Marineros de la flota amarilla bloquean puerto Caleta Paula
Por Mauricio - Friday, Feb. 04, 2005 at 8:01 PM
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Nota Diario El Patagonico

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ESTAN PARALIZADAS TODAS LAS ACTIVIDADES DE
UN PUERTO QUE COSTO 60 MILLONES DE DOLARES


Marineros de la flota amarilla bloquean puerto Caleta Paula

El conflicto que mantienen desde hace sesenta días más de un centenar de marineros de la flota amarilla con un grupo de armadores alcanzó ayer el grado de tempestad. Los tripulantes que se nuclean en el SOMU decidieron cortar todos los accesos al puerto de Caleta Paula y paralizaron todas las actividades. En su corta existencia, este recinto marítimo que demandó una inversión de 60 millones de dólares cobró más notoriedad por problemas laborales que por los servicios que presta.


Caleta Olivia (ACO)
Algo más de veinte barcos de costa y algunos langostineros permanecen inmóviles en la estación marítima, solo con la guardia de algunos serenos. También está paralizado el astillero, la aduana, las oficinas de pesca y otras dependencias administrativas, además de dos bocas expendedoras de combustible.
Solo el personal de Prefectura Naval recorre lo que parece ser un puerto fantasma, el mismo por el cual hace pocos meses se anunció otra inversión de 56 millones de pesos para su ampliación.
Ciertamente, era previsible que los marineros nucleados en el SOMU iban a tomar este tipo de medidas, pero la burocracia administrativa o la ineficiencia de algunos funcionarios hizo que no se previera la llegada de esta marea de protesta.

EL CUESTIONADO CONVENIO
Las tripulaciones comenzaron a abandonar los barcos en el mes de diciembre reclamando la aplicación de un convenio colectivo de trabajo que se identifica con el número 335 del año 2001. Pero los armadores no lo reconocen porque estaría viciado de ilegalidad y por ello aplicaron otro que rige en el puerto chubutense de Rawson, en tanto que el SOMU alega que si bien es una norma cuestionada, es la única que está en vigencia y debe respetarse.
A consecuencia de ello, los marineros dicen que no se les paga lo que corresponde por las capturas y muchos de ellos ni siquiera saben a cuanto asciende el monto que se les adeuda.
La última vez que se encontraron ambos sectores y de esto no hace más de una semana, fue en la Subecretaría de Trabajo, donde volvió a frustrarse una audiencia de conciliación ya que hubo intransigencia de ambas partes.
A consecuencia de este hecho, consideraron que el organismo laboral provincial no tenía ponderación para resolver el problema y por ello decidieron llevar el caso al Ministerio de Trabajo de la Nación.
Pero como los tiempos se dilatan, la desesperación por la falta de trabajo y sustento familiar los llevó a cortar los accesos al puerto a partir de las 4 de la madrugada y por tiempo indeterminado.

BUSCAN MEDIADOR
Julián Haro, el titular de la Delegación Zona Norte de la Subsecretaría de Trabajo, fue hasta el lugar a media mañana y les dijo que no iba a esconder nada «bajo el poncho». Además prometió interceder ante el intendente Fernando Cotillo para que éste se comunicara con el gobernador Sergio Acevedo, a efectos de alcanzar una mediación en la grave problemática, aunque hasta avanzada la tarde no se tenía conocimiento de esos buenos oficios.
En la misma e improvisada reunión, los marineros denunciaron que varios trabajadores fueron puestos en listas negras por los armadores. Dieron ejemplos de algunos que no pudieron hacer alguna changa adicional en el puerto de Comodoro Rivadavia e incluso aseguran que hasta en algunas casas de comercio les cortaron los créditos personales por sugerencia de los dueños de barcos.

POSTURA DE ARMADORES
A todo esto, recién ayer los armadores improvisaron una conferencia de prensa en un hotel céntrico.
El principal directivo de esa Asociación, Luis Jones, dijo que el bloqueo al puerto frena la actividad de unos 800 trabajadores y además mencionó que es legal que ellos apliquen otro convenio de trabajo para su flota amarilla, eligiéndose el de Rawson.
Los marineros habían denunciado que a ellos les pagaban 0,50 pesos por kilo de merluza y que los armadores facturaban el doble a las plantas pesqueras con las cuales comercializan la producción. Sin embargo Jones sostuvo que a los trabajadores se les pagaba $0,60 y vendían a $0,85 y aunque admitió que la oferta es variable, el porcentual de ganancias no es tan alto como se dice.
También criticó otros comentarios adversos que se les hacían, aludiendo a que esto es como «una bola de nieve», pero también admitió que había responsabilidades compartidas en este enredo laboral que ahora se ha generalizado al afectar a otras áreas del puerto.
Reconoció que algunos barcos de costa se han ido a otros puertos, pero minimizó su número y disipó la posibilidad que otros sigan el mismo rumbo ya que el grueso de la flota que queda pertenece a armadores afincados en la zona norte santacruceña y no se irán, aunque no podía dar estimaciones del tiempo en que llevará solucionar este conflicto.

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