Una muestra de contrainformación: Oleada de ocupacion de viviendas en Sgo del Estero
Por uno - Monday, Jun. 14, 2004 at 7:52 PM

De casualidad llegué a este artículo navegando por la red. En la sección Santiago de Estero hay una referencia a estas ocupaciones, pero denominándolas de "lúmpenes villeros". Lamentable. ¿Quién hace contrainformación?

“Queremos seguir viviendo aqui”


Nuestro corresponsal entrevistó a una ocupante de una de las miles de viviendas que se ocuparon cuando asumió la intervención en la provincia.


Fue un hecho que se dio en forma espon-tánea en toda la provincia, sin que nadie pudiera controlar la situación. Estas son viviendas que estaba construyendo el IPVU (Instituto Provincial de la Vivienda y Urbanismo) con algunos barrios terminados y otros a medio construir.



—Nosotros ingresamos con un grupo de vecinos ante la necesidad que teníamos de tener una vivienda propia. Algunos estábamos alquilando o hacinados en casa de familiares; todos tenemos familias, hijos, somos trabajadores que no conseguimos casa después de años de andar en el IPVU. Entonces nos hemos visto en la necesidad de entrar en una vivienda que es para el ciudadano y que no se adjudicaba por una demora política, porque había que caminar detrás del candidato de turno y esperar la gracia de que llegara a ser gobernante para adjudicarte.

Porque vos primero pagas el alquiler, porque tienes que asegurar el techo para tus hijos, después compras la comida y pagas las otras cosas, entonces nunca llegamos con los números y eso origina un círculo vicioso de cada vez más endeudamiento, que a la larga termina con el desalojo y vos estás en la calle y dices “hasta cuándo voy a vivir así, tengo una familia formada, hijos que te reclaman, y que no quieren andar de casa en casa, además está la vivienda que es para nosotros y estamos los empleados que hacemos nuestro aporte, que es para el fondo de reparación social, es un porcentaje de nuestro sueldo para construir viviendas. Entonces nos sentimos con derecho a esa vivienda que esperamos y que queremos pagar, no queremos que se nos regale.


—¿Cómo ha sido ese primer momento de ocupar la casa?
—No ha sido fácil, es una decisión muy difícil de tomar, uno mide los riesgos por sus hijos, por uno mismo. En mi caso personal yo tengo 5 hijos menores, entonces uno piensa en los riesgos, en los hijos, que si le pasa algo a la mamá, que si va a perder el trabajo... es una situación muy crítica, de mucha tensión, de mucha adrenalina, pero a la vez uno baja al fondo de la cuestión y entonces se pregunta: “¿si no decido yo por mi familia quién lo va hacer?”, yo soy el eje de esta familia y debo protegerlos y una forma de proteger es darle un techo. Ha sido una decisión muy dolorosa pero que te eriza la piel y pone en movimiento todos los sentidos porque sabes que es una decisión que tienes que tomar. En mi caso no me arrepiento y estoy firme, mis hijos están concientizados y saben que esta es una lucha que vale la pena; es mucho sacrificio vivir como lo estamos haciendo, porque no tenemos luz ni agua y los tiempos se limitan a las horas del día, estamos perdiendo de otras cosas que alimentaban la vida cotidiana pero estamos muy fuertes a la vez, los vecinos, yo y todos los ocupantes de toda la provincia porque estamos conectados entre todos y hasta ahora no debe haber habido un día de tranquilidad de decir, por fin las cosas están resueltas.
Es una experiencia que nos marcó a todos. Personalmente me veo viviendo algo que nunca me había imaginado pero cada día tenés mas energía para luchar, porque no le hemos quitado nada a nadie y también dejamos un precedente de que se debe luchar por lo que es importante en la vida. Te pueden decir: “no me arriesgo porque tengo miedo”; es cierto, el miedo es parte de la búsqueda de la tranquilidad y del equilibrio. Porque si vos no luchás por lo que es importante... porque aquí no estamos peleando por un paseo, por una ropa nueva, sino que luchamos por algo que es vital. Tampoco es para sentirnos héroes, el sentido que tiene esta lucha es que queremos seguir hoy, aquí lo mas dignamente posible, sino luchás con dignidad entonces para qué estás. Yo estoy buscando ese pedacito y es lo que todos queremos, nadie quiere una casa de fin de semana.


–¿Cómo actuó la intervención y qué pasos fueron dando para legalizar esta situación?
—En un primer momento es como que el gobierno de la intervención ha dejado que las cosas pasen, no han actuado, solamente la policía hizo relevamiento y esas cosas. Ahora ha hecho la propuesta de hacer un sorteo, y el grupo de delegados de toda la provincia, que nos llamamos Indevi (Interbarrial en Defensa de la Vivienda), no estamos de acuerdo.

Hemos acordado hacer este frente para no estar aislados, mantener la unión hasta lograr nuestro objetivo: que se nos adjudique la vivienda en que estamos. Todos trabajamos y queremos pagarla, somos empleados públicos, municipales, privados, etc. Se dice que hay 4.000 inscriptos para 2.000 viviendas, nosotros no estamos de acuerdo con la propuesta de ellos porque creemos que los que estamos ocupando no vamos a entrar en ese sorteo y sería una forma de “castigo” por esta “usurpación” de viviendas como dicen ellos.
Hay una falta de confianza a las palabras del interventor porque en un primer momento dijo que no iba a desalojar y ahora sale con esto.


–¿Cómo ha sido la participación de este barrio en las movilizaciones?
—La experiencia de ver a los vecinos de esos barrios de 600 casas o de más de 100 que se vienen con sus bebes, sus panzas, las abuelas, la familia, te conmueve y te sientes apoyada, acompañada y ves cómo la gente está decidida a que no se nos desaloje, que no seamos víctimas de la represión ni de la fuerza de la gendarmería que todos les tenemos miedo, pero no por eso vamos abandonar esta lucha.

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