Julio López
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CAI FISKE MENUKO: “SI NO ENTRAMOS EN ACCIÓN NO RECUPERAMOS NADA”*
Por ((ivpress)) - Tuesday, Aug. 26, 2003 at 7:30 PM
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Las leyes, el Estado, las iglesias, los partidos políticos, los organismos financieros... fueron temas que surgieron en la charla con Elena, Julián y Marcelo, integrantes del Consejo Asesor Indígena (CAI) de Fiske Menuko, Río Negro. Cada uno de esos puntos - tal vez centrales en la lucha por la liberación del Pueblo Mapuche - podría ser eje de uno o varios debates pero el fin de esta entrevista es dar a conocer, a grandes rasgos, los lineamientos del CAI. Si alguien quiere aportar al debate, bienvenid@.

Además de la difusión de los conflictos y promover el autorreconocimiento, desde la ciudad qué más pueden aportar a la lucha del Pueblo Mapuche.

J: La relación con otras organizaciones y buscar el apoyo político. Por ejemplo, vamos a hacer una recuperación de tierras, se pone bravo y necesitamos apoyo político para presionar al gobierno... presionar para que no nos golpee el enemigo. Nuestras relaciones son las que van a hacer que otras organizaciones participen de eso.

Nos vinculamos con todo el que quiera conocer y participar. Y vamos en busca de eso porque necesitamos tener el apoyo del resto de la gente en el caso de las movidas que podamos hacer.

M: Hay una cosa clara, definida por la organización, que el vínculo es con toda organización que pertenece al campo popular. No tenemos vínculo con los partidos políticos, obviamente conocemos compañeros que militan en partidos políticos y sabemos que son buena gente... hay un vínculo, pero más personal. Hay sectores con los cuales nosotros no fomentamos el vínculo, si los partidos apoyan o no apoyan, es un problema de ellos, nosotros no vamos a buscar su apoyo ni el de la iglesia.

¿Por qué?

J: Porque el Estado es el enemigo, fue el que nos destruyó. Si vamos a la historia, el 25 de mayo (de 1810) fue el principio de nuestro fin, fue el principio de nuestro exterminio.

M: El Estado cumplió el rol que cumple todo Estado en el mundo. ¿Qué es el Estado? El Estado es un instrumento de coacción que tienen los poderosos. El Estado cumplió ese rol y lo cumple.

J: La iglesia fue la cuestión espiritual del Estado, la cuestión ideológica del Estado, con la cruz y la bandera argentina entraron a nuestro territorio, en Argentina y en Chile. Ahí se unieron los dos Estados, los dos ejércitos unificaron criterios, las dos iglesias son una sola cosa. Cuando nosotros planteamos que no tiene que haber fronteras se vuelven locos, pero ellos cuando necesitaron plantear sus intereses, los de la corona británica - tierras que hoy en gran parte tiene Benetton -, vinieron, se unieron y nos atacaron como una sola cosa.

Y los partidos políticos porque son parte del sistema. No hay ningún partido político que haya planteado el reconocimiento de los Pueblos Originarios, ni el más revolucionario, ni los que fueron a combatir en la época del ’70 con las armas. Entonces para qué los vamos a reconocer si ellos no nos reconocieron. Aparte están todos muy institucionalizados, el sistema capitalista logró meterlos a todos dentro del gran juego, unos juegan por izquierda otros juegan por derecha, pero todos están dentro de la misma cancha. El problema es que nadie se quiere salir de la cancha, nadie quiere sacar los pies del plato. Aunque no lo digan, en los hechos es así y lo que medimos son los hechos. Los discursos son una cosa, los hechos son otra. De última, si participan los partidos de izquierda el sistema es ‘más democrático’, pluralista, porque puede estar un fascista o un comunista peleando en la campaña electoral.

Esas cuestiones hacen que planteemos que como Pueblo no nos embarcamos con ningún partido político ni creemos que los partidos políticos sean la solución. Nadie dijo que la organización social tiene que pasar por un partido político, que tiene que haber un Estado. Antiguamente no existían los partidos políticos, no existía el Estado, no existía la iglesia y nuestro Pueblo vivía. Algunos dirán: “Eh, pero es un atraso... Volver a...”. No, nadie está planteando volver a esa situación, pero si hubiesen dejado a ese Pueblo crecer armónicamente en este momento estaríamos hablando de otras cosas, no lo dejaron. Lo que rescatamos, entonces, es lo que quedó hasta ahí: Un pueblo que vivió sin el Estado, vivió sin estas instituciones.

M: Por ahí es difícil de entender el tema de la relación con el Estado. Si nosotros, como decía Julián, vamos a la cuestión histórica nuestro Pueblo siempre estuvo enfrentado, hasta la actualidad, con el Estado. Nunca hubo una alianza con el Estado, a no ser los que nos traicionaron y nos entregaron, que eran parte de nuestro Pueblo también.

¿Hoy cómo estamos? Estamos en conflicto con el Estado provincial concretamente. En Río Negro tenemos problemas gravísimos con el Estado, hay tres recuperaciones de tierra, y no te estoy hablando de tres familias de cinco personas cada una. Te estoy hablando de tres recuperaciones de tierra, y cada una tiene más de cincuenta personas que pertenecen a esa recuperación, son tierras históricas que pertenecieron a estas familias. Y cuál es el conflicto mayor, que el Estado no nos quiere reconocer, aunque hay una ley nacional, que es la Constitución, que nos reconoce como Pueblo preexistente. También hay una ley provincial, que nos reconoce como parte del territorio, y están los convenios internacionales... Pero seguimos en conflicto con el Estado rionegrino.

J: Si vamos al tema tierras, como una porción (unidad) económica, tenés un conflicto porque el Estado en ningún momento reconoció, ni por título, a la gente que está en las tierras. A los mapuches nunca nos dieron ningún título, ningún reconocimiento, más allá de que con el título de propiedad tampoco estamos de acuerdo.

¿Por qué crees que el Estado y organizaciones a nivel internacional han promovido un reconocimiento ‘legal’, jurídico, de los Derechos de los Pueblos Originarios?

J: Por lo que te decía de los partidos políticos. Hoy, en que (Carlos) Menem dijo que se terminaron las ideologías y que el Fukuyama ese dijo del fin de la historia, ellos saben concretamente que no es así; y dónde está el reservorio antisistema, desde el punto de vista ideológico, en los Pueblos Originarios. Hoy muchos marxistas se prostituyeron... La oposición al sistema, de liquidar el sistema, está en nosotros. No porque nosotros decimos, potencialmente somos. No es que nosotros ya estamos liquidando el sistema, sino caemos en el vanguardismo, no, los Pueblos Originarios en América Latina todavía mantenemos un montón de valores que nos permiten que pensar en una sociedad que no sea capitalista.

No podemos pensar en construir una cosa si no liquidamos este sistema, ellos lo saben, por eso hay tanta plata del Banco Mundial para cooptar. En el caso de Ecuador, el movimiento indígena que llegó a liderar la lucha contra Bucaram, el Estado y a plantear un gobierno distinto, vino el Banco Mundial y puso 50 millones de dólares para liquidar ese movimiento. Ahí el Banco Mundial planteó su política, la cooptación de dirigentes de los Pueblos Originarios, por eso hay plata, porque saben que por ahí pueden quebrar a mucha gente, y es lo que les falta incorporar a ellos.

En los últimos años ha habido un renacimiento de la lucha de los Pueblos Originarios y pensamos que eso es más que importante para nosotros y para el resto de los pueblos, que no son mapuches. O sea, los argentinos y los chilenos, que son de otros orígenes, también se pueden ver reflejados en esas luchas. Y eso puede ser potencialmente un peligro para el sistema, por eso no es casualidad que en Gulumapu los mapuches son declarados terroristas y hace dos años salió una fundación, de estas que hacen estudios, que decía que tal organización está vinculada a la ETA, tal otra a Bin Laden, tal otra a los zapatistas... Todas las organizaciones mapuches que se oponían a la represa (en Ralco) o a la tala de árboles o que están en recuperación de territorios eran terroristas. Eso no es casualidad., y no es casualidad que haya todo un trabajo así: o te liquido o te incorporo.

M: Liquidarte es una cuestión demasiado extrema, entonces el tema es sumarte a este proyecto político ‘de la humanidad’ que es el capitalismo.

En el caso de Argentina es como que abrieron el paraguas antes de tiempo. En otros países se planteó una fuerte lucha en torno a la ratificación del Convenio 169 de la OIT o del reconocimiento constitucional de la preexistencia de los Pueblos Originarios y acá eso no sucedió.

E: Abrieron el paraguas de a poco y desde de mucho antes. Por ejemplo tenés el caso de los mormones, que desde hace muchísimos años se los ve por acá y que internacionalmente sabemos quiénes son. Vos mirás y, si bien es cierto que siempre van de a dos (gringos), después – y eso no se le escapó a ningún buen observador – anda uno de allá y, en esta zona, un mapuche. Entonces, para golpear en la ideología, para hacer esto que antes decía Julián, también es una forma de colonización moderna. En el noroeste (de Argentina) han hecho destrozos con el asunto de las diferentes religiones y acá, en el campo, están bastante metidas... en el medio del campo.

Eso también es para frenar y hay muchísimo dinero en eso. Todo es del Banco Mundial o de organizaciones internacionales para solventar este tipo de cosas.

J: Como organización sabemos que el artículo 75 de la Constitución no nos garantiza nada, porque la misma Constitución dice que ningún argentino gobierna (“el pueblo no es soberano sino que gobierna a través de sus representantes”) menos los mapuches, que fuimos incorporados por un compromiso internacional... cuando dicen cómo te reconocen, te desconocen otra vez. Pero es un atractivo importante para mucha gente nuestra diga: “Estamos reconocidos”. Nosotros, concretamente, decimos que son las reglas de juego y que no nos creemos todo esto, no nos creemos el (Convenio) 169, si hay que pelear en ese plano lo peleamos, pero sabemos que esa no es la solución. Ni nos van a engañar con que somos reconocidos por el Estado.

Llama la atención que en plena avanzada neoliberal en América Latina se dan todo este tipo de ‘concesiones’.

J: No es casualidad. Fijate que en todos lados se está dando manija al 169 todo el tiempo, en Argentina, en Brasil, en Bolivia, en Perú, en todos lados es el caballito de batalla. Esas cuestiones, lamentablemente, enganchan a mucha gente nuestra, el objetivo fundamental es cooptar. Dirigentes nuestros muy capaces dicen: “Tenemos que pelear en la legalidad porque la Constitución nos reconoce y tenemos que utilizar los créditos del Banco Mundial porque es planta nuestra y hay que utilizarla, porque si la utilizamos bien...”. Es un discurso. Ni el Banco Mundial ni nadie te va a regalar nada porque seas mapuche, y ellos no son vivos de ahora.

Qué vamos a esperar, que el gobierno diga: “Mapuches, ahí tienen todas las tierras que les reconocimos en esta ley”. Va a pasar lo de siempre, si no entramos en acción no recuperamos nada.

E: Y siempre dentro de la ley, que es su ley, porque de ahí no hay que salir. Esto que él decía de las herramientas que en algún plano de la lucha hay que confrontar con eso, bueno, pero en nuestra organización sabemos que la lucha se da por otro lado, si no qué sentido tiene. Si con esa ley, de ese Estado, no se le permitió a ningún Pueblo Originario ni seguir con sus costumbres ni con su organización y, por supuesto, ni hablar de los lugares donde están asentados. Porque en esos territorios donde hoy por hoy están los mapuches, y aunque estuviese un pueblo de raíz europea, si los van a necesitar también lo van a barrer. Porque la cuestión es extender los límites del imperialismo y del capitalismo hasta donde vayan los límites de sus empresas.

Por ahí no se entiende muy bien cuáles son los puntos, los ejes, sobre los cuales nuestra organización lucha. Lo claro es la tierra pero en realidad engloba algo más serio y más profundo que se refiere no solamente a los Pueblos Originarios sino a todos los que estamos en condición de sometidos, es así de grande la lucha. Y para mí no va a terminar hasta que no termine la lucha de clases, que es antagónica e irrecuperable.

Hernán Scandizzo

* Esta entrevista constituye sólo un fragmento de la charla mantenida con Elena, Julián y Marcelo a fines de mayo en Fiske Menuko, otro pasaje de ese encuentro fue publicado bajo el título “Soy mapuche y no importa lo que digan” y se refería a la autoafirmación de la identidad. Restan publicar sus testimonios sobre la historia del CAI.

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