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JUICIO POR LA MUERTE DE WITIS Y RIQUELME
Por reenvío agencia walsh - Monday, Sep. 01, 2003 at 4:38 PM

COMPLICADA SITUACIÓN DEL EX CABO DE LA POLICÍA

(Agencia el medio - Cels - 31 de agosto de 2003) Luego de cuatro jornadas de
audiencias en las que testificaron más de 50 personas, las perspectivas se
presentan poco favorables para el ex policía bonaerense, Rubén Emir Champonois,
acusado del doble homicidio de los jóvenes Mariano Witis y Darío Riquelme en el
marco de la persecución derivada de un asalto al Banco Itaú de San Isidro
ocurrido en septiembre de 2000.

De cara a los alegatos de las partes, que se llevarán a cabo mañana lunes a las
9 de la mañana, el fin de la etapa de prueba dejó al ex cabo en una complicada
situación, al no haber podido acreditar la existencia de una agresión por parte
de las víctimas que le permita alegar que actuó en legítima defensa cuando les
disparó ese día, luego de arrinconar el vehículo en que viajaban en un callejón
de la Villa Uruguay.

El abogado del CELS, Rodrigo Borda, representante de la madre de Darío Riquelme,
afirmó que "existieron testimonios fundamentales, abundantes y coincidentes, por
los que se pudo probar que: del automóvil en que viajaban las víctimas no se
efectuaron disparos, que Champonois disparó a una muy corta distancia, de arriba
hacia abajo (porque los dos jóvenes habían quedado atrapados en la parte trasera
del vehículo) y que el arma atribuida a Riquelme no fue percutada ni era apta
para producir disparos".

Estos elementos fueron aportados, entre otros, por peritos balísticos oficiales
y de parte, por la joven Julieta Schappiro, amiga de Mariano que había sido
tomada como rehén junto a éste y se encontraba dentro del vehículo al momento de
los asesinatos, por dos testigos presenciales de los hechos cuya identidad debió
protegerse por temor a represalias, y sorprendentemente, incluso por efectivos
de la policía bonaerense compañeros de Champonois.

Así, el perito balístico Jorge Millet demostró ante el tribunal que la púa rota
del revolver tejano atribuido a Darío nunca podría haber producido un disparo,
ni tampoco dejar la marca encontrada en el cartucho del arma peritada, lo que
permitió incluso descartar la intención de disparar que la defensa del ex
suboficial intentaba esgrimir como justificativo de las muertes. Otros peritos,
como Andrea Clemens, establecieron la distancia de los disparos entre 0,7 y 1,2
metros.

Julieta Schappiro declaró que el joven asaltante no llevaba armas y que ni él ni
su cómplice dispararon desde el auto. Agregó que los vidrios del Wolskvagen Gol
permanecieron cerrados durante toda la persecución y que cuando el auto (de dos
puertas) quedó detenido Darío intentó destrabar el
asiento delantero sin conseguirlo. Allí comenzó a escuchar disparos, los vidrios
se rompieron y escuchó el llanto de dolor de Mariano, para comprobar luego que
ambos jóvenes estaban sin vida.

A su vez, dos personas que habitan las inmediaciones de la Villa Uruguay y que
presenciaron el momento de los asesinatos, afirmaron (bajo reserva de identidad)
que Rubén Emir Champonois se acercó a un metro del auto del auto detenido y
disparó repetidamente sobre la parte trasera, sin que hubiera existido ningún
intento de agresión por parte de los ocupantes. En tanto, el oficial Gabriel
Páez, compañero de Champonois y participante de varios operativos en los que
también se sospecha el uso irracional de la fuerza policial, perjudicó al ex
cabo cuando relató que fue el primero en llegar
al lugar de los hechos y lo vio a un metro del auto en posición de tiro, con los
dos jóvenes ya muertos.

La hipótesis de que Champonois tuvo intención de dispararle sólo a Darío, y que
Mariano resultó muerto por error debido al rebote del proyectil, también quedó
desbaratada, cuando los peritos demostraron que Mariano había recibido dos
disparos directos, en virtud de la forma que presentaban los orificios de bala
encontrados en su cuerpo. Esto impediría que la defensa alegue la figura de
homicidio culposo en el caso del rehén.

Durante el último día de audiencias, la defensa presentó dos testigos que no
presenciaron los hechos. El primero, jefe del Comando de Patrullas de San
Fernando (algunos de cuyos integrantes fueron recientemente juzgados por el
homicidio de Alejandro Levickas) intentó presentar a Champonois como
un buen policía. Sin embargo, desconocía que el ex cabo había participado ya en
otros "supuestos" enfrentamientos y que tenía varias sanciones disciplinarias.

El segundo, también policía, orientó su testimonio a acusar a la víctima
Riquelme. Su madre, Ana María Liotto, dijo al respecto entre lágrimas. "Ya han
probado que Darío no disparó. ¡Los mismos policías lo reconocen! No sólo mataron
a mi hijo sino que encima quieren hacer creer que era un delincuente peligroso".

El fiscal de la causa, Alfredo Frutos, manifestó que "a lo largo de estos cuatro
días quedó suficientemente probado que Rubén Emir Champonois fue el autor de dos
homicidios sin justificación alguna, por lo que la fiscalía espera que sea
condenado por el doble asesinato de Mariano Witis y Darío Riquelme".

Los abogados del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Rodrigo Borda y
Andrea Pochak, representan a la madre de Darío Riquelme, y la abogada Laura del
Cerro a Raquel y Jorge Witis, padres de Mariano. Ambas familias concurren juntas
al juicio, y están unidas en su pedido de justicia al comprender que -aunque el
hijo de una haya tomado como rehén al hijo de la otra- ambos son víctimas de un
sistema en el que las fuerzas policiales se manejan con impunidad y concepciones
represivas de la seguridad, que sólo provocan más muerte y violencia.

La pena prevista por el Código Penal por homicidio simple es de prisión de 8 a
25 años. En este caso, se trata de un doble homicidio. Además los jueces podrían
considerar como agravantes que los disparos se efectuaron por la espalda y a muy
corta distancia, lo que indicaría la inexistencia de peligro en la que estaba
Champonois y la indefensión de las víctimas. Por ello, la condena impuesta
podría acercarse más al máximo de la escala penal que al mínimo.

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