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Santa Fe: Sondidos de la inundación
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
gchenevier@airelibre.org.ar
En la ciudad de Santa Fe el panorama es desolador para quienes han perdido lo poco que tenían. Aquí hay una nota sobre la situación y algunos testimonios que describen un panorama de lo que fue este desastre provocado.
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"Santa Fe quedó bajo el agua, y ellos se lavaron las manos".
"Sabían que el agua se venía, porque no hicieron lo que tenían que hacer", dice indignada una autoevacuada que aun vive sobre los techos de su casa en la zona noroeste de la ciudad. Hoy Santa Fe es una ciudad donde existen miles de personas desarraigadas, amontonadas en centros de evacuados o deambulando por centros de autoevacuados -la diferencia entre ambos términos radica básicamente en que en uno, la gente duerme adentro, en los otros, duermen en sus casas o a donde puedan. Hay mucha incertidumbre porque está el tiempo y algunos problemas recién asoman sus primeros síntomas.
Las primeras cifras especulan que las perdidas materiales rondan los 1500 millones de dólares dada la magnitud de la situación, que un tercio de la ciudad, aproximadamente 150.000 personas padecieron este desastre sobre 24 barrios inundados a causa de una obra inconclusa y adjudicada dudosamente, que costó más de 30 millones de dólares. Pero existen otros números que duelen mucho más, por ejemplo, que actualmente hay más de 250 centros para evacuados y autoevacuados, que hay por cada trabajadora social que supervisa estos centros la responsabilidad de velar por unas 1600 personas, que las perdidas totales van a superar todas las probabilidades y que apenas se vislumbra el contexto general de este desastre.
El recuerdo de los primeros momentos queda flotando en el ambiente enrarecido de la ciudad. Donde la desolación, la mentira, la hambruna y la enfermedad se cruzan con los comentarios sobre la "catástrofe bíblica", como nos detalló el Prefecto Principal de la Provincia, Raúl Lezama. Planteo que imagina una ciudad llena de pecados y pecadores y una justicia divina en forma de agua. Más allá de lo lamentable de la referencia la característica principal de la ciudad parece ser la desolación y la incongruencia de los funcionarios a la hora de dar explicaciones.
Los protagonistas, piensan diferente.
"Estuvimos toda la noche del domingo y el lunes recibiendo evacuados...", cuenta Ana Salgado, Directora de la escuela Monseñor Zaspe, "la gente venía muy asustada", agrega, mientras se le pinta la cara con una dureza sorprendente, "nosotros hoy lo que vamos a reclamar, a exigir, es que nos devuelvan el barrio, no vamos a entregar el barrio".
Sobre la escuela Monseñor Zaspe, el alma del barrio Santa Rosa de Lima, pesa una historia de años de luchas que encarnaron militantes sociales, "Nuestra escuela nació para sacar a los chicos de la calle... hoy va a ayudar a volver a la gente al barrio", dice la "negrita" Salgado, como cariñosamente la conocen los vecinos, quienes, muchos de ellos coordinan talleres barriales dentro del establecimiento "que no cierra las puertas en vacaciones".
En el momento de recordar las primeras horas, la directora nos dice que "era increíble, vos tenías el agua en los tobillos, al rato a la mitad de la pierna, cuando a mí me llegó a la cintura con tanta rapidez, les dije a todos, bueno, vamos a los techos... y ahí nos quedamos... cuatrocientas personas arriba de los techos (de chapa) de la escuela". Los vecinos llegaban a buscar a sus hijos, y necesariamente tenían que quedarse allí, arrastrando lo poco que pudieron sacar, como ser, "algunos ataditos de ropa".
"Teníamos una radio y un celular... y bueno, era de escuchar por ejemplo, una conferencia de prensa del gobernador que decía "a la gente de los techos, les digo que se queden donde están", nosotros pensábamos a dónde cree él que podemos ir... Escuchábamos al Ministro de Gobierno diciendo que todas las fuerzas que estaban, Armadas, de Seguridad, tenían lanchas, "gomones", pero por ahí escuchamos que no tenían combustible. ¿Ustedes se imaginan lo que es, en los techos, escuchando los gritos... yo a los gritos no me los olvido nunca más... y que la radio diga que no tenían combustible para sacarnos?", al momento de reclamar justicia agrega que "esto implicaba la vida de la gente, la perdida material y de gente que muriera... debe haber responsables, alguien tiene que responder por todo esto y debe responder en las instancias que correspondan... no puede quedar impune, porque implicó un genocidio".
La altura de la inundación, según datos oficiales, llegó a superar los 8 metros en los barrios más humildes dentro de la ciudad, con casi 2,50 metros por encima (en esos momentos) del nivel del río "afuera" de esa trampa en la que se convirtió una contención inconclusa. "Para que te des una idea, a Santa Fe la cruzan varios terraplenes con vías de tren, que limitan los barrios. El agua entró por los 1300 metros de contención que no estaban terminados. Bueno, entonces, la ciudad se fue llenando como una cubetera, rebalsando, uno a uno, los terraplenes.", nos dice Ana.
Otro es el tema cuando hablamos de muertes. Un Bombero Voluntario llamado Raúl Rocha, quién estuvo presente desde el primer momento y vivenció el desastre, nos dijo que tuvo ya problemas por decirle a un medio santafesino que las cifras de muertos que manejaban ellos no era ni parecida a la oficial, "mi criterio es que no se está diciendo la verdad, y que puede ser muchísimo mayor la cifra..., por qué se oculta, si uno de ustedes se anima a decirme por qué se oculta la verdad, porque yo no sé...", dice Rocha.
Mientras que los evacuados sobreviven en grandes centros muy parecidos a ghettos y comentan que "El gobierno... ¿existe el gobierno?... el gobierno quiere callar todo, y capás que por un plato de comida te hacen callar la boca", dice con toda la bronca "Chori", un evacuado que pasó once días sobre Puente Negro en el barrio Estrada, sin que ningún representante del Estado le prestase ayuda. Al bajar del Puente estuvo seis días sin saber a dónde estaba su esposa y su pequeño bebé de un mes de vida, "cuando la encontré me dijo que la habían sacado a las cinco de la mañana con el agua en el pecho y el bebé más chiquito que tengo... salió en un "fontoncito" de plástico, lo sacaron arriba y él estaba ahí". También nos contó que de su casa no queda más que un "ladrillito" parte de un pequeño tapial, "quedé totalmente sin nada, sin lo poco que tenía".
Por cada inundado existe una historia similar, gente que en un abrir y cerrar de ojos sienten que han perdido hasta la posibilidad de ser ellos mismos, terminan en los centros o caminando todo el día con un papelito que reza "autoevacuado", buscando ropa y comida, de acá para allá.
La realidad, habla, por ejemplo, de los Médicos Sin Fronteras, quienes tuvieron que pagar de su bolsillo elementos para distribuir en una primera instancia -unos 5 litros de lavandina y uno de detergente por familia-, y así poder hacer talleres de higiene para todo un barrio.
Y la realidad en estos días marca que los problemas principales rondan sobre propagación de enfermedades graves como pueden ser la hepatitis o leptospirosis, o la triste enfermedad del olvido que genera evacuados de la evacuación, y hace que a medida que se le va prestando cada vez menos atención a los centros por parte de los medios masivos de información, las personas que están allí se ven arrastradas de un centro de hacinamiento a otro, desde escuelas o galpones donde ya habían comenzado a organizarse hasta lugares con desorganización extrema y donde la violencia comienza a surgir de forma incipiente. O, casas ocupadas por evacuados a quienes la policía y algunos jueces tratan como a simples usurpadores y los amenazan dándoles apenas diez días para desalojar estos lugares, como si tuviesen un lugar a donde ir.
La decisión de comenzar las clases el 2 de junio origina que la gente va a tener que irse de las escuelas donde están, y estos desalojos carecen de todo tipo de criterio y provoca que miles vayan a parar a enormes galpones sin intimidad o siquiera identidad y durante, se supone, muchos meses.
La visión de una Santa Fe construida y cruzada por procesos sociales provoca que los gobernantes elegidos que asumen responsabilidades asumen tanto la catástrofe, la pobreza, o el bienestar, y que estos son el resultado de sus acciones. Por medio de este principio democrático básico sabemos entonces que lo que ocurrió no fue el producto o la expresión de una situación natural, como así lo refirieron el gobernador y el intendente de la ciudad. Esto se incrementa más cuando son conocidos los trabajos de diferentes organismos -como por ejemplo el Instituto Nacional del Agua-, que han informado e incluso llegaron a predecir un desastre asombrosamente similar.
Enormes defensas costosísimas que se construyen y no se terminan, mal hechas -ya que la parte construida no resistió-, políticos que no se hacen cargo de sus responsabilidades, militarización que organiza bajo un "orden cerrado" impuesto en algunos centros de evacuados y, principalmente, la gente maltratada, agredida y violentada, lastimada de manera permanente, gente a la que, según Ana Salgado, "no le va a alcanza la vida para poder recuperarse", pero "van a tener tiempo de encontrar a los responsables".
Todo esto se aproxima a reflejar la ecología social de este desastre.
Notas con los voluntarios. 3´57"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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Dentro de un galpón, hay más de 130 personas que sobreviven gracias a ellos. La conciencia de estos jóvenes -no pasan de los 25 años- es sorprendente. Desde la militancia independiente, apuestan por la organización de la propia gente, no tratan -como en otros centros dependientes del estado-, de servirles a la gente "hasta para limpiarse la boca".
Entrevista en una de tantas casas ocupadas. 2´50"
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La situación para los autoevacuados se complica mucho, a medida que va pasando el tiempo. La justicia y la policía, los trata de simples delincuentes, y "tratando de cumplir la ley", los intiman para que se vayan -generalmente les dan 10 días. Son cientos, las casas ocupadas y miles quienes las habitan.
En este lugar convivían unas 20 personas, en su mayoría chicos, en dos habitaciones de tres por tres y un patio sin techo, donde también dormían los mayores.
Médicos del Mundo. 4´17"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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Este es el testimonio de la doctora Liliana Perez, Coordinadora de emergencias de Med. del Mundo. Ellos tuvieron, por ejemplo, que pagar de su bolsillo la lavandina y el detergente para darle a la gente en un primer momento.
Abogada DD.HH.
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Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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Lucila Puyol, abogada e integrante de HIJOS nos comenta por la presentación judicial que organizó el Comité de Solidaridad, que está conformado por muchas organizaciones sociales que se unieron para poder paliar la situación. La causa está caratulada "Estrago culposo calificado" y apunta a todos los funcionarios que carguen con la responsabilidad penal y política por todo lo que pasó.
Testimonio de una periodista de Santa Fe. 3´45"
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Mariana Rabaini es periodista, docente e investigadora santafesina. Trabaja en grupo de video Matecosido y acá nos comenta como fueron para ella los primeros momentos y las situaciones que vivió.
Sobre la situación social que viven los evacuados. 4´50"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
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Una psicóloga que fue voluntariamente a asistir a muchos evacuados en esos ghettos en los que se han convertido los centros, como la estación de trenes Gral. Belgrano.
Entrevista con gente de la Revista Tercer Mundo. 3´47"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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Pablo Benito, periodista santafesino, habla de las responsabilidades políticas sobre Reuteman y reflexiona sobre la situación general.
Uno de los datos aportados, tanto por él como por Luis Moro el otro editor de Tercer Mundo, es que por ejemplo, Juan Carlos Mercier, Ministro de Obras Públicas de Reutemann en la época de la adjudicación de la obra que termina siendo una trampa, que no estaba terminada y que se adjudica, por lo menos, de una manera muy sospechosa, es quien estaría por hacerse cargo de la reconstrucción de la ciudad.
Como nos dijo Pablo, no tenemos que perder de vista a Santa Fe, porque ahora van a llegar creditos internacionales, van a tratar de entregar subsidios para acallar a la gente y para desarticular la organización popular. Si bien tiene que haber un Nunca Más para estos políticos santafesinos, también, necesariamente debemos hacer un De Ahora en Más.
Mabel Ruiz desde Santa FE. 2´38"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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La mamá de Maximiliano Kosteki solidaria con los inundados se hizo presente en la multitudinaria marcha del día miércoles 21.
Testimonio de otro inundado. 4´07"
Por Gustavo de AIRE LIBRE Rosario -
Thursday, May. 29, 2003 at 12:58 PM
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El Chori es otro de los damnificados por la inundación. Estuvo 11 días viviendo sobre un puente casi sin recibir ayuda estatal.
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