comunidad/es y no servir a la comunidad (desde la cosmovición de los pueblos originarios); significa partir de una postura verticalista fetichista (en donde el fetiche, adorado alienadamente puede ser tanto el capital, expresado de diferentes formas: dinero, tierra, oro, plata, etc.-, el estado, un dios, el partido, etc.), diferente a la cosmovición de los pueblos originarios en donde no hay centralismo y todos y todas actúan en función de la respectiva comunidad; es obligar a que el “otro” haga ciertas actividades y no esa hermosa expresión poética que es el “mandar obedeciendo” enseñada por los zapatistas.
Por lo cual, desde su egocentrismo, los colonizadores (iniciada por la corona española) por necesidades políticas e ideológicas y principalmente económicas (por el objetivo de permitir la expansión del “mercantilismo”, como la primer forma de expresión “institucionalizada” del principiante sistema capitalista), permitió llevar a cabo el respectivo genocidio y etnocidio. Pido por favor que recordemos este frío porcentaje: hacia el año 1492: la población de AMÉRICA, era aproximadamente de 95.000.000 de hermanos y hermanas de los diferentes pueblos originarios, con la aplicación del llamado “descubrimiento de AMÈRICA” la población se redujo a 11.000.000 de personas hacia el año 1650. Es decir en solo 158 años aproximadamente se asesinaron y se masacraron a 84.000.000 de hermanos/as originarios/as. Y con la constitución de los diferentes “estados nacionales” como el Argentino, el Mexicano, el Brasileño, el Chileno, el Puerto Riqueño, etc.; y con sus diversas campañas civilisatorias como “la campaña del desierto” se asesinaron nuevamente a más de 11.000.000 de hermanos y hermanas originarias/os y/o indígenas. Es decir la masacre sobre los pueblos indios a lo largo de estos 510 años de explotación y opresión sobre nuestra AMÉRICA (y solamente me estoy refiriendo a personas de los pueblos originarios y/o indígenas) alcanza alrededor de 95.000.000 personas; considero que con estas cifras ensangrentadas, es realmente hipócrita hablar de descubrimiento. Esta atrocidad se produjo de diferentes maneras:
· Exterminio directo;
· Malas e indignas condiciones de trabajo. Eran explotadas y explotados siendo el promedio de vida de los hermanos/as de 35 años aprox. Y además, debían pagar tributos por lo que se trabajaba (doctrinas esclavistas, como actualmente sucede con el F.M.I., representantes de los capitalistas);
· La esclavitud, sumada a los traslados de un lugar a otro, explotándolos, con una mala alimentación, provocó que bajen las defensas inmunológicas, provocando la respectiva vulnerabilidad y dando origen a distintas enfermedades, como la viruela, la lepra, paludismo, la fiebre amarilla, la tuberculosis, el cólera, etc. Recordemos que no había enfermedades crónicas en los diversos pueblos antes de la respectiva conquista genocida.
· Se representa también con él quiebre psicológico y existencial, desconociéndose sus valores, sus creencias, sus culturas.
· Se utilizaba el alcohol y las drogas para dominarlos mejor.
Por lo cual, por este simple hecho histórico, que aún es presente y será futuro, considero que el 12 de octubre, no es el día de la raza, sino el recordar en “nuestras” filosofías existenciales, el día (simbólico) del genocidio.
Yo considero que hay principios fundamentales en mi existencia cuando me refiero a la educación contrasistémica y subversiva (es decir que subvierte, que cambia el orden actualmente imperante) y estos principios es el respeto, él poder hacer juntos, y el pensamiento y accionar horizontal. Y estos principios, sinceramente los fui aprendiendo de los pueblos originarios. Al concurrir a las comunidades fui valorando y apreciando el estilo de educación de los hermanos/as indígenas, un estilo basado en la ética, en la simpleza, en el no maltratar y gritar a los niños, en respetar la sabiduría de los abuelos y las abuelas, en él respecto a la naturaleza (por ejemplo cuando una mujer está embarazada no puede comer carne, porque al gestar una vida, no puede tener el derecho a culminar con la vida de otro ser), o el principio de intentar reintegrar a los delincuentes al “nosotros comunitario”. Es decir, fui aprendiendo que la justicia comunitaria no es “punitiva, ni vengativa sino es restitutoria. Como lo menciona Lenkersdorf, Carlos (en la revista Chiapas, Nº 7, México, 1999) “la justicia del nosotros no es ni idealizada, ni utópica, sino que representa relaciones sociales muy exigentes. Todos y cada uno de los miembros de la comunidad tienen que reconocerse en los demás miembros del conjunto social del nosotros. La gente individualizada de la sociedad dominante difícilmente aceptaría tal responsabilidad con todo lo que implica, tal como lo hizo la gente de la comunidad”. Es decir, es uno de los pilares de la enseñanza del mandar obedeciendo. Pero en los parámetros de la educación de este sistema opresor y explotador, cada uno de estos principios no fue aplicado en la práctica, aunque sobren los respectivos discursos floridos, porque se sigue haciendo hincapié en Sarmiento con su frase célebre: “civilización o barbarie”; o en que los colonizadores en realidad no lo fueron y si “fueron” simples y respetuosos “descubridores”. Fue tanto y lo sigue siendo el genocidio del poder sistémico (por supuesto que incluyo a las hipócritas y repudiables expresiones religiosas, con sus respectivas iglesias, que con el afán de supuestamente enseñar la grandeza de su Dios, su Dios privado, no respetaron y no respetan la espiritualidad de los pueblos originarios, por ejemplo lo que hace la pastoral aborigen, etc.); se fue produciendo una situación existencial en donde se pueden dar dos fenómenos existenciales interrelacionados: - no estar de acuerdo con sus propias raíces culturales y - aceptar su inferioridad como natural hacia el colonizador.
Yo a veces me pregunto como prevalece el olvido y por lo cual el aniquilamiento de la memoria colectiva, grupal, comunitaria, en la actualidad. No solo considero que sea por falta de interés. También legitima la indiferencia, ante las evidencias de lo que fue y es el genocidio actual, cometido y (que se comete) hacia los pueblos indígenas, tanto en lo que fue la época colonial, como en la actual etapa republicana. Por supuesto que no solamente se aplica el actual genocidio sobre los pueblos indígenas, sino también en lo que se denomina como el campo popular (destaquemos que la cultura indígena es diferente a la cultura popular, y pido por favor que no piensen que es una visión sectarista de los hermanos/as de los pueblos indígenas; si no comprendan que las culturas indígenas poseen una trayectoria de más de 40.000 años de historia, mientras que la cultura popular no indígena es solamente de 500 años, es decir desde que se produjo la colonización aproximadamente); sé que es un tema de enorme debate, pero considero que es fundamental comprender que unificarse no significa integrarse, y los hermanos/as indígenas no están de acuerdo con la integración, generadora de vivencias transculturalizadoras y si están de acuerdo con la unificación, con el caminar juntos pero respetando los caminos diversos. Retomando lo mencionado anteriormente, el genocidio también se aplica a lo denominado como el campo popular. Por ejemplo los más de 100 pibes que por día se mueren (en donde hay muchos niños y niñas indígenas), o lo que fue la masacre de más de 30.000 compañeros/as desaparecidos, en donde también aniquilaron a hermanos/as indígenas. Tener memoria colectiva significa muchas cosas, pero considero que fundamentalmente expresa lo siguiente: comprender que cada uno de nosotros somos colectivo y no un átomo individual que es la esencia del sujeto que internaliza y reproduce la propiedad privada (ya sea expresada con la imagen de lo propiamente individual o lo estatal). Al ser colectivo, somos comunitarios y ser comunitario es lo que la cosmovición de los pueblos originarios nos enseñan: “servir a la comunidad y no servirse de la comunidad”. Por lo cual si somos comunitarios, si somos comuneros, si somos colectivos no podemos ignorar no, solo el genocidio de hoy y el de los y las 30.000 compañeros/as desaparecidos/as y asesinados/as, sino también sería individualista y por lo cual sería expresión de una conciencia “colonizada” el considerar el 12 de octubre como el festejo de la raza. Por eso comencemos a comprender y (recreemos este comprender) de no ser colonizadores (que se pueden generar en las expresiones más cotidianas) y reivindicar la lucha de nuestros hermanos/as originarios.
Podemos apreciar los siguientes hermanos/as de diversos pueblos originarios del mundo: MAPUCHES, ONAS, KOLLAS, GUARANÍS, YANONANIS, SAMIS, MAYAS, WICHIS, NUNAVUTS, ASHÁNINKA, MASSAI, CHARRUAS. Puedo mencionar muchos más pueblos, porque los/as indígenas nos enseñan la expresión de los múltiple, de lo diverso permitiendo generar, (gracias a esta expresión que no tiene nada que ver con lo homogeneo, estático y estigmatizador y rotulador como es el concepto de raza: blanca, negra, amarilla, etc., proveniente del pensamiento que explota y oprime, que genera desarmonía cósmica) unificación, es decir, unidad en lo diferente; y esto permite erradicar la construcción de la desigualdad (con sus diversas expresiones) que se genera cuando se parte desde una óptica de verticalidad y de no-horizontalidad en la vinculación con lo diferente.
Reflexiono sobre esta realidad y se siguen generando genocidios de diferentes tipos Pero los/as indígenas/as dijeron: “YA BASTA”, y desde sus pueblos múltiples nos proponen que aprendamos de una cosmovición originaria, que es la cosmovición que expresa una filosofía cósmica y que reivindica la lucha por los derechos cósmicos (que incluye la visión de la dignidad humana). Esta cosmovición nos enseña lo siguiente: el pez es un ser cósmico, también lo es un río, como lo es la montaña, como también lo es un león, una planta y también lo es el ser humano. Es decir todos los seres (orgánicos e inorgánicos) son seres cósmicos; por lo cual “el hombre no es el centro del universo, sino es un ser más dentro del perfecto equilibrio armónico del universo”. Es realmente impresionante esta enseñanza en donde el hombre no es el centro del mundo, por lo cual todo lo que el hombre va construyendo en sus culturas se encuentra en continua armonía con el cosmos. El hombre que “se ha olvidado de que es cósmico, de que es originario”, a lo largo de generaciones y en procesos culturales ha generado un pensamiento colonizador, esclavista, y reproductor de desigualdades. Por ejemplo así lo expresa el pensamiento etonocentrista y eurocentrista occidental (es tal la desarmonía de este pensamiento racionalista y utilitarista que ha generado una reducción del universo en lo que es occidente y en lo que no lo es), cuando elabora teorías centralistas en donde una “esencia” (que es realmente una imagen psíquica/sociocultural) está por encima de la persona, y constituye un pensamiento verticalista: Por ejemplo se puede apreciar la imagen del “Estado”, del “Partido”, del “Dios” y el “Diablo” teólogo/religioso que se impone, del “capital”, de “otra persona”, etc. Como también el antropocentrismo es otra teoría centralista porque pretende poner al hombre en el centro del mundo.
Los pueblos indígenas nos enseñan que la construcción siempre es desde abajo, generando redes que van constituyendo federaciones de comunidades y a su vez, confederaciones, pero reitero siempre desde abajo. Por ejemplo la enseñanza del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, la CONAIE (Confederación de Naciones Indígenas del Ecuador), la ONIC (Organización de Naciones Indígenas de Colombia), el Gran Parlamento Indígena, el Movimiento Indígena en formación, por el Territorio, la Autodeterminación y los Derechos Cósmicos, la Organización Comunitaria Meguexiché (estas tres agrupaciones se encuentran en estos territorios del llamado estado argentino, por su puesto genocida), el Movimiento Pachamama, etc. Además nos enseñan un camino diferente a la de la toma del poder, (reproductora de la ilusión del estadocéntrico, propulsado por la izquierda tradicional), sino que consisten en disolver las relaciones de poder que permiten mantener este proceso imaginario de delegación de la potencia de cada persona, de la energía de cada persona hacia la imagen del estado, hacia la situación de la gestión estatal; y generar nuevas relaciones socioculturales desde abajo haciendo hincapié en la constitución de experiencias de la unidad a través de una reivindicación de las identidades culturales (sería las cosmoviciones de los múltiples pueblos indígenas) conjuntamente con una postura de recuperar los territorios (a pesar de las hipócritas empresas multinacionales) y practicar autonomía, autogestión y libre autodeterminación (lo que actualmente desde las nuevas corrientes de pensamiento radical e insurreccional proponen la generación de contrapoderes). Es decir, los pueblos indígenas nos enseñan que al “elefante capitalista” no se lo erradica con el llamado “elefante socialista”, sino con un conjunto de redes de hormigas insurrectas y cósmicas, que desde abajo del elefante capitalista, lo están haciendo y lo harán caer. Con respecto a esta temática, muchas veces cuando acompaño a los/as hermanos/as indígenas a diversos debates que nos invitan diferentes compañeros/as marxistas, siempre nos hacen la misma “pregunta”: ¿por qué no son marxistas?; y la respuesta inexorable de nosotros es “NO”. ¿Y porque es “NO”? Los hermanos/as suelen fundamentar su “no” de la siguiente manera (que por supuesto yo comparto totalmente): “” Porque antes de las teorías de K. Marx, la cultura indígena ya es socialista; y sino que es un “AYLLUS”, un “TUGBÚ” o un “CAPULLIS” (una economía socialista), ¡no existe! la “propiedad privada” en el “Universo Simbólico” indígena, nosotros no creemos en ningún tipo de propiedad privada, no hay dueños de la tierra, el hombre pertenece a ella; no “creemos en las teorías de los Estados”, porque ellos, los estados, también alimentan la causa de la explotación del hombre por el hombre mismo”, creemos sí en “la federación (desde abajo) de los pueblos”. Además la industrialización de las sociedades atenta contra el equilibrio ecológico por la sobre explotación de sus recursos y la contaminación ambiental y crean, además, falsos conceptos de mercados y monedas sin valor.”” Más de cinco siglos de resistencias e insurrecciones permanentes, los hermanos/as indígenas nos enseñan un camino de lucha porque las raíces de las actuales construcciones de asambleas populares o las formas de organización popular de la Coordinadora Anibal Verón (u otro tipo de experiencias de construcciones horizontales), son las mismas raíces, las mismas pulsaciones de vida expresadas en los “AYLLUS”, los “TUGBÚ” o los “CAPULLIS”, que por supuesto, se siguen aplicando). Y como un día me dijo un hermano Kolla: “a todos aquellos hermanos que no comparten nuestra filosofía, les proponemos repensar su lugar dentro del Universo para que descubran la fuerza vital y energética que existe en toda la Naturaleza Cósmica porque todos formamos parte de ella inevitablemente”.
Teniendo en cuenta estas enseñanzas voy comprendiendo que nuestras raíces están sembradas en la Pachamama, que somos originarios del territorio en que uno se encuentra viviendo existencialmente, somos “hijos/as de la tierra”, y además somos cósmicos; el ser humano no puede continuar con este sistema económico, sociocultural, y político capitalista, que es genocida en cualquiera de sus expresiones. Los hermanos y hermanas de los pueblos originarios nos hacen acordar de apreciar la naturaleza. Y esta misma naturaleza nos da la enseñanza: “podemos ser roca (por su rigidez y estructura), o ser agua (por su suavidad y flexibilidad, permitiendo ser desestructurada, sin perder su respectiva fortaleza). Los/as indígenas eligieron ser agua, ¿ Nosotros que elegimos ser?. Nuevamente aprecio la foto de esta realidad y confirmo nuevamente que el genocidio y etnocidio se sigue produciendo, es decir, sigue prevaleciendo la roca y no el agua. Los hermanos comprendieron que el agua, con el transcurso del tiempo y con el contacto permanente con la roca, va logrando una continua disminución en su respectiva rigidez. Es decir, comprender que es fundamental organizarnos como esas redes de hormigas insurrectas y clandestinas que hacen caer a ese elefante capitalista (con el enorme respeto que se merecen todo animal llamado por el hombre como elefante); a través de un proceso de disminución continua de su rigidez.


12 de octubre es el símbolo del genocidio: Más de 95.000.000 de hermanos/as indígenas asesinados cuyas sangres permitieron y permiten nutrir con su coherencia contrasistémica, contrahegemónica e insurrecta la esperanza (expresada en el hacer) de recrear nuestra propia dignidad.

RECORDEMOS:
LOS MILITANTES POR LA VIDA ASESINADOS: ¡PRESENTES!;
30.000 COMPAÑEROS/AS MASACRADOS ¡PRESENTES!;
LOS 95.000.000 DE HERMANOS/AS INDÍGENAS ASESINADOS Y MASACRADOS: PRESENTES AYER, HOY Y SIEMPRE
Por lo cual gritemos nuevamente con fuerza:
El 12 de octubre es el símbolo del genocidio

Y como hace un cierto tiempo, deseo expresar lo siguiente:

LUCHAR ES RESISTIR, RESISTIR ES CREAR Y CREAR ES SOÑAR.

Sinceramente gracias por compartir estas reflexiones y un abrazo enorme a todos/as que lo leyeron.



CRISTIAN CARLINI

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el 12 todos al Parque Avellaneda Asamblea Popular Anfiteatro la Floresta Wednesday, Oct. 09, 2002 at 9:47 AM