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Bolivia: El Alto y los mineros echaron al sanguinario Sánchez de Lozada
Por Indymedia El Alto-Bolivia - Friday, Oct. 17, 2003 at 4:23 PM
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Estamos orgullosos. Mostramos una rebeldía oculta pero valiente y consecuente. Un movimiento social denominado “paro cívico vecinal movilizado” de la ciudad de El Alto y que duró 10 días continuos (entre el miércoles 8 y el viernes 17 de octubre) terminó por echar de su cargo al cuestionado Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR) quien a las 20:00 horas (24:00 GMT) se aprestaba a viajar a Estados Unidos.

En tanto, el Parlamento se aprestaba a elegirla nuevo presidente boliviano, cargo que recaería en Carlos Mesa Gisbert. Sin embargo, los festejos ya comenzaron en las calles paceñas y del interior del país. En El Alto, mientras miles de ciudadanos hacían colas para comprar “una garrafita” de gas, recibía con aplausos a los mineros de Huanuni y Caracoles que llegaban en camiones tras sortear bloqueos y la violenta represión militar que dejó otros dos muertos de un total de más 70 en regiones como El Alto, Ventilla, Patacamaya, La Paz y San Julián. Luego de que se conoció que Sánchez de Lozada dejó un mensaje grabado en la que hace conocer su renuncia, comenzaron las reflexiones acerca del por qué lo que comenzó como un movimiento vecinal se convirtió en una revuelta popular que se extendió por todo el país. Unidad en sus planteamientos, bloqueos de carreteras, huelgas de hambre y una durísima represión militar y policial que ocasionó 78 muertes, fueron las armas principales con las la población alteña y boliviana echó a Sánchez de Lozada de la Primer Magistratura del país. Sin embargo, esta victoria social aún es parcial. Resta establecer hasta dónde llegó el negociado de la venta de gas a Estados Unidos y México en condiciones absolutamente desventajosas para el país y quiénes son los responsables aunque está claro que todos respondían a Sánchez de Lozada. Lo que los alteños no olvidarán jamás serán las violentas muertes en las masacres de Villa Ingenio, Río Seco, 16 de Julio y Villa Ballivián de las que resultaron más de 30 decesos al margen de la matanza, a sangre fría de soldados amotinados y que se negaron a obedecer la orden de matar a los desarmados ciudadanos alteños. EL APORTE DE LOS MINEROS Por su lado, los trabajadores mineros, estatales y de las cooperativas mineras, también aportaron con sus movilizaciones iniciales para presionar al ahora renunciante Presidente. Los mineros de Huanuni (que trabajan en Comibol) comenzaron a marchar el lunes 6 de este mes. El jueves 9 llegaron a Ventilla, comunidad ubicada a 10 kilómetros de El Alto, donde fueron reprimidos por los militares con dos muertes. Sin embargo, llegaron a La Paz. Luego, los cooperativistas mineros de Huanuni (alrededor de 2.500 trabajadores) también comenzaron a marchar a La Paz, cuando el miércoles 15 los mineros llegaron a Patacamaya, fueron violentamente reprimidos por efectivos militares, por lo cual murieron otros dos mineros. LECCIONES URGENTES Algunas lecciones aprendidas de este proceso violento, serían: 1. El Alto marcó la línea política de este movimiento social que comenzó en una ciudad y se extendió hacia el interior del país: La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, Oruro y, en menor medida en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. 2. El discurso unificador fue primero, la recuperación del dominio de los hidrocarburos, especialmente el gas, recurso natural cuya comercialización fue considerada como otra forma de regalar materia prima, al igual que la plata en la época colonial, el estaño en el siglo XX. 3. Posteriormente, el discurso y el liderazgo pasaron a los líderes de la Central Obrera Boliviana (COB-Jaime Solares), la Confederación Sindical Unica de Trabajadores de Campesinos de Bolivia (CSUTCB-Felipe Quispe) y el Movimiento al Socialismo (MAS-Evo Morales) quienes mantuvieron un discurso único: Que Sánchez de Lozada se comprometa a revisar la Ley de Hidrocarburos y postergar cualquier veta de gas natural a Estados Unidos. 4. El acorralado gobierno no respondió en su momento a esta solicitud y, cuando lo hizo, ya tenía más de 70 muertes en su haber tras una brutal represión, calificada como “carnicería”, especialmente en zonas pobres de El Alto, donde no hubo misericordia y hasta se llegó a casos de asesinato y tortura a soldados que se negaban a disparar con la población. 5. A partir de entonces, Sánchez de Lozada comenzó a jugar un “tiempo de descuento” que fue prolongado con varias artimañas como las de alegar, ante la prensa internacional que tenía el apoyo de dos tercios de ciudadanos consultados por internet, lo que fue desmentido por la empresa encuestadora (radio Fides) que sufrió una acción de “pirateo informático”. Ya no había nada que hacer. 6. Entonces, fueron los alteños y luego, los mineros, quienes echaron a Sánchez de Lozada, aunque luego se sumaron diveros sectores laborales y luego, tarde, la clase media.

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