Julio López
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Aporte para la discusión sobre la crisis inter-asamblearia:
Por Asamblea Popular de Plaza Congreso - Saturday, Jan. 18, 2003 at 1:15 AM
asambleacongreso@hotmail.com

Cuando no hay rumbo preciso, todos los vientos son adversos” (Séneca)

Aporte para la discusión sobre la crisis inter-asamblearia:
Asamblea Popular de Plaza Congreso

“Cuando no hay rumbo preciso, todos los vientos son adversos” (Séneca)



I
A un año del levantamiento del 19 y 20 de diciembre de 2001, el movimiento asambleario se encuentra en la que es su etapa tal vez más decisiva. Este es el momento ineludible de hacer un balance y definir su futuro.
Lo primero que salta a la vista es que si bien el fenómeno social de las Asambleas Populares nació con la revuelta de diciembre, estas no fueron efímeras sino que con los altibajos inevitables, hoy siguen vivas, y están para quedarse como sujetos activos de la política Argentina.
Es real que ya no existen las asambleas de 300 personas y las interbarriales que juntaban 2000 en el convulsionado verano anterior pero es cierto que con un número de integrantes mucho más reducido prácticamente no ha desaparecido ninguna, por el contrario, por diversas razones en algunos barrios se han desdoblado en 2 o 3 distintas. Estas asambleas que se originaron espontáneamente y de carácter reclamativo, fueron creciendo en organización debido a que en la decantación de sus integrantes se fue formando una camada de vecinos con mayor compromiso militante, esto hizo posible la toma de espacios, la organización de merenderos y comedores, la realización de eventos culturales así como la distribución de bolsones de comida, etc. Es así como vemos que a lo largo de un año de vida las distintas asambleas barriales fueron desarrollándose de acuerdo a las necesidades propias del barrio , por ejemplo en unas el eje principal giró en la organización de los desocupados como otras lo hicieron alrededor del tema tarifario, o de la salud, etc.
Estas organizaciones tan nuevas, heterogéneas, variadas, horizontales y policlasistas en un análisis ligero se podría afirmar sin que pareciera descabellado que sucumbirían ante las presiones políticas del régimen, de los partidos reformistas, los CGP, las burocracias sindicales o los demagogos de turno, pero no, hoy podemos comprobar que sigue tan vigente como al principio el reclamo de “Que se vayan todos”, que no compramos la trampa electoral, y lo que es más destacable: La caída estrepitosa del muro de intereses y prejuicios que dividían a los sectores medios de la sociedad de los más postergados. Esta especie de muro de Berlín que derribó la insurrección del 20 de diciembre que hizo por ejemplo que la conciencia de un ahorrista descubriera que el robo de su dinero lo realizó el sistema financiero capitalista y no los pobres a los que “no les gusta trabajar”.

Después de reivindicar esta trayectoria de un año que junto con el desarrollo de los movimientos piqueteros produjeron el mayor sacudimiento de las estructuras de la sociedad de las últimas décadas, como decíamos al principio, entramos en una etapa decisiva, de aquí en más seremos responsables de nuestro avance o de nuestra consecuente frustración.

Hace ya un tiempo que se está dando en un amplio sector del movimiento asambleario el debate sobre cuestiones organizativas como consecuencia ni más ni menos de la toma de conciencia de la falta de protagonismo y coordinación del mismo en el último período y que culminó con el desvanecimiento definitivo de la interbarrial de Parque Centenario después de algunos intentos de revivirla, entonces, creemos saludable intervenir en el mismo puntualizando humildemente algunas consideraciones:

Variadas son las opiniones del porque de esta situación, de este estado de desorganización y disgregación creciente. Se dice que estamos en un reflujo, se dice que el “aparateo” de los partidos de izquierda provocó la huida de los asambleístas y se dan otras excusas por el estilo.

Con el desmembramiento de la Interbarrial queda a la vista, en definitiva, la esterilidad de los planteos que defienden la unidad por la unidad misma, como si ella constituyera de por sí un logro político.
De los objetivos y de la estrategia política que adopte el movimiento asambleario, o que adopten sectores del mismo, se desprenderá una u otra modalidad de organización, y no a la inversa: Insistir en adoptar como eje del debate las cuestiones organizativas, no sólo no resuelve la crisis de “coordinación” y “aparateo” del movimiento, sino que forma parte del verdadero problema. Y el problema es que no hay organización que pueda avanzar si no existe un verdadero acuerdo sobre en qué dirección debe hacerlo y cuál es la meta política de ese avance.
En cambio, el ocultamiento de las profundas divergencias en lo relativo a cómo instrumentar una salida política popular a la crisis actual, muestra el enfoque puramente de aparato, puramente organizativo y formal, de quienes insisten en impulsar la “unidad” sin priorizar la adopción de objetivos políticos de fondo, que orienten la intervención del movimiento asambleario en la lucha contra el régimen político y social en vigencia.

Así fue como, en casi un año de vida de las asambleas populares, no fructificó un debate político acerca de la unificación de objetivos políticos del movimiento. Ese ha sido el pecado capital del movimiento asambleario, y la disgregación de la Interbarrial no hace más que sancionar, en el terreno de la organización, la frustración política del mismo.

II

En materia de estrategia y objetivos políticos, hacemos saber que nuestra asamblea considera que la crisis política en curso no puede ser superada en un sentido popular, a través de la convocatoria electoral trucha orquestada por Duhalde (y que no avanza sino hundiéndose cada día un poco más, y sin que consiga despertar el mas minimo entusiasmo popular), ni por ninguna convocatoria electoral por más amplia y democrática que pretenda ser. El terreno electoral ha demostrado claramente en octubre de 2001, que no es apto para canalizar las aspiraciones y necesidades de la mayoría nacional, sino todo lo contrario.
Creemos, en cambio, que sólo una organización formada por todos los sectores en lucha contra este régimen capitalista, unida bajo un programa mínimo popular que proponga el poder de un gobierno de los trabajadores y el pueblo es la construcción capaz de resolver la crisis política, económica y estructural de la Argentina. , programa siempre sujeto a debate pero que podemos resumir en los siguientes cuatro puntos:

1) Desconocimiento de la deuda externa y empleo de los recursos retenidos para aumentar urgentemente los presupuestos de salud y educación, estatizando los emprendimientos que actualmente lucran con el hundimiento del presupuesto público destinado a dichas áreas;
2) Nacionalización de la banca y el comercio exterior, bajo control de los trabajadores y el pueblo, lo que –entre otras cosas- permitirá devolver el valor original de los depósitos a los pequeños ahorristas, y resolver la crisis de los pequeños deudores hipotecarios y bancarios en general;
3) Estatización de las empresas de servicios privatizadas, sin indemnizaciones, y los grandes pulpos empresarios que controlan los resortes de la economía nacional, bajo control de los trabajadores y el pueblo, para terminar con la fuga de capitales, la desinversión, los negociados y los vaciamientos, y
4) Reparto de las horas de trabajo sin afectar al salario para, en correlación con una reorientación general planificada del aparato productivo nacional -que lo ponga al servicio de los intereses de la mayoría nacional-, garantizar un salario mínimo de $ 700, así como una jubilación mínima y un seguro de desempleo de $ 500.

Somos concientes que hoy no existe una organización popular capaz de conquistar el poder y llevar a cabo el programa popular elemental más arriba mencionado, y también tenemos la seguridad de que no será el actual régimen político quien tenga la capacidad de llevarlas a cabo. Por eso es que se necesita construir un poder popular que, además de plantear las demandas mínimas que permitan revertir la crisis, el hambre y el atraso; sea capaz de llevarlas a cabo reorganizando las bases políticas e institucionales de la nación, a partir de una real democracia popular adonde el gobierno y la política no sea patrimonio de corruptos y explotadores.

En la ocasión de celebrarse la 2º Interbarrial Nacional, la APPC llevó la propuesta de conformar un bloque de asambleas que reclame un lugar en la mesa del Bloque Piquetero Nacional debido a que este era el sector más dinámico de la sociedad y cuyo plan de lucha votado en la 2º ANT realizada en Villa Dominico en la cual participamos junto a una treintena de asambleas, era el único que se estaba llevando a cabo consecuentemente, por lo tanto las asambleas que adherimos y participamos de la aplicación deberíamos ser parte activa de la elaboración de los futuros planes de lucha en forma más corporativa y no individual como asambleas aisladas.
Desde entonces ha corrido bastante agua bajo el puente, ha pasado la 3ª ANT, hemos cumplido con el plan de lucha votado en esa oportunidad por esa 3ªAsamblea que se caracterizo por ser más amplia y a su vez tener discusiones internas más intensas.
Hoy estamos frente a una nueva Asamblea Nacional de Trabajadores a realizarse en febrero. El 20 de diciembre último demostró dentro del movimiento piquetero que el protagonismo está del lado de los que libran la lucha contra el gobierno de Duhalde y no del de los que negocian con él. Que en el movimiento de fábricas recuperadas hay un sector de vanguardia dispuesto a participar definitivamente de este proceso diferenciándose de los que se encaminaron por la senda del cooperativismo liderado por la burocracia peronista y los funcionarios de la pcia. de Bs. As., que buena parte del movimiento estudiantil, sectores sindicales combativos, como así también sectores relacionados con el pequeño comercio e industria ven en este camino una posibilidad de cambio real, y -en este contexto- las asambleas también entramos en zona de definiciones.

III

De lo expuesto se desprende que, desde nuestra perspectiva política, el modo de organización asambleario debería ganar en ejecutividad y capacidad de movilización conjunta detrás de los objetivos postulados. Creemos que el modo de organización que se ha dado el movimiento piquetero combativo, manifiesto en las asambleas nacionales de trabajadores, es el idóneo, tanto para marchar en pos de nuestra meta política como para mensurar el acierto o desacierto de lo ejecutado, y la calidad y cantidad de lo avanzado en cada tramo. Creemos que este modo de organización asamblearia-piquetera es la única coherente con nuestra apreciación de que el Bloque Piquetero Nacional y, más en general, la estrategia plasmada en las asambleas nacionales de trabajadores, es el elemento más dinámico y consecuente en el campo de los que luchan contra el gobierno y el régimen, apreciación que nos llevó a reiterar la propuesta de la formación de un Bloque Asambleario que reclame un lugar en la mesa del Bloque Piquetero Nacional y que cuente con autoridad convocante para la realización de las Asambleas Nacionales de Trabajadores Ocupados y Desocupados por venir.
Para la APPC no es cuestión de reunir “asambleas interbarriales” sin rumbo todos los fines de semana, sino de establecer planes de lucha centrados en ejes políticos de fondo y ejecutarlos, convocando plenos para ello y, a su término, evaluando y relanzando los planes de lucha en nuevos plenos, etc. Estimamos que, en términos organizativos, este planteo diferencia la unidad en la lucha de la “bolsa de gatos” y, de paso, del gatopardismo que medra con la ausencia de delimitaciones políticas de fondo.

Por último, queremos señalar que la formación de este Bloque de Asambleas no debe entenderse como un abandono de toda instancia de diálogo, coordinación y unidad en la lucha con el conjunto del movimiento asambleario; por el contrario, debe entenderse como un intento de transparentar y clarificar el debate político en el seno de este movimiento, en la perspectiva de una mayor unidad, la unidad de todos los que luchamos por un camino que establezca las condiciones políticas para acabar con el hambre y el atraso nacionales, y abra la perspectiva de un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

Asamblea Popular de Plaza Congreso (10-01-2003)

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en fin...
Por Javier - Saturday, Jan. 18, 2003 at 11:19 AM

Según parece, para la asamblea de Plaza Congreso las asambleas deben ser más una corriente política que lo que realmente fueron en sus inicios. Independientemente de si estamos o no de acuerdo con los puntos de su programa (aunque es muy superior el programa de la primera interbarrial nacional), sin decirlo nos están planteando otro tipo de organización: una corriente política ligada a determinado sector. Lo que tuvo de nuevo el proceso asambleario fue que en él se nucleó el activismo con un objetivo: echar a todos. Y es evidente que se debilitan porque el sector social mayoritario que confluía en él dejó de luchar. Pero fueron organismos democráticos, donde todo se decidía en asamblea y nadie estaba obligado a tener una misma posición. Ahora parece que quienes estén en las asambleas tipo Plaza Congreso deben tener una dirección y una orientación política determinadas. Lejos estamos de aquellos tiempos en que las asambleas discutían, votaban y llevaban sus propuestas y donde la mayoría decidía con su voto. ¡Basta de autodeterminación!, parecen decir los vecinos de Plaza Congreso. Y, por supuesto, nos proponen otro tipo de organización: las asambleas deben convertirse en una corriente política con su posición y con una dirección para confluir con la de Plaza Congreso. "Vengan las que son afines" es más fácil que lograr la coordinación democrática de todas y dar la pelea allí para que gane su posición. Rompamos la organización que se dieron naturalmente las asambleas en un inicio y agrupémonos por ideología. Burocraticemos lo más posible y así las asambleas dejan definitivamente de ser lo que fueron: organismos de autodeterminación de un sector de la población.
Aunque las asambleas barriales se hayan debilitado, la experiencia asamblearia será tomada con más fuerza por los trabajadores y demás sectores castigados por este sistema como una forma de organización de los luchadores cuando la situación de lucha dé un nuevo salto.

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en principio
Por Juanka de Pza. Congreso - Sunday, Jan. 19, 2003 at 1:57 PM
asambleacongreso@hotmail.com

Estimado Javier, en principio te agradezco el planteo de tus diferencias con el animo de debatirlas seriamente, en realidad esa es nuestra intención pero hasta ahora lamentablemente solo habíamos recibido acusaciones inquisidoras de los discípulos de Torquemada que viven en la red.
Acuerdo con vos que el programa de la 1º Interbarrial Nacional es más completo, nosotros hemos reivindicado siempre y lo seguimos haciendo hoy ese programa, el del documento es un programa mínimo, por supuesto, totalmente discutible, de la misma manera hemos denunciado siempre el abandono de ese programa por la interbarrial de Pque. Centenario.
Lo que proponemos en primer lugar es hacer un balance de lo actuado después de un año de vida del movimiento asambleario, lo que parece imposible ya que la propia crisis del movimiento impide llegar a la realización de una 3º Interbarrial Nacional, y es más, asistimos al desmembramiento estrepitoso de Centenario.
Ante este panorama no podemos decir que el tipo de organización que tuvimos era optimo y que el problema es que el sector que aglutinábamos dejo de luchar pero que todo se resuelve cuando este sector se decida a luchar nuevamente. Este razonamiento me parece como mínimo un tanto simplista. ¿ Significa que cambió la situación política en los últimos meses? ¿Hay un retroceso de la lucha de clases? Entonces, porque el movimiento piquetero creció a pasos agigantados y copó las calles y plazas del país. Los mismos ahorristas hoy día siguen rompiendo Bancos y enfrentándose con la Policía. Las que estamos borradas de las calles somos las asambleas (salvo las que participamos junto a los piqueteros del plan de lucha de la ANT y junto a los sectores en lucha como Brukman- por ej. En su recuperación reciente- o con los pasantes telefónicos-toma de sucursales- etc. Pero me cuesta una enormidad tratar de recordar alguna acción de lucha (porque plan no hubo nunca) votada en Pque. Centenario que se haya votado y llevado a cabo responsablemente.
Javier, vos decís que queremos reemplazar la organización natural de las asambleas por otra burocrática. No es burocracia reunirse, votar mil cosas, mandar ciento de mails con resoluciones, no hacer balances de lo que se cumple o no se cumple, ver durante meses y meses las mismas caras de los delegados vitalicios de asambleas como Oro y Güemes o Pza. 1º de Mayo por nombrar solo ejemplos de los que renuevan sus mandatos semana tras semanas, votan acciones donde jamás participan y a la otra semana están coordinando la interbarrial. ¿ESO NO ES BUROCRACIA COMPAÑERO?
La Asamblea Popular de Plaza Congreso con este documento no quiere cerrar ninguna discusión, por el contrario, quiere precisamente abrirla. Nosotros esta intención la estamos llevando a cabo por lo menos desde la 2º Interbarrial Nacional hasta la fecha. Hemos participado con todas nuestras diferencias en Pque. Centenario hasta hace poco más de 2 meses dando batalla dentro de ese ámbito por nuestras posiciones, hemos recibido apoyos y críticas frontales y honestas que las valoramos enormemente y ataques de la “inquisición” asamblearia que es el verdadero “aparato” conservador simpatizante del electoralismo burgués y enemigo del movimiento piquetero y de sus organizaciones.
No obstante si se puede recrear un ámbito de coordinación general con garantías mínimas de honestidad intelectual para el debate y la acción, este bloque de asambleas que proponemos podría actuar como corriente de opinión o tendencia dentro de la misma para dar la batalla política por la defensa de nuestras posiciones, sin descuidar la acción directa en los acontecimientos de la lucha por el poder que se sucederán de aquí en adelante.
Estimado Javier, no te aburro más, para terminar voy intervenir en forma personal, no ya hablando en nombre de la asamblea de Congreso. Creo que SI las asambleas tenemos que ser una organización política, no ligada a otras corrientes políticas, sino en alianza estratégica y política con los distintos sectores organizados de la sociedad con un fin preciso. El derrocamiento del régimen capitalista imperante y su reemplazo por un gobierno de los trabajadores y el pueblo, el único que puede garantizar que se Vallan Todos y avanzar hacia una sociedad Socialista.
Esto se logra con la voluntad de la inmensa mayoría del pueblo de hacerlo y una dirección que sea reconocida por esta y que tenga el sentido de la oportunidad. Lo otro es alquilar una banqueta para observar la historia desde la platea.
Un saludo fraternal
Juanka – Asamblea Popular de Plaza Congreso

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Juanka
Por Javier - Monday, Jan. 20, 2003 at 11:07 AM

Gracias por tu respuesta seria. Pero justamente nuestra falta de coincidencia es el que se quiera convertir al proceso asambleario en una corriente política. Una asamblea es la organización de los que luchan contra o por algo y representan a un determinado sector de la sociedad. Pero todo sector de la sociedad (incluido los obreros) tiene matices, diferencias, etc. etc. Una corriente política es un partido y si Plaza Congreso plantea conformar un nuevo partido a partir de las asambleas debe proponerlo claramente y no darlo como respuesta organizativa frente a la incapacidad de mejorar la coordinación de todas.
Mi defensa de este carácter de "asamblea" tiene que ver no con lo que son hoy sino con la experiencia que sirve para la lucha y que seguramente será tomada cuando los trabajadores y fundamentalmente los obreros tomen la delantera. Y, sin opinar que la situación en el país haya cambiado, no se me escapa que la clase media porteña que protagonizó la jornada del 19 de diciembre (el 20 habíamos muchos del gran Buenos Aires) no está luchando y es la base social asamblearia. Y no es casual que los piqueteros salgan a las calles, eso está íntimamente ligado a que saliendo han conseguido algo: planes y comida. La lucha de las asambleas era política en su momento: que se vayan todos. Y eso no se logró. Y, como en todo proceso, hubo una lucha feroz por destruirla de diferentes maneras. Unos pretendían (y lo lograron en algunos casos) cambiarles el carácter y convertirlas en organismos de solidaridad, otros hicieron lo imposible por separarlas y ligarlas a la cta, otros pretendían burocratizarla para poder controlarla. Desde Plaza Congreso intentando ligarla al Bloque Piquetero, por ejemplo, y hoy estaríamos haciendo el balance del acto en atlanta con el mijd y fedecámaras, siguiendo la orientación del PO. Es decir, como en todo proceso, la lucha política es feroz y en ella intervino el gobierno, los medios, la iglesia, la burocracia sindical, los partidos de izquierda, el horizontalismo que no es igual a democracia obrera sino falta de programa, etc. etc. etc. Que no se haya resuelto de la mejor manera tiene que ver fundamentalmente con el sector social y su dejar de estar en las calles luchando. Y el caso de los ahorristas se solucionaría si le devuelven sus depósitos en dólares tal como los depositaron. Por eso no es casual que tengan a un Nito Artasa como figura.
Y, desgraciadamente, Juanka, no depende de nosotros el que las masas luchen. En ello confluyen diferentes factores. Sí que la lucha seguirá y será superior, pero cuándo y cómo es algo que sólo podemos vislumbrar, así como no pudimos ponerle fecha al 19 y 20 de diciembre. Y creo que este paráte en los barrios de capital tiene también como componente el que la gente sabe que no se trata solamente de que se vayan todos, sino también quién viene después y la mayoría de la gente no vislumbra todavía a nadie o nada muy claramente. Sin esa alternativa de poder clara y concreta, no hay salida. Aunque sin ella es posible que la situación cada día más grave vuelva a sacar a la gente a la calle y tirar gobiernos, pero esa no es la salida, con todo lo importante que es.

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Para continuarla
Por Gabriel - Asamblea Plaza Congreso - Tuesday, Jan. 21, 2003 at 2:31 AM

Continuando...


Javier: Lo que estamos planteando no es que las asambleas se transformen en un partido o corriente política, ni es lo que se esconde detrás del planteo. Lo que si planteamos es una política de frente único con un programa común, con los movimientos piqueteros combativos, con las corrientes sindicales que también lo son, con los partidos de la izquierda revolucionaria, y con el conjunto de sectores oprimidos y consientes. Frente que servirá para construir una dirección política conjunta de los trabajadores y los sectores medios. Esto, no es un planteo organizativo, sino político.


Lo que se vio en el acto del otro día en Atlanta del midj y el polo obrero (en el que no estuve, aunque me hubiera gustado), con la presencia de fedecamaras, puede estar indicando el comienzo de algo así. Mas allá de los gritos infantiles de quienes no conciben un acto conjunto del sector piquetero combativo junto con una organización patronal (que fedecamaras indudablemente es), y son incapaces de distinguir al almacenero de la esquina de los pulpos tipo carrefour, la realidad nos indica que ningún proceso revolucionario podrá ser exitoso en la Argentina si no contamos con la simpatía de la pequeña burguesía y los sectores medios, y mas que con su simpatía, con su apoyo político real.


En este sentido es que es necesario dotar al movimiento asambleario de un programa político y una organización que pueda articular con el resto de los movimientos sociales. Justamente, las asambleas pueden ser la bisagra que una a amplios sectores medios con los sectores trabajadores, ocupados o no. Y mas allá de alzas y reflujos, que existen y que son reales, y que no deben preocuparnos demasiado (porque justamente ninguno de los problemas reales que motivaron que estos sectores hayan salido a las calle ha sido resuelto, ni tiene mayores perspectivas de resolverse), a mi me parece que si algo nos ha mostrado este año en relación al movimiento asambleario es que justamente la falta de un programa político y una estrategia clara es lo que ha producido esta situación de dispersión actual. De nada ayuda, ni ayudara el espontaneismo, el horizontalismo, el “asambleismo puro” el autonomismo y otras yerbas por el estilo en la construcción de un movimiento popular lo suficientemente fuerte, organizado y políticamente coherente que pueda desarrollar la capacidad de disputar a la gran burguesía y a los grandes grupos económicos la dirección política de la nación, y a plantear que otra salida es posible


Cuando la dictadura empezó a hacer agua, la culpa de todo fue de los militares. Y cuando la democracia empieza a hacer agua, la culpa fue de los políticos. ¿Pero quien gobernó realmente, durante la dictadura y durante la democracia? ¿Quien se beneficio durante estos gobiernos, militares y democráticos? Los mismos de siempre: los bancos, los grandes grupos económicos, el gran capital, el imperialismo... y sin embargo muchos en las asambleas creen que resolverán el problema tirando el agua sucia junto con el bebe. Todos estos aspavientos contra la izquierda en las asambleas parecen ser esto: junto con los partidos responsables de la crisis, quieren también arrojar a la basura a quienes durante años lucharon contra este estado de cosas, denunciaron las maniobras y cual seria su resultado. Se compraron enterito el discurso de los medios: la culpa es de los políticos, no de sus mandantes... y encima creen que podrán derrotar a la burguesía y al imperialismo sin construir políticamente, a partir de su solo -y puro- deseo. Lamento decirles que no es así. Si realmente quieren derrotarlos tendrán que tragarse su individualismo, aceptar que no son el ombligo del universo, trabajar junto a otros, hacer acuerdos y ensuciarse las manos.


Y tal vez, -y esto no me produce alegría- no veamos mas asambleas como las que vimos a principios del año pasado. ¿Pero acaso deberíamos llorar su perdida? Porque si somos sinceros, debemos reconocer que no logramos grandes cosas. Mucho entusiasmo, muchas energías, pero pocos resultados. Así que tal vez sea momento de repensar las cosas, de pensar que esto seguramente va para mas largo, y de que lo que se viene probablemente sea menos entusiasmante, menos movido pero mas productivo y con perspectivas mas serias. Si hay algo que no tengo mayores dudas es que las asambleas populares, como fenómeno político, son algo que llego para quedarse, que estará presente nuevamente como forma organizativa de las masas urbanas.


¿No seria mejor prepararmos para que la próxima vez que el pueblo salga a las calles -cosa que probablemente sucederá, antes o después- encuentre organizaciones mas fogueadas, mas organizadas y experimentadas, que sean capaces de indicar un camino, una salida, una perspectiva política?


¿O volveremos a frustrar una vez mas el Que Se Vayan Todos?

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Muy interesante
Por Una de la vecindad - Monday, Jan. 27, 2003 at 8:28 PM

Muy interesante este debate, leo bastante seguido los articulos de indymedia y ultimamente solo se leen insultos y chicanas por lo que es saludable que haya gente que piense para construir pero en este momento tengo más dudas que certezas sobre todo lo que aquí se dijo, quizas tenga que releer varias veces más para sacar conclusiones, pero mi mayor duda es si verdaderamente toda la asamblea de congreso piensa de la misma manera. Yo tengo referencias de que es una asamblea muy combativa y que tienen gran injerencia los desocupados y los pobres del barrio pero me cuesta creer que los planteos del documento que presentaron sean el pensamiento de todos estos como tampoco de vecinos de clase media. Seria una lástima que esto sea solo una discusión de dos o tres personas, ¿No?

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