Julio López
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PORQUE TROTSKY SE EQUIVOCO CON LA CONSIGNA "DEFENSA INCONDICIONAL DE LA URSS"
Por GRUPO DE PROPAGANDA MARXISTA - Thursday, Feb. 12, 2004 at 2:19 PM

CONSECUENCIA POLÍTICA CONTRARREVOLUCIONARIA DE LA CONSIGNA DE DEFENSA INCONDICIONAL DE LA URSS

Desde que el maestro la introdujo y sus discípulos del movimiento trotskysta hicieron suya la categoría política de "Estado Obrero degenerado" para calificar a la URSS bajo el stalinismo, se han producido circunstancias políticas respecto de las cuales la IVª Internacionales adoptó determinadas posiciones, algunas de las cuales merecen un lugar tan destacado en la memoria histórica del movimiento, como el que ocupa la decisión de los más encumbrados líderes de la IIa Internacional desde que tomaron partido por uno de los bandos burgueses en pugna durante la primera guerra mundial. Imaginamos y comprendemos el asombro y la indignación de muchos trotskistas de buena fe ante una comparación para ellos tan inaudita como escandalosa e insultante.

Para salir de la miseria intelectual y política hay que atreverse a mirarla de frente y no eludirla como si nunca hubiéramos tenido nada que ver con ella, decía Lenin en un conocido trabajo escrito entre mayo y junio de 1915. Aludía a ciertos "hombres de prestigio" de aquella época como Hyndman, Guesde, Kautsky o Plejanov, denunciando su actitud claudicante frente a la guerra imperialista, un tema del que a estos señores no les gustaba hablar, ni a ellos ni a sus acólitos en Rusia, que preferían sacrificar la verdad a la simpatía en función de intereses de partido y sentimientos de ciega obsecuencia hacia esos "hombres de prestigio", por lo que necesitaban vivir "en paz y amistad con ellos":

<<Pero por muy desagradable que esto sea para los distintos "hombres de prestigio" de la IIa. Internacional o para sus amigos de fracción entre los socialdemócratas de Rusia, debemos mirar las cosas de cara, llamarlas por su nombre y decir a los obreros la verdad>> V.I. Lenin: "La Bancarrota de la IIa Internacional" I)

Esto es lo que, al parecer, nadie más que G. Munis, Natalia Sedova (la viuda de Trotsky) y Benjamin Peret, han tenido el valor político y personal de atreverse a hacer en el seno de la IVa Internacional entre 1939 y 1948. La excepcionalidad revolucionaria de estos excepcionales militantes revolucionarios, el vació que se hizo en torno suyo al interior de las estructuras partidarias durante todo ese período, marcó el carácter de la IVª Internacional y no fue más que el principio de su progresiva degeneración política posterior. Vaya por delante que, desde principios de los años 30, la única tendencia de alcance mundial y contenido revolucionario fue la Oposición Comunista Internacional, proyección fuera de Rusia de la Oposición de Izquierdas al PCUS. Y lo fue por su consecuencia política con el principio del internacionalismo proletario, y por su beligerante denuncia de la burocracia stalinista como el principal enemigo de la revoluciòn mundial al interior del movimiento obrero. Iniciada por Trotsky, Rakovsky y otros muchos revolucionarios de gran valía y tenacidad -casi todos ellos asesinados- esta Oposición Comunista Internacional a la geopolítica del stalinismo fue el origen de la IVa Internacional.

Pero esta organización nació teóricamente viciada por el propio pensamiento equívoco de Trotsky: el haber caracterizado a la URSS bajo dominio stalinista consolidado, como un "Estado obrero" -aun cuando burocráticamente degenerado- y su lógica consecuencia política: la defensa incondicional de este supuesto Estado obrero frente a cualquier eventual agresión del capital imperialista. En esta teoría se apoyó el Socialists Workers Party para tomar partido por las fuerzas imperialistas aliadas en su disputa contra los países del Eje fascista desde 1941. En efecto, si la URSS era un Estado obrero, ante la singularidad de la Segunda Guerra mundial la política internacional de los Bolcheviques debía ser en este punto revisada. Esa singularidad bélica consistió en que uno de los dos bandos burgueses beligerantes decidió por su cuenta invadir territorio soviético para acabar con el régimen allí existente. En tales circunstancias, según la lógica política implícita en la tesis de Trotsky, la consigna internacionalista proletaria asumida hasta entonces por los bolcheviques, de convertir toda guerra entre Estados capitalistas en guerra civil revolucionaria, quedaba devaluada y, por tanto, el proletariado europeo debía solidarizarse con los Estados burgueses aliados en lucha contra la tropa obrera que respondía al mando fascista invasor de la URSS. Todo ello aún a costa de que el principio político revolucionario de poner la solidaridad del proletariado internacional siempre por encima de las contradicciones entre Estados, saltara por los aires. Se podrá objetar aquí que se trataba de apuntalar las conquistas políticas de octubre. Nosotros pensamos que, en 1941, las conquistas de aquella revolución hacía varios años que no tenían ya en qué sostenerse porque su base material-política había desaparecido. Y pasamos a explicar por qué.

En el prólogo a "La revolución permanente" (marzo de 1930), Trotski dice dos cosas:

Que en la teoría no hay nada que sea indiferente para la acción porque los puntos de vista teóricos más opuestos y en apariencia "abstractos" (en el "¿Qué Hacer?" Lenin hablaba de las diferencias de "matiz" teórico), <<tarde o temprano se manifiestan siempre en la práctica, y ésta no perdona el menor error teórico>>
Que el desarrollo de las fuerzas productivas es la base sobre la cual se asienta el proceso de tránsito al socialismo, pero que sin <<el reforzamiento de la base del proletariado como clase gobernante>> ese tránsito es imposible. Y según el pensamiento y el discurso de Trotsky, la base del proletariado como clase gobernante consiste en la estatización de los medios de producción.


Siete años después, en "La Revolución traicionada" (setiembre de 1937), Trotsky reconoció

1.-Que desde 1917 la URSS se caracterizó por ser una sociedad cuya base económica y social se encontraba a medio camino entre el capitalismo y el socialismo donde:

El desarrollo de las fuerzas productivas era aun insuficiente para que categorías económicas burguesas como los precios y el dinero empezaran a perder sentido y la nueva realidad social adquiriera un carácter socialista.
La producción era de tipo socialista pero las normas de reparto seguían siendo de naturaleza burguesa propiciando la diferenciación social.
El desarrollo económico bajo tales condiciones, fue mejorando lentamente la condición económica y social de los trabajadores, al tiempo que contribuyó a la creación de una capa social de privilegiados.
2.-Que en el terreno político este dualismo entre el carácter socialista de la producción y el remanente cuño burgués de la distribución se expresaba en la dualidad de poder entre la burocracia estatal que expresaba la tendencia a mantener la norma del reparto desigual y el partido revolucionario que pugnaba por quitarle a la burocracia esa base de sustentación de sus privilegios .

3.-Que a partir de 1930 la fracción stalinista procedió a eliminar ese dualismo subordinando el partido a los intereses de la burocracia soviética.



De este razonamiento, Trotsky concluyó que al instaurar el dominio de la burocracia soviética en el Estado y en el partido, la dictadura stalinista desalojó del poder político al proletariado, cortando el cordón umbilical con el espíritu de la revolución de octubre. Pero en tanto la propiedad estatal siguió intacta, Trotsky pensó que el Estado conservaba el mismo carácter revolucionario que adquirió en octubre de 1917. De ahí su consigna de "Defensa incondicional de la URSS". Confundiendo propiedad estatal con base política-material del poder obrero (el partido revolucionario), Trotsky procedió según el razonamiento fetichizado que invierte la prelación entre fuerza productiva y producto, en este caso, entre la articulación de la teoría revolucionaria con la vanguardia obrera sintetizada en en el partido y las conquistas económicas y sociales resultantes. En tal sentido, cabe decir que la base material del poder obrero en la sociedad de transición no reside en la simple subversión de las relaciones de producción capitalistas. Ésta es sólo una de las dos condiciones necesarias para materializar ese poder. La otra condición necesaria es el ejercicio pleno de la democracia. Pero la condición suficiente, el principio activo sine qua non que garantiza esas otras dos condiciones, consiste en la conciencia de clase trasmutada en acción política revolucionaria de masas, esto es, el partido comunista. Ésta es la base material-política del Estado obrero, no el hecho de la estatización. Cuando esta condición o razón suficiente deja de cumplirse, desaparece automáticamente bajo los pies del proletariado toda base de poder político revolucionario efectivo, toda posibilidad de su ejercicio eficiente. Y el caso es que, desde fines de la década de los veinte del siglo pasado en que acabó su obra contrarrevolucionaria de burocratizar el PCUS confundiéndolo o unificándolo con el Estado, de la base política material del poder obrero gestada por la Revolución de octubre, el stalinismo no dejó piedra sobre piedra. De este razonamiento antitrotskysta pero de raíz genuinamente marxista-Leninista, se infiere que, ya antes de 1930, el Estado soviético había dejado de ser un Estado obrero. La prueba está en que, lejos de empezar a desaparecer, la maquinaria estatal soviética fue reforzada en sus dos elementos esenciales, la burocracia civil y la burocracia militar represiva. ¿Qué tiene que ver en todo esto el hecho de que el Estado soviético se haya visto reforzado en vez de comenzar a desaparecer?

En "El 18 Brumario de Luis Bonaparte", Marx destacó la diferencia que media entre la revolución comunista y todas las revoluciones habidas hasta la aparición del proletariado moderno. Y esa distinción consiste en que...

<<...Todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina en vez de destrozarla. Los partidos que luchaban alternativamente por la dominación, consideraban la toma de posesión de este inmenso edificio del Estado como el botin principal del vencedor...>> (Karl. Marx: Op. Cit. Cap. VII)

En "El Estado y la Revolución" Lenin cita este pásaje al que califica de notable avance -"un trecho enorme", dice- en el análisis de Marx sobre la cuestión del Estado en general respecto de lo que él y Engels habían pensado y dicho en el "Manifiesto". En efecto, en 1848, Marx y Engels pensaban que:

<<El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que el de todos los demás partidos proletarios: constitución de los proletarios en clase, derrocamiento de la dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado.>> (Marx-Engels: Op.cit. cap II. Subrrayado mío)

En 1852 Marx llegó a la conclusión de que para efectivizar la revolución comunista, al proletariado no le basta con la conquista del Estado burgués, necesita destruir esa maquinaria de poder. Y no sólo eso, sino que debe empezar a destruir el Estado en general, como maquinaria burocrática y militar represiva al servicio de la clase o casta social dominante. Y ese primer paso impostergable consiste en implantar la democracia obrera plena y el armamento del pueblo, dos conceptos que Marx aprendíó en 1871 de los comuneros parisinos e hizo suyos para completar el concepto de "dictadura del proletariado" como un tipo de Estado -"distinto por principio", dice Lenin comentando los pasajes de Marx en su "Guerra Civil en Francia"- que lleva la sustancia-sujeto de su propia destrucción:

<<Por tanto, la Comuna sustituye la maquinaria estatal destruída, en apariencia "sólo" por una democracia más completa: supresión del ejército permanente y completa elegibilidad y amovilidad de todos los funcionarios. Pero, en realidad, este "sólo" representa un cambio gigantesco de unas instituciones por otras de un tipo distinto por principio. Aquí estamos precisamente ante uno de esos casos de "transformación de la cantidad en calidad": la democracia llevada a la práctica del modo más completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa en democracia proletaria, de un Estado (fuerza especial para la represión de una determinada clase) en algo que ya no es un Estado propiamente dicho>> (V.I. Lenin: "El Estado y la revolución" Cap. III.2. Subrayado mío)

Para ser del todo didácticos al explicar la transformación del Estado por la dialéctica entre cantidad y calidad, es necesario ser más explícitos. Porque con la revolución obrera no estamos ante un simple cambio de gobierno que conserva la misma esencia social, como es el caso del agua cuando, por efecto de las cantidades de calor alcanza la medida en que cambia del estado líquido al gaseoso pero sin dejar por eso de ser esencialmente agua. Lo mismo puede decirse del capital acumulado cuando su masa colma la medida en que le hace pasar del estado de libre competencia al de monopolio; sigue siendo el mismo capital aun cuando bajo otra forma de dominio. En el contexto del pasaje que acabamos de citar, no hay duda de que, por efecto de la lucha revolucionaria, el Estado cambia de cualidad o forma de manifestación. Pero como bien dice Lenin, es una forma "distinta" que afecta a su esencia social, de modo que, en efecto, el Estado cambia de cualidad o forma de manifestación, pero es un cambio que le hace perder sustancia represiva -que esa es su razón de ser como Estado en general- hasta el punto de que se puede hablar con todo rigor y legitimidad teórica, de un Estado en proceso catabólico de extinción. Y el principio activo garante de este proceso está en el accionar político y orgánico independiente del proletariado consciente: el partido.



Esto quiere decir inequívocamente que, desde el momento en que mediante el partido o conciencia de clase en acción, el proletariado alumbra su propio Estado de clase, mientras esa condición suficiente de la conciencia de clase trasmutada en acción independiente del partido no remita hasta la completa inacción -sea por aniquilamiento o por degeneración ideológica y política- el Estado en general, esto es, como maquinaria represiva, tiende a desaparecer:

<<Esta conclusión es lo principal, lo fundamental en la doctrina del marxismo sobre el Estado. Y precisamente esto, que es lo fundamental, es lo que no sólo ha sido olvidado completamente por los partidos socialdemócratas oficiales imperantes, sino que ha sido evidentemente tergiversado (...) por el más destacado teórico de la IIª Internacional, K. Kautsky>> (V.I. Lenin: Ibíd)

En efecto, una vez que renegó del marxismo, sin dejar pasar un minuto Kautsky hizo valer su prestigio y fama de preclaro marxista europeo para falsificar aviesamente el pensamiento de Marx. Así fue cómo, respecto del concepto de "dictadura del proletariado", Kautsky se inventó que Marx se refería a una eventual "situación de dominio" político ejercido por los asalariados dentro del Estado burgués en virtud de la democracia comicial; no para destruir ese Estado sino para conservarlo quitándole su esencia represiva, esto es, su condición de Estado. Toda una contradicción en sí misma.

<<...debido a que el Estado ha nacido de los antagonismos de clase, su naturaleza es bélica; es un instrumento de lucha de las clases dominantes en el Estado y por medio del Estado, contra los enemigos internos y externos. Nosotros queremos extirpar del Estado esta naturaleza bélica; queremos que no esté en condiciones de sostener una guerra contra los estratos explotados y oprimidos del propio país, ni que emplee la guerra para la explotación y la opresión del extranjero...>> (K. Kautsky: "Democracia y parlamentarismo" Prólogo a la segunda edición. Febrero de 1911)

Con esta interpretación Kautsky intentó enterrar la idea revolucionaria anunciada por Marx en 1852, según la cual, la existencia de un Estado sin esencia represiva en una contradicción en sí misma, y que el primer acto del proletariado en el ejercicio de su dictadura de clase consiste no ya en ocupar el Estado burgués típico, sino en destruirle junto con su democracia formal parlamentaria, dando así el primer paso en dirección a la destrucción de todo tipo de Estado.

El stalinismo procedió de modo análogo a Kautsky. Agitando su apócrifo testamento ideológico sucesorio del marxismo-leninismo, en lo tocante a la teoría del Estado se inspiró sustancialmente en la misma falsificación teórica del pensamiento de Marx ejecutada por Kautsky, pero de una forma cínica insuperable: proclamar la voluntad política de eliminar la esencia represiva del Estado conservando su existencia "sine die". Para eso aplicó el mismo baremo teórico de Trotski: la confusión entre estatización de los medios de producción y base material-política del Estado obrero.

Según el materialismo histórico, el Estado en general tiene su necesidad y posibilidad real de existencia mientras persistan los antagnismos de clase. Desaparecidos estos con las clases que los suscitan, el Estado pierde toda razón de ser y de existir. Para no violar este principio teórico marxista, hacia fines de los años treinta Stalin debió falsificar grosera y brutalmente la realidad de la URSS. Esto ocurrió durante el XVIII Congreso del PCUS. En su informe presentado el 10 de marzo de 1939, Stalin proclamó que la URSS había alcanzado el socialismo dado que el desarrollo de las fuerzas productivas en esa parte del mundo habían hecho desaparecer por completo los antagonismos de clase:

<<Desde el momento en que no existe ninguna clase social a la que oprimir, que con la dominación de clase y la lucha por la existencia individual, motivadas por la anarquía de la producción, son eliminadas igualmente las colisiones sociales y los excesos resultantes, no hay nada que reprimir y deja de ser necesario un poder especial de represión, un Estado.>> (J. Stalin: Op. Cit. Cfr. Ch. Bettelheim: Las Luchas de clases en la URSS" Prefacio)

Pero el caso es que el Estado soviético no sólo seguía subsistiendo sino que su maquinaria burocrática y militar represiva se había visto enormemente acrecida y reforzada. Para resolver el problema que suponía esa evidencia empírica, Stalin tuvo que enmendar la plana a la teoría marxista del Estado, pretextando falsariamente que algunas de sus tesis generales no estaban suficientemente acabadas. Para "superar" esta hipotética insuficiencia teórica de Marx, Stalin tuvo que explicar la existencia del tan abultado aparato estatal no por los conflictos de clase al interior de la URSS, sino por una causa exterior: el cerco capitalista. De ahí su siguiente formulación:

<<La función represiva ha dejado paso a la función protectora de la propiedad socialista contra los ladrones y despilfarradores de los bienes públicos. Se ha conservado íntegramente la función de defensa militar del país contra la agresión exterior. En consecuencia han sido conservados el Ejército Rojo y la marina militar, así como los organismos punitivos y los servicios de información necesarios para capturar y castigar a los espías, asesinos y saboteadores enviados a nuestro país por los servicios de espionaje extranjero>> (Ibíd)

Cierto, para hacer frente a cualquier amenaza exterior, en tanto la revolución no se extienda en la medida suficiente, el Estado obrero en un país eventualmente aislado debe fortalecerse. Pero no es menos cierto que, para eso, la burocracia civil y militar es más un contrapeso que un baluarte. Cuanto más crece al interior del aparato estatal, más se fortalece la tendencia que tira de la sociedad de transición hacia el capitalismo. Y si el aparato estatal-burócratico-militar se ve reforzado ante la amenaza exterior burguesa convertida en directa intervención militar a la postre fallida, el triunfo en esa guerra constituye una verdadera derrota estratégica para los intereses del proletariado, como fue el caso de la URSS tras la segunda guerra mundial ¿Quién puede dudar de que la burocracia soviética salió de esa confrontación enormemente fortalecida en el plano ideológico, político y militar? Tan fortalecida, que se convirtió en el agujero negro hacia el que gravitaron cada vez más quienes, desde la muerte de Trotsky pasaron por ser sus más acérrimos enemigos: los trotskystas adscriptos a la IVa Internacional.

Para determinar que grano de verdad hay en esta última afirmación, empecemos por decir que, aun cuando desde filosofías políticas y planteamientos estratégicos divergentes, Stalin y Trotsky acabaron coincidiendo en lo mismo: que la política del proletariado internacional pasaba por la defensa incondicional del Estado soviético que ambos hicieron pasar por un "Estado obrero". Para llegar a esta conclusión política del todo conveniente a los intereses de la burocracia soviética que decidió pasar a representar, Stalin falsificó intencionalmente la realidad económica y política de la URSS; Trotsky llegó a esa misma conclusión confundiendo por error teórico el concepto de base material del poder obrero (el partido) con la estatización de los medios de producción. La coincidencia política entre Stalin y Trotsky se explica, en último término, porque los dos atribuyeron el extinto carácter obrero del Estado soviético no al sujeto creador (el partido obrero revolucionario), inexistente al momento de emitir el juicio y la consecuente consigna de "defensa incondicional de la URSS", sino a su producto pretérito subsistente (la propiedad estatal de los recursos materiales productivos).



Para nosotros no hay duda de que junto a la errónea teoría del estancamiento permanente, este desatinado análisis de Trotsky sobre la naturaleza de la URSS signó las vicisitudes y desventuras de la IVa Internacional desde 1941. Pero no es menos cierto y evidente, que lejos de haber sido determinante en el comportamiento de esa organización, estos errores teóricos del maestro fueron una especie de comodines ideológicos, la justificación del espontaneísmo oportunista -ajeno a Trotsky- propio de los impropios e ímprobos discípulos que le sucedieron en la dirección.



Como hemos dicho más arriba, la serie de despropósitos revolucionarios de la IVa Internacional comenzaron cuando, durante la Segunda Guerra Mundial, en lugar de la consigna leninista del "derrotismo revolucionario" que prescribía al proletariado de los países comprometidos transformar toda guerra intercapitalista en guerra revolucionaria, las secciones americana, inglesa y francesa, so capa de "la defensa incondicional de la URSS", practicaron desde 1941 un vergonzoso triunfalismo pseudorrevolucionario colaborando con las potencias aliadas en la "defensa nacional" bajo la forma de resistencia contra las potencias imperialistas "agresoras" del Eje constituido por la coalición bélica entre Alemania, Japón e Italia. El II congreso celebrado en 1948 se negó a condenar la actuación de estos tres partidos y ni siquiera permitió que la cuestión se incluyera en el orden del día, aprobando la resolución que presentó la rivalidad USA-URSS como la principal contradicción de clases a nivel mundial. Más allá de la denuncia testimonial contra el stalinismo, de hecho esto suponía supeditar el internacionalismo proletario basado en la contradicción burguesía-proletariado, a la política chovinista de apoyo efectivo al régimen soviético en su disputa con el imperialismo norteamericano. Fue tras ese congreso que Munis, Peret y Sedova rompieron definitivamente con la IVa. Lo hicieron en la convicción de que esa organización iba irremisiblemente en una dirección desde la que no se vuelve. Y esa dirección estaba predeterminada por la errónea teorización de Trotsky que inspiró la política de "defensa incondicional de la URSS".

mayo 2001



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Penoso
Por Xor - Friday, Feb. 13, 2004 at 1:59 PM

Estos tipos parecen creer que es una contradicción en los términos la persistencia de la economía capitalista en el marco un estado obrero.
Si fuera así, no habría estados obreros, ya que una economía que haya superado su regulación por la ley del valor no exige la persistencia del estado. El estado obrero presupone que las condiciones capitalistas de la producción todavía siguen en vigencia, y eso es lo que hace necesaria la coerción estatal de la clase obrera y los trabajadores sobre las clases desplazadas por la revolución.

Por otra parte, es una tontaría identificar el defensismo de la URSS (Lenin decía que "después de octubre somos todos defensistas") con su intervención en la guerra inter imperialista.
Es igualmente tonto pretender que aquellas dos políticas, claramente distintas, eran iguales sólo porque partían caracterizaciones de la URSS parcialmente coincidentes. Y eso sin contar que la caracterización de "estado obrero" mantiene diferencias significativas con la de "estado obrero degenerado".
No pude notar que estos payasos hayan caracterizado a la URSS abiertamente como estado burgués (¿habré leído mal?) con lo cual finalmente no se sabe cuál es la base de su crítica. Pero si su idea es que la URSS era lisa y llanamente un estado burgués, la verdad es que Trotsky discutió esa idea en vida y ganó la discusión, en la que se le opusieron figuras intelectuales importantes, que no se mordieron la lengua por respeto a la "celebridad" del viajo revolucionario ruso, como parecen sugerir los payasos de referencia. Lo cierto es que Burnham y cuantos se opusieron a la caracterización de Trotsky terminaron convertidos en lacayos políticos del imperialismo yankee.
Seguramente lo mismo ocurrirá con estos "propagandistas marxistas" si no se les pasa la pretensión de enseñar lo que no saben y no empiezan a tomar en serio los temas sobre los que tan pedantemente escriben.

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THINKING POLICE
Por 1984 - Friday, Feb. 13, 2004 at 2:19 PM

WELL DONE, AGENT XOR.

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Brillante lo de «1984»...
Por orwell - Friday, Feb. 13, 2004 at 2:33 PM


Brillante lo de «1984»... ningún argumento, ningún intento de refutar (ni a Xor, ni a Trotsky, ni a Burnham, ni a nadie...)

Solamente la insinuación estúpida de «policía ideológica»...

Solo falta que vuelva la «forista» Gladys con su consigna tan cara a los oídos de gente como «1984» : FUERA LA IZQUIERDA DE TODAS LAS LUCHAS SOCIALES !!!
¿Se acuerdan?

De cuarta...

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El caracter de la URSS
Por uno - Friday, Feb. 13, 2004 at 3:14 PM

Estado obrero degenerado, capitalismo de Estado, colectivismo burocratico, Estado burocratico...

Quizas lo mas importante no pelear por un rotulo sino lograr una correcta caracterizacion del fenomeno con el objetivo de desplegar una accion politica correcta o ver si una politica pasada fue correcta.

En lo que podriamos acordar todos es en que la URSS era un Estado en transicion al socialismo con deformaciones burocraticas y tendencias (confirmadas) de restauracion capitalista. El partido revolucionario abandono las concepciones proletarias y fue invadido por concepciones pequeñoburguesas de elementos mencheviques y de ex-funcionarios zaristas.


Coincido con Xor en que los que caracterizaron a la URSS como capitalismo de Estado (uno de ellos era Tony Cliff) incurrieron en politicas reaccionarias que le hicieron el juego al imperialismo, como afirmar que con la caida del muro no paso nada, simplemente se "privatizo".

El capitalismo de Estado es un modelo economico, no es un nuevo modo de produccion. El capitalismo de Estado puede darse tanto dentro de un Estado burgues como dentro de un Estado en transicion al socialismo. La NEP fue caracterizada como una politica economica capitalista de Estado.

Es muy convincente como Trotsky desbarata los argumentos de la teoria del capitalismo de Estado ya que la premisa de esta teoria era un silogismo:

1-La burocracia posee al Estado
2-El Estado posee los medios de produccion
3-La burocracia posee los medios de produccion

Esto queria decir que la burocracia era la clase dominante, que habia remplazado a la burguesia. Pero todo esto se desbarata cuando vemos que el punto 1 es una tautologia, ya que la burocracia ES el Estado.

Ademas, el desarrollo economico de la URSS no se asemejo al de ningun pais capitalista, no hubo booms ni recesiones, no ha habido crisis de sobreproduccion.


Trotsky en cambio ofrece la explicacion del bonapartismo proletario, donde la burocracia estatal expropia a la clase dominante (el proletariado) de su poder politico, pero no de su poder economico. En el bonapartismo burgues, el Estado expropia el poder politico a la burguesia, pero defiende las relaciones de propiedad burguesa (propiedad privada de los medios de produccion).

Trotsky explica que, aun en regimenes como el fascismo (el bonapartismo en epocas de declive imperialista) donde la burocracia estatal asesinaba y encarcelaba a burgueses, estos seguian siendo la clase dominante.

En este tipo de regimenes tambien habia un "capitalismo de Estado", ya que la burocracia estatal planificaba la economia (dentro de los limites del capitalismo) en funcion de la guerra y le decia a los burgueses que producir.

El bonapartismo proletario en URSS surgio debido a la contrarrevolucion politica estalinista, a la que Trotsky compara con la reaccion termidoriana de la Revolucion Francesa. Por esto Trotsky afirmaba que hacia falta en la URSS una revolucion politica contra el estalinismo. Asi como hubo revoluciones politicas contra el bonapartismo que eventualmente llevaron a la democracia burguesa, debia haber una revolucion politica contra el bonapartismo proletario para llegar a la democracia obrera.

La explicacion de Trotsky de Estado obrero deformado y bonapartismo proletario es la mas convincente y la que mas encaja con la teoria marxista del Estado (cuerpo de burocratas y hombres armados que NORMALMENTE estan al servicio de la clase dominante).


Sin embargo no deja de ser interesante lo que plantea el gpm. ¿Era correcto afirmar que el Estado estalinista era obrero por la estatizacion de los medios de produccion y la planificacion economica? Gpm propone que la base del Estado obrero no eran estas nuevas relaciones de produccion, sino el partido revolucionario, ya que las nuevas relaciones de produccion fueron un producto de la toma del poder por el partido revolucionario.

En el momento en que el partido revolucionario degenera de posiciones proletarias a posiciones pequeñoburguesas y se fusiona con la burocracia estatal (donde habia muchos ex-funcionarios zaristas), ya no podria hablarse de Estado obrero (si tomamos como correcta la tesis de gpm).

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Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria
Por Leonardo Mir - Thursday, Feb. 26, 2004 at 11:05 PM
leonardomir@msn.com

1-La burocracia posee al Estado
2-El Estado posee los medios de produccion
3-La burocracia posee los medios de produccion
4-...y la burocracia lleva adelante el capitalismo de estado

en Síntesis:

1-El estado: estado burocrático
2-El Sistema socioeconómico:
a) Socialista (en transición hacia) mientras el estado estuvo en manos de un partido revolucionario (aproximadamente hasta 1924); incluso con la NEP. Lo esencial es el partido revolucionario que encarna a la teoría revolucionaria.
b) Con el estalinismo en el poder en el sistema prima esencialmente la ley del valor aunque hay muchas diferencias de forma con el capitalismo corriente.
3)-El trotskismo.
Los gravísimos errores de todo tipo de esta corriente no pueden ser soslayados. Es necesario y parte de las tareas revolucionarias profundizar el análisis histórico para extraer lecciones de cara al futuro.
Aquellos que solamente "tiran pa' delante" y/o se mofan de quienes se toman en serio el trabajo teórico y político son por defecto o por elección "idiotas útiles" o "agentes" de la burguesía.
Trotsky fue uno de los más grandes revolucionarios y su honestidad está fuera de toda duda, y además supo reconocer sus errores. Probablemente, de no haber sido asesinado, hubiera sabido corregir los errores teóricos que dieron pie a los errores políticos posteriores. Lamentablemente esa tarea quedó inconclusa.
El Programa de Transición es más que un mero programa, es la base teórica de los desatinos de la corriente trotskista.
Las condiciones coyunturales del momento en que fue escrito pueden haber "ayudado" a su concreción. Pero no se trata de que "en su momento fue correcto y luego la situación cambio... y ahora vuelve a ser correcto porque las condiciones vuelven a ser como entonces..." Ese es un disparate que solo puede sostener un irresponsable o un agente del enemigo.
A todos aquellos que de verdad quieran ser parte de la revolución, los que sientan que "alguna razón debe haber" para tantos disparates políticos de los dirigentes trotsquistas, para tanto exitismo irresponsable, para tanta burocrateada y prestigismo; los invito a ahondar en los documentos del GPM. Por más que les puedan resultar tediosos o incomprensibles en muchos casos.
¡Prueben a leer algo de física cuántica o biología molecular!
No siempre la realidad se deja atrapar en un abrir y cerrar de ojos. El proceso social es tan complicado como los procesos físicos y los biológicos. ¿Porqué la pretención de que un documento "difícil" debe estar equivocado?
Sería interesante conocer cuántos de los que se autoproclaman marxistas han leido realmente a Marx. Y cuántos su obra más importante, El Capital. Y cuántos han entendido a Marx.
Pero claro, es más fácil tildar de "payasos" a los que encaran la ineludible tarea de estudiar la teoría revolucionaria. Prefieren avanzar "valientemente y con una sonrisa irónica" rumbo al precipicio... y con ellos al resto.

Que sin teoría revolucionaria no hay política revolucionaria debería ser un razonamiento fácil de entender aunque no sea tan fácil llevarlo a cabo. Seguramente muchos se anotaran en esta tarea. Los que se decidan a hacerlo serán parte, en alguna medida, de la revolución socialista.

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Para Leonardo
Por uno - Friday, Feb. 27, 2004 at 12:20 AM

¿Por que decis que es un capitalismo de Estado?

¿Como es que rige la ley del valor con una economia nacionalizada y planificada y con periodos de crecimiento ininterrumpido? En los paises imperialistas en guerra, la burocracia estatal puede en alguna medida planificar la produccion y exigirle ciertos comportamientos a la burguesia y regular el mercado, pero la ley del valor sigue rigiendo y estos periodos intervencionistas no son estables.

¿En la URSS regia la ley de la tasa decreciente de la ganancia? ¿Habia crisis igual que en el resto de los paises capitalistas?

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En cuanto al caracter del Estado
Por uno - Friday, Feb. 27, 2004 at 12:34 AM

Yo tampoco creo que era un Estado obrero burocratizado. Asi lo fue en el momento en que vivia Lenin, pero ya no se podia hablar de Estado obrero cuando Stalin quedo a la cabeza del partido, lo abrio a elementos mencheviques y arribistas, y lo fusiono con la burocracia (gran parte de la burocracia eran ex-funcionarios zaristas).

Yo tambien creo que Trotsky eventualmente hubiera cambiado su analisis, sobre todo si hubiera podido presenciar el final de la segunda guerra mundial. El estalinismo salio fortalecido, y levantar la defensa incondicional de la URSS le hizo el juego al estalinismo porque se paso de una politica de clase a una politica de dos bloques hegemonicos ("Occidente" y "el campo socialista").


Creo que tiene razon GPM en que el caracter de clase de un Estado no se puede determinar solamente por el tipo de propiedad que rige en la economia. La ideologia dominante (en el caso de un Estado obrero, su partido) es determinante.


En cuanto a la burocracia: asi como las relaciones de produccion burguesas se convierten en un obstaculo para el desarrollo de las fuerzas productivas en los paises capitalistas, la burocracia "sovietica" se termino convirtiendo en un obstaculo para el desarrollo de las fuerzas productivas en la URSS (la URSS crecio asombrosamente hasta la decada de los 70).

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uuuummmmmm ?
Por observador - Friday, Feb. 27, 2004 at 5:39 PM

Entonces ,segun uno,en caso de guerra entre la URSS y el imperialismo ,los revolucionarios nos pasabamos el dia en el Tigre.

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mentira
Por uno - Friday, Feb. 27, 2004 at 6:20 PM

Tu argumento es propio de los que no quieren pensar. Es mucho mas facil quedarse con el dogma, parece.

Lee bien.

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Para "Uno": ¿Capitalismo de estado?
Por Leonardo Mir - Saturday, Feb. 28, 2004 at 3:23 AM
leonardomir@msn.com

*¿Había crisis igual que en el resto de los países capitalistas?
No igual en la medida que no había igual mercado ni competencia intercapitalista.
*¿En la URSS regía la ley de la tasa decreciente de la ganancia?
Al desarrollarse las fuerzas productivas, el aumento de la inversión de capital en medios de producción, va siendo progresivamente mayor que la parte correspondiente al salario, y por ende, la ganancia, proveniente de estos últimos, decrece. Sin embargo, este fenómeno no produce los mismos efectos “críticos” que en el sistema burgués. Al ser el capital “monopolizado” por la burocracia y esta, a su vez, quien planifica centralizadamente la economía, por un lado; y por otro, la baja intensidad del desarrollo –con la resistencia obrera “pasiva” como uno de sus factores, logran atenuar las crisis.
*¿Como es que rige la ley del valor con una economía nacionalizada y planificada y con periodos de crecimiento ininterrumpido?
El hecho de que la burocracia no detentara legalmente la propiedad de los medios de producción y de que existiera una planificación no altera la cuestión sustancial: la ley del valor continuó rigiendo en tanto la burocracia “accionaria” se apropiaba de la plusvalía mediante su “rol capitalista”.

Dicho todo esto –reconozcámoslo- en forma apretada y exagerando por ende en la generalización de la terminología empleada.

En un nivel de gran abstracción el sistema socioeconómico imperante en la URSS podría denominarse como “salariado”, concepto que podría aplicarse también al sistema socioeconómico capitalista burgués. Pero en cuanto comienza a analizarse con mayor especificidad empiezan a resaltar con fuerza las diferencias y quizás la aplicación indiscriminada de terminologías, por más que se basen en concordancias reales terminan ocultando diferencias que también lo son.
En el sistema “burocrático”, por ejemplo, no hay quiebras, ni crédito en un sentido estrictamente capitalista. Es harto difícil congeniar punto por punto un sistema con otro.
Entiendo que en un sentido amplio, de gran abstracción, puede hablarse de “capitalismo de estado” aunque no sea acabadamente exacto. En cualquier caso es mucho más adecuado que hablar de “primera etapa de” o “sistema de transición al socialismo” o cualquiera de las fórmulas conocidas. Lo importante es que la relación social predominante es similar en ambos sistemas (el burgués y el burocrático), la clase trabajadora no posee los medios de producción y vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario “vital” o “reproductivo” apropiándose del excedente otro sector social que “tiene en sus manos” los medios de producción. Por eso englobo a los dos en “salariado”

La organización social del trabajo es la que define el modo de producción, las relaciones sociales entre los individuos agrupados en clases sociales. La organización social burguesa es “básicamente” similar a la organización social en la URSS, de ahí lo de “capitalismo de estado”. En todo caso podría afirmarse, y los hechos históricos apoyan esta afirmación, que a ese “capitalismo de estado” le faltaban atributos -precisamente los verdaderos capitalistas- hecho que ahora la historia tiende a corregir, del mismo modo que sucederá en el futuro en China.
En cuanto más descendemos a lo específico más valor tienen tus cuestionamientos.
¿Cuáles son tus opiniones sobre estas cuestiones?


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Para "Uno": ¿Capitalismo de estado?
Por Leonardo Mir - Saturday, Feb. 28, 2004 at 3:32 AM
leonardomir@msn.com

*¿Había crisis igual que en el resto de los países capitalistas?
No igual en la medida que no había igual mercado ni competencia intercapitalista.
*¿En la URSS regía la ley de la tasa decreciente de la ganancia?
Al desarrollarse las fuerzas productivas, el aumento de la inversión de capital en medios de producción, va siendo progresivamente mayor que la parte correspondiente al salario, y por ende, la ganancia, proveniente de estos últimos, decrece. Sin embargo, este fenómeno no produce los mismos efectos “críticos” que en el sistema burgués. Al ser el capital “monopolizado” por la burocracia y esta, a su vez, quien planifica centralizadamente la economía, por un lado; y por otro, la baja intensidad del desarrollo –con la resistencia obrera “pasiva” como uno de sus factores, logran atenuar las crisis.
*¿Como es que rige la ley del valor con una economía nacionalizada y planificada y con periodos de crecimiento ininterrumpido?
El hecho de que la burocracia no detentara legalmente la propiedad de los medios de producción y de que existiera una planificación no altera la cuestión sustancial: la ley del valor continuó rigiendo en tanto la burocracia “accionaria” se apropiaba de la plusvalía mediante su “rol capitalista”.

Dicho todo esto –reconozcámoslo- en forma apretada y exagerando por ende en la generalización de la terminología empleada.

En un nivel de gran abstracción el sistema socioeconómico imperante en la URSS podría denominarse como “salariado”, concepto que podría aplicarse también al sistema socioeconómico capitalista burgués. Pero en cuanto comienza a analizarse con mayor especificidad empiezan a resaltar con fuerza las diferencias y quizás la aplicación indiscriminada de terminologías, por más que se basen en concordancias reales terminan ocultando diferencias que también lo son.
En el sistema “burocrático”, por ejemplo, no hay quiebras, ni crédito en un sentido estrictamente capitalista. Es harto difícil congeniar punto por punto un sistema con otro.
Entiendo que en un sentido amplio, de gran abstracción, puede hablarse de “capitalismo de estado” aunque no sea acabadamente exacto. En cualquier caso es mucho más adecuado que hablar de “primera etapa de” o “sistema de transición al socialismo” o cualquiera de las fórmulas conocidas. Lo importante es que la relación social predominante es similar en ambos sistemas (el burgués y el burocrático), la clase trabajadora no posee los medios de producción y vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario “vital” o “reproductivo” apropiándose del excedente otro sector social que “tiene en sus manos” los medios de producción. Por eso englobo a los dos en “salariado”

La organización social del trabajo es la que define el modo de producción, las relaciones sociales entre los individuos agrupados en clases sociales. La organización social burguesa es “básicamente” similar a la organización social en la URSS, de ahí lo de “capitalismo de estado”. En todo caso podría afirmarse, y los hechos históricos apoyan esta afirmación, que a ese “capitalismo de estado” le faltaban atributos -precisamente los verdaderos capitalistas- hecho que ahora la historia tiende a corregir, del mismo modo que sucederá en el futuro en China.
En cuanto más descendemos a lo específico más valor tienen tus cuestionamientos.
¿Cuáles son tus opiniones sobre estas cuestiones?


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Desatinos
Por Xr - Wednesday, Mar. 03, 2004 at 10:40 AM

Dice el tal "Mir": "El Programa de Transición es más que un mero programa, es la base teórica de los desatinos de la corriente trotskista.
Las condiciones coyunturales del momento en que fue escrito pueden haber "ayudado" a su concreción. Pero no se trata de que "en su momento fue correcto y luego la situación cambio... y ahora vuelve a ser correcto porque las condiciones vuelven a ser como entonces..." Ese es un disparate que solo puede sostener un irresponsable o un agente del enemigo."

No se vé por ningún lado el argumento que demuestre lo que se afirma ahí (sólo una acusación de "irresponsable" o "agente del enemigo"), pero lo que sin duda es un inmenso error -de "Mir"- es señalar como "coyunturales" las condiciones que tienen que ver con la inversión del signo de la onda de expansión capitalista. Sería en cualquier caso más correcto llamar "estructural" -y no "coyuntural"- al cambio de condiciones. Pero en ese caso la impugnación pierde fuerza. Y es que carece ciertamente de fuerza. Indiscutiblemente, el PT está diseñado no para una etapa de expansión capitalista, sino para una etapa de agotamiento de la misma. Esto último no significa que el PT no contenga concepciones estratégicas que mantuvieron vigencia a pesar de la recuperación capitalista. ¿Ustedes realmente leyeron el PT??

Otra: "¿Como es que rige la ley del valor con una economia nacionalizada y planificada y con periodos de crecimiento ininterrumpido? En los paises imperialistas en guerra, la burocracia estatal puede en alguna medida planificar la produccion y exigirle ciertos comportamientos a la burguesia y regular el mercado, pero la ley del valor sigue rigiendo y estos periodos intervencionistas no son estables."

La ley del valor es una ley ciega y, en ese sentido, su vigencia no depende tanto de que haya o no una planificación, sino del grado de desarrollo al que hayan -o no- llegado las fuerzas productivas en su conjunto. Cuando la composición orgánica del capital en su conjunto ha llegado a un grado en que la inversión tecnológica impide la valorización del capital sobre la base del trabajo vivo (la "fuerza de trabajo") es cuando se dan las condiciones materiales, objetivas, para que se extinga la ley del valor y la planificación sea, propiamente hablando, planificiación socialista. En estados obreros que necesariamente suponen formaciones sociales de transición, esta condición no puede haber sido enteramente alcanzada (entre otras cosas porque el capitalismo en su etapa imperialista no es capaz de desarrollar tecnológicamente al conjunto de la economía mundial, sino que llegado a un punto atenúa esta tendencia) por lo que la ley el valor (es decir: la regulación de los intercambios económicos por la fuerza de trabajo contenida en los productos o servicios) sigue siendo la que condiciona la producción (aunque cada vez menos, precisamente gracias a la planificación que el estado obrero pueda arbitrar).
Creo que lo que está ocurriendo en esta discusión es que nadie entiende bien qué representa la ley del valor. Y no es de extrañarse, ya que plantea problemas epistemológicos que aún no han sido explícitamente resueltos.

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para Mir
Por uno - Wednesday, Mar. 03, 2004 at 10:51 AM

Todavia no respondi porque estoy investigando mas sobre la URSS, encontre un documento donde habla sobre los koljoses.

En cuanto al Programa de Transicion, hay un topico en http://www.argentina.indymedia.org/news/2004/02/174011.php donde esta pegado un documento del GPM que lo critica. Seria bueno discutir alli sobre el PT y dejar este topico para discutir el caracter de clase del estado de la URSS.

En realidad, el documento en esa direccion fue hecho por Rolando Astarita y fue publicado como anexo a un trabajo del GPM sobre el intento de resucitar la IV Internacional. En ese trabajo GPM hace una critica sobre el troskismo.

http://www.nodo50.org/gpm/cuarta/00.htm

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es mas
Por uno - Wednesday, Mar. 03, 2004 at 10:55 AM

Accediendo al link de GPM se ve que el articulo publicado en este topico tambien forma parte del trabajo sobre la IV internacional.

El indice del trabajo seria el siguiente:

1. Introducción
2. Consecuencia política contrarrevolucionaria de la consigna de defensa incondicional de la URSS
3. De la defensa incondicional de la URSS a la autorreforma revolucionaria de la burocracia soviética
4. Las condiciones históricas de la degeneración política
5. La teoría del estancamiento permanente
6. Contradicciones y errores en los fundamentos del programa de transición
7. De cómo Trotsky se puso contra Marx y contra la evidencia histórica del capitalismo tardío
8. De la contradicción social entre capital y trabajo a la dialéctica política entre bloques internacionales de poder
9. Despropósitos políticos en la historia de un error teórico
a. Los principios políticos y organizativos del troskysmo que la IVª lastró en su IVº Congreso
b. La prehistoria del Secretariado Unificado
c. Los principios políticos revolucionarios que el secretariado Unificado fue lastrando desde el IX Congreso
d. La IVª Internacional y el conflicto palestino
e. La IVª Internacional y el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua
f. La IVª Internacional y el Frente Farabundo Martí
10. Conclusión
11. anexos:
12. ECUADOR : OTRO ESPEJISMO REVOLUCIONARIO
13. CRÍTICA DEL PROGRAMA DE TRANSICIÓN por Rolando Astarita de Debate Marxista

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Sobre el Programa de Transición
Por Leonardo Mir - Monday, Mar. 08, 2004 at 12:56 AM
leonardomir@msn.com


Xr:
Insisto: "Las condiciones coyunturales del momento en que fue escrito el Programa de Transición (PT) pueden haber ayudado a plasmar sus errores. Y no se trata, como afirman otros camaradas de que en realidad el PT "en su momento fue correcto pero luego la situación cambio... y ahora vuelve a ser correcto porque las condiciones vuelven a ser como entonces..." Ese es un disparate que solo puede sostener un irresponsable o un agente del enemigo."

Xr dice que no ve por ningún lado el argumento que demuestre lo que se afirma ahí y que sin duda es un inmenso error mio señalar como "coyunturales" las condiciones que tienen que ver con la inversión del signo de la onda de expansión capitalista. Sería en cualquier caso, según Xr, más correcto llamar "estructural" -y no "coyuntural"- al cambio de condiciones.
Xr afirma que hubo un cambio en la estructura.
En cualquier caso parecería que ambos estamos de acuerdo en que hubo algún tipo de cambio en esos años. Esos cambios operados en el mundo objetivo -las condiciones coyunturales-inicidieron en la consciencia subjetiva de Trotsky, eso es ni más ni menos lo que quiero decir.

Pero Xr sostiene que el PT está diseñado no para una etapa de expansión capitalista, sino para una etapa de agotamiento de la misma. O sea, que Xr está entre quienes sostienen que la crítica al PT es incorrecta porque no vemos -quienes criticamos al PT- que el PT es correcto en función de un "determinado" tipo de etapa (¿O sea que las condiciones volverían a ser como entonces?...).
Sin embargo, la crítica al PT y a varias caracterizaciones de Trotsky va mucho más allá de un problema de etapas.

Xr admite: no significa que el PT no contenga concepciones estratégicas que mantuvieron vigencia a pesar de la recuperación capitalista. Y pregunta, "¿Ustedes realmente leyeron el PT?". Eso es intentar descalificar los argumentos del oponente llamándolo implícitamente ignorante.

Sigue Xr: "Otra: '¿Como es que rige la ley del valor con una economia nacionalizada y planificada y con periodos de crecimiento ininterrumpido?' (...) La ley del valor es una ley ciega y, en ese sentido, su vigencia no depende tanto de que haya o no una planificación, sino del grado de desarrollo al que hayan -o no- llegado las fuerzas productivas en su conjunto. Cuando la composición orgánica del capital en su conjunto ha llegado a un grado en que la inversión tecnológica impide la valorización del capital sobre la base del trabajo vivo (la "fuerza de trabajo") es cuando se dan las condiciones materiales, objetivas, para que se extinga la ley del valor y la planificación sea, propiamente hablando, planificiación socialista. En estados obreros que necesariamente suponen formaciones sociales de transición, esta condición no puede haber sido enteramente alcanzada (entre otras cosas porque el capitalismo en su etapa imperialista no es capaz de desarrollar tecnológicamente al conjunto de la economía mundial, sino que llegado a un punto atenúa esta tendencia) por lo que la ley el valor (es decir: la regulación de los intercambios económicos por la fuerza de trabajo contenida en los productos o servicios) sigue siendo la que condiciona la producción (aunque cada vez menos, precisamente gracias a la planificación que el estado obrero pueda arbitrar)."

Aquí realmente no entiendo tu afán de polémica pues yo no he opinado en sentido contrario, yo dije sencillamente que la burocracia se apropiaba de la plusvalía, a lo que se le puede agregar el párrafo que tu escribiste, no veo contradicción.

Termina Xr con: "Creo que lo que está ocurriendo en esta discusión es que nadie entiende bien qué representa la ley del valor. Y no es de extrañarse, ya que plantea problemas epistemológicos que aún no han sido explícitamente resueltos."

Y, ¿qué tienen que ver los problemas epistemológicos en relación a la ley del valor con relación a la validez del PT y las caracterizaciones de Trotsky?

De lo que se trata es de descubrir y corregir las desviaciones teóricas que debilitaron e imposibilitaron la tarea revolucionaria. En ese sentido es que afirmamos que el PT en particular y Trotsky en general, se equivocaron en varias apreciaciones:
En cuanto a la fortaleza-debilidad del capitalismo, en cuanto al desarrollo-no desarrollo de las fuerzas productivas, en cuanto a la caracterización del estado burocrático.
¿Porqué es tan importante señalar esos desvíos y corregirlos?
Porque de esas cuestiones "teóricas" se han derivado -durante estas 8 décadas- tareas políticas. Y esas tareas políticas hubieran sido otras si no se hubiera sostenido que el estalinismo era una pequeña dificultad que había surgido. La política hubiera sido otra si no se hubiera sostenido que el capitalismo ya había dejado de desarrollar las fuerzas productivas y la revolución estaba a la vuelta de la esquina.

La explicación de los dogmáticos es que el fallo estuvo en que los dirigentes del trotskismo no fueron consecuentes con el PT y con el ideario trotskista.
Nosotros en cambio, sostenemos que todas las desviaciones provienen del propio Trotsky y se hallan plasmadas en el PT.

"Mirar la realidad cara a cara, no buscar la línea de la menor resistencia, llamar a las cosas por su nombre, decir la verdad a las masas por amarga que ella sea, no temer los obstáculos, ser fiel en las pequeñas y en las grandes cosas, ser audaz cuando llegue la hora de la acción, tales son las reglas de la IV Internacional". (Trotsky, El Programa de Transición).

Por ello:
Afirmar que las fuerzas productivas han dejado de crecer desde 1914 es un error conceptual de graves consecuencias políticas.
Afirmar que en la U.R.S.S. existía la dictadura del proletariado "aunque" el proletariado haya sido políticamente expulsado de su poder por la burocracia es una contradicción que no se puede resolver más que terminando en los brazos de esa misma burocracia que se pretendía combatir.
Pretender "reiniciar la marcha" como si nada hubiera pasado, como si nada debiera ser explicado, como si sólo se tratara de "luche y ganamos" sólo puede ser el discurso de irresponsables o de agentes del enemigo.





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Antes de pontificar tenés que aprender
Por Xr - Monday, Mar. 08, 2004 at 6:21 AM

Acá el que descalifica gratuitamente sos vos, y de nuevo sin argumentos. ¿En qué parte explicás POR QUÉ, según vos, habría sido erróneo el PT? En ninguna parte.
Yo no dije que hubo un cambio de estructura, la estructura siguió siendo capitalista. Dije que el cambio de una fase decadente a una expansiva (cambio que además no es ni puede ser automático) no es coyuntural sino algo más profundo y que, por lo tanto, más justo sería llamarlo estructural. Es decir, se trata de mostrar un importante contraste de sentido, no de dogmatizar como vos estás haciendo, con total ahorro de argumentos.
Incluso un pelele como vos podría entender que, por ejemplo, la consigna por el reparto de las horas de trabajo carece de sentido cuando hay pleno empleo, o que el fascismo -y por lo tanto la lucha contra él- deja de ser la herramienta preferida del capitalismo cuando la expansión le permite comprar al proletariado e integrarlo a su régimen político y manipularlo con medios democráticos.
No veo -y vos no lo mostrás ni mucho menos lo demostrás- que haya sido un error señalar que después de la primera guerra mundial las fuerzas porductivas habían dejado de crecer, puesto que así había sido. Pero Trotski nunca fue fatalista a ese respecto. Evidentemente, no es sólo el programa de transición lo que vos no leíste. Lo que Trotski caracterizaba -y con razón dentro de lo previsible para alguien que murió antes de que la onda expansiva se afirmara- era que los intentos del capitalismo de recuperarse no podían ser exitosos o duraderos, Y así había sido. La colonización financiera de Europa por los USA en los años 20 dio lugar a un crecimiento que terminó en catástrofe al terminar la década. Y la crisis del 30 tampoco abrió la perspectiva de una recomposición general del capitalismo. La expansión sólo tuvo lugar como resultado de factores no económicos sino fundamentalmente políticos y por lo tanto excepcionales, no previsibles en un sentido mecánico, intraeconómico: de parte del proletariado, la deformación stalinista de su dirección revolucionaria, de parte de la burguesía una guerra interimperialista sin precedentes por su escala y poder de destrucción (recordar que terminó con Hiroshima).
Hablar, como hacés vos, de desviaciones, sin presentar ninguna clase de argumentos, explicaciones o detalles, es propio de un dogmatismo de cuño stalinista.
Tampoco entendiste -los stalinistas son así, cuadrados- lo que dije sobre la ley del valor. Todo régimen de transición al socialismo, todo estado obrero, seguirá rigiéndose por la ley CAPITALISTA del valor ó, si querés, referenciándose necesariamente en ella. Vos, como dogmático de tres al cuarto, pensás que puede juzgarse la naturaleza del estado obrero sobre la base de un deber ser, que sería la extinción de la ley del valor. Por eso, en una actitud retrospectiva enteramente fuera de lugar, tomás como algo absoluto, cosificable, la cuestión de si las fuerzas productivas dejan o no de crecer, como si esa detención debiera fijarse en un punto absoluto, más allá del cual la ley del valor habrá dejado de operar. No es así, y no podría ser así, por motivos que -debo admitirlo- incluso a muchos trotskistas se les escapan: motivos que, en definitiva, tienen que ver con la posibilidad, EXTRAÑA a la mecánica capitalista, y por ello EXCEPCIONAL, anómala, de que una desvalorización desaforada de capitales que sólo pudo producir la destrucción bélica (ya no sólo de valores sino directamente de bienes), sea acompañada por una relativa re-valorización histórica de la fuerza de trabajo. Comprendo que tengas aserrín en la cabeza y hasta podría entrar en más detalles pero, teniendo en cuenta todo lo que vos afirmás sin fundamento, creo que más bien el que debe expicarse sos vos.

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PD
Por Xr - Monday, Mar. 08, 2004 at 6:28 AM

Presumo que el principal referente de tu "crítica" es Paul Matik (un tanto stalinizado). Creo que, habiendo pasado tanta agua bajo el puente, deberías hacer una lectura más crítica y profunda, de Matik y de los hechos.

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Que manera mas oviedista de discutir
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 10:16 AM

Descalificaciones gratuitas, mentiras, amalgamas... Esos son los metodos que el estalinismo uso contra Trotsky. Acusar a alguien que critica a Trotsky de estalinista si que es ser cuadrado, por mas conocimiento de la ley del valor que se tenga.

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Una respuesta ordenada y más completa
Por Xor - Monday, Mar. 08, 2004 at 12:37 PM

El programa de transición estableció por lo menos un par de caracterizaciones que son estratégicas y mantuvieron validez a pesar de que la caracterización de Trotski, de que el capitalismo no lograría levantar cabeza, se mostró finalmente errada (aunque todavía no diría errónea).
Trotski caracterizó que habíamos ingresado en una era de guerras y revoluciones, lo que se confirmó ampliamente a pesar de la inversión del signo de la onda de desarrollo. Igualmente caracterizó, el revolucionario ruso, que la crisis del capitalismo había situado su punto crítico en la instancia política y, específicamente, en la crisis de direcciones políticas (revolucionarias) del proletariado.
Este último hecho, subjetivo por su propia naturaleza, no es constatable de un modo “objetivo” en un 100%, ya que si bien es un hecho que la tercera internacional degeneró bajo Stalin y se pasó al campo de la burguesía, la demostración de que fue este hecho el que se situó en el ojo del huracán de la crisis del capitalismo del siglo XX pasa por una determinada interpretación de la naturaleza de la crisis general característica del agotamiento de la onda de desarrollo capitalista (interpretación que, naturalmente, no tiene por qué darse por sentada). Por ejemplo, la interpretación de L. Mir opta por recostar el peso de la cuestión en el campo, enteramente objetivo, de las condiciones económicas. En verdad esto es profundamente erróneo, como es erróneo también formular la cuestión como una “desviación” teórica (¿con respecto a qué teoría? ¿a qué formulación particular? ¿y a santo de qué sería la teoría -y no los hechos- la que tendría la última palabra?), cuando sin duda lo que hubo es una “desviación” (¿?) de la teoría con respecto a los hechos que intenta comprender. De lo que se trata es de comprender los hechos, y no de mantener dogmáticamente la fidelidad a una teoría (lo que es anticientífico y por lo tanto antimarxista).
Por toda respuesta a esta cuestión, L. Mir indica (con una actitud retrospectiva fuera de lugar, como dije antes) que el error habría consistido en caracterizar que el capitalismo ya no desarrollaba –ni presumiblemente desarrollaría- las fuerzas productivas. Son varias las faltas cometidas en esta apreciación. Analicémoslas.
Por empezar, las fuerzas productivas, como dije antes, habían efectivamente cesado de desarrollarse (de hecho, el capitalismo había procedido a una destrucción inmensa de fuerzas productivas, como puede leerse en “A donde va Inglaterra”, por ejemplo). Ya mencioné también cómo –en las décadas del 20 y del 30, los que podían o deberían haber sido, en condiciones “normales”, puntos de relanzamiento económico capitalista, terminaron en frustraciones.
Pero además Trotski siempre consideró la afirmación marxista acerca del fin del desarrollo de las fuerzas productivas como un señalamiento tendencial, como son en general TODAS las formulaciones de lsa teoría de Marx (lo que de por sí descalifica la idea de la “desviación” con respecto a la teoría, ya que la realidad se desvía necesariamente de las leyes tendenciales y ello -aunque L. Mir no logre comprenderlo- hace a una cuestión epistemológica fundamental de la teoría marxista).
Trotski, por otra parte, tuvo ocasión de discutir -en los años ’20, si mal no recuerdo- la cuestión del agotamiento del capitalismo y sus ondas de desarrollo, llegando a la conclusión de que no existiría un límite puntual, fatal, a dicho desarrollo, aunque no visualizó como alternativa a la barbarie (o la revolución socialista) la posibilidad de una recuperación capitalista. Y esto no constituye ninguna “desviación” teórica, ya que la propia teoría marxista prescribía tal agotamiento, y los datos empíricos venían corroborándolo desde hacía décadas. Naturalmente, casi sesenta y cinco años después de la muerte de Trotski, es fácil decir que las cosas no fueron enteramente como Trotski las caracterizó, pero desde un punto de vista científico eso no vale nada, porque desde un punto de vista científico lo que hay que hacer es determinar por qué ocurrió y cómo se explica la efectiva –aunque improbable- recuperación capitalista que, como ya había señalado, no se había afirmado claramente cuando Trotski aún vivía.
De paso digamos que es falso -y mal intencionado- hablar de que los trotskistas habrían ignorado la “inadecuación” del programa de transición respecto de los hechos, ya que procedieron -los trotskistas- a revisar y reinterpretar las caracterizaciones que en dicho programa sostuvo el viejo líder. Incluso fueron los trotskistas los marxistas que más trabajaron en desarrollar una teoría de las ondas largas de desarrollo, independientemente de lo acertados o desacertados que hayan sido dichos desarrollos y revisiones. De hecho, los importantes desacuerdos a propósito de los mismos fueron los que hicieron estallar la cuarta internacional. Pero no voy a abundar aquí a ese respecto.
A propósito de las ondas de desarrollo, Trotski había señalado que más que un punto de detención de las fuerzas productivas, lo que se verificaba era que, en su fase de agotamiento, la onda presentaba ciclos en los que cada auge tendía a ser menor que el del ciclo anterior, y la depresión, inversamente, tendía a ser más duradera y profunda. Pero Trotski señalaba también que no debía esperarse un punto en el cual podría señalarse de un modo puramente objetivo la detención definitiva y completa del desarrollo de las fuerzas productivas, aunque predecía el hundimiento de la sociedad en la barbarie (en lo que no me atrevería a decir que estaba equivocado, ni entonces ni ahora).
Sin embargo, el capitalismo se recuperó. Como dije, de lo que se trataría, entonces, no es de constatar el hecho consumado, sino de explicarlo.
Ahora bien, más allá de la refutación empírica, no parece que la recuperación capitalista esté hablando de un “desvío” de Trotski respecto de la teoría marxista, ya que la teoría marxista era la que llevaba a Trotski a la conclusión que luego no se cumplió. La respuesta trotskista (me refiero ahora a los trotskistas después de muerto Trotski), que no ignora este problema -como pretende L. Mir-, consistió en caracterizar que no fue en virtud de las leyes intrínsecas del capitalismo -delineadas en la teoría de Marx- que el capitalismo pudo recuperarse.
Por el contrario -y como señalé- los trotskistas atribuimos la posibilidad de una nueva onda larga de desarrollo capitalista a causas en buena medida ajenas a las propias leyes capitalistas, exteriores a su dinámica interna. ¿Qué significa esto? Que el capitalismo encontró, fuera de sus leyes económicas, en el campo de la lucha política, condiciones que le permitieron subsistir y, ulteriormente, recuperarse. Por eso los trotskistas caracterizan que seguimos inmersos en una era de guerras y revoluciones y que lo determinante en la supervivencia del capitalismo fue la crisis mundial de direcciones revolucionarias del proletariado. Esto parece haber sido confirmado y no refutado por los hechos, como lo prueba el impresionante número de revoluciones y guerras que marcaron el siglo pasado.
Hasta qué punto el capitalismo se levantó como una especie de muerto en vida, lo señalan las propias condiciones en que lo hizo, plagadas de recursos que llevan la impronta de su contrario: el socialismo, de lo cual el keynesianismo de los años 30 y 40 y el estado de bienestar no son más que síntomas menores. La característica más notable de ello la constituye la necesidad de superar el marco del estado nacional, a la vez que la inevitabilidad de mantenerlo. Los acuerdos monetarios de Bretton Woods que acompañaron la hegmonización política del mundo capitalista por los USA son una clara expresión de esto (del mismo modo que lo es, contradictoriamente, su agotamiento junto con el de la fase ascendente de la onda). Del mismo modo, hay fuertes elementos de “socialización” en los mecanismos que ekl capitalismo está empleando actualmente para paliar su poderosa tendencia a la bancarota general. El capitalismo está desenvolviéndose más allá de su plazo y sus condiciones “normales” de existencia y desarrollo, y eso no sólo en su actal fase decadente, sino ya desde su fase ascendente de la segunda posguerra.
¿Qué indica todo ello? Indica, ni más ni menos, cuán acertado estaba Trotski aún dentro de su finalmente incumplida predicción. Lo mismo podría decirse de Marx, cuyas predicciones fallaron más de una vez, sin que eso haya afectado a los rasgos centrales de su teoría, precisamente porque sus formulaciones son tendenciales y no fatales o (unilateralmente) deterministas. Estas son cuestiones –epistemológicas, sí- que conducirían a la necesidad de una más amplia revaluación del status teórico del marxismo, cosa que ya he insinuado en otras intervenciones.
Hay que decir, entonces, que no existe en la teoría marxista -y ya no en las teorizaciones trotskistas- una cabal explicación de las ondas largas del desarrollo capitalista, que más que representar un desvió del programa trotskista respecto de la teoría de Marx parecerían estar expresando una limitación de la propia teoría de Marx. Porque, más allá de señalar el cumplimiento o inclumplimiento de una u otra predicción factual de Marx o los marxistas, siguen sin estar claras desde el punto de vista de la formulación teórica de Marx, las causas y la dinámica de las ondas de desarrollo (y, de paso, digamos que si rechacé el término “coyuntura” es porque usualmente se lo vincula a las ondas cíclicas, y no a las ondas largas).
Dicho de otro modo, la existencia de ondas largas de desarrollo capitalista parece presentarse como un límite a la propia teoría de Marx, límite que se resolvería en el terreno político y ya no en el de la dinámica intrínsecamente económica del desarrollo capitalista. Pero desde mi punto de vista esto no es del todo correcto. Trataré de dar alguna indicación de por qué lo veo así.
La gran mayoría de los trotskistas da una explicación “multicausal” de las ondas largas, causalidad múltiple -o ensalada- que incluiría a igual título la desvalorización masiva de capitales producto de la guerra y la degradación social aguda, la derrota política internacional de la clase obrera y, en relación con ello, la imposición de un grado mayor de explotación, basado en la extracción de plusvalía absoluta (esto es: mediante recursos retrógrados desde el propio punto de vista capitalista).
De todos los ítems mencionados es éste último el que juzgo incorrecto. La remuneración de la fuerza de trabajo (muy) por debajo de su valor no puede ser un recurso eficaz para permitir la iniciación de un ciclo de acumulación capitalista, ya que opone la extracción de plusvalor a su realización (y aquí rozamos mis divergencias de fondo con Mattik), además de oponerse a todos los hechos conocidos. De hecho, esta apreciación sí iría contra la real dinámica interna del capitalismo, que sólo puede desarrollarse históricamente -y las ondas largas son históricas- incrementando el factor tecnológico de la productividad. Este planteamiento, pues, sí se opondría a la teoría marxista.
En realidad, el incremento de la explotación absoluta forma parte del arsenal mediante el cual los capitalistas intentan resistir, durante la fase decadente de la onda, la tendencia a la desvalorización del capital. Naturalmente, jamás han tenido éxito, por lo que la desvalorización llega inexorablemente (confirmando a Marx y a Trotski, al menos hasta ahí). La posibilidad de valorizarse del capital depende de algo que el capitalismo no puede admitir, que es la desvalorización general de las inversiones capitalistas en una onda tecnológica -y de valorización, claro- agotada.
Pero la contrapartida de dicha desvalorización es la incorporación de una inmensa gama de bienes y servicios a la esfera de las llamadas “subsistencias”, su “normalización” o “naturalización” (algo que tampoco el capitalismo puede admitir de buen grado).
Es este último elemento el que se traduce en una revalorización histórica de la fuerza de trabajo, cuyo valor está determinado por el conjunto de las “subsistencias” que constituyen las condiciones -siempre culturales, y no fijas- de la reproducción de la fuerza de trabajo. La constatación última de esta apreciación es la llamada “redistribución del producto” que presidió el inicio de la fase ascendente de la onda expansiva capitalista (afirmación que, mal que le pese a Mattik o a Sartelli, no es una ponderación elogiosa del keynesianismo). Si se mira en una perspectiva amplia, la participación de la clase obrera en el producto es, aún deformada, una expresión de la proporción entre el trabajo remunerado al proletariado y el plustrabajo que se apropia la clase capitalista. La revalorización histórica de la fuerza de trabajo abre, así, la posibilidad de un nuevo ciclo de desvalorización de la misma por medios progresivos, desarrollos tecnológicos, etc.. Es decir: abre la posibilidad de un nuevo ciclo de acumulación capitalista.
Pero claro que lo último que todo capitalista querría es ver la desvalorización en masa de las inversiones tecnológicas de toda una era! Su tendencia es exactamente la opuesta, pero es precisamente esa tendencia la que, en definitiva, impide la recuperación del capitalismo en su conjunto.
Esta posibilidad de revalorización histórica relativa de la fuerza de trabajo (la asunción histórica y mundial, en definitiva, de stándares culturales superiores) está inscripta en la teoría de Marx, si se la sabe leer. Pero ciertamente, marca una contradicción con la tan pregonada inexorabilidad de la tendencia a la baja de la tasa de beneficio y le pone un límite, límite que, precisamente, excede el aspecto “económico” de la teoría marxista, para situarse en el “elemento histórico y moral”, único punto que no es del todo determinable a partir del concepto de “fuerza de trabajo” sino que lo determina permaneciendo en alguna medida exterior a él, como son también exteriores a la dinámica interna (“económica”) del capitalismo, las condiciones que permitieron el relanzamiento de su expansión en la segunda posguerra.
Y, dicho sea de paso, es este rasgo metodológico, el modo de construir sus universales abstractos (como es el concepto de “fuerza de trabajo”, que aún en su universalidad conserva un exterior que le es en alguna medida irreductible), lo que marca la diferencia entre la dialéctica marxista, científica, y la dialéctica idealista de Hegel. Sería hora de que los marxistas, incluidos los compañeros trotskistas, reflexionen intensamente sobre este punto, ya que no ha sido emprendida aún la delimitación entre la dieléctica materialista y el hegelianismo, como he podido constatar a propósito de la adopción acrítica -y la negativa a debatir acerca de ella- de la noción hegeliana de “indentidad de los contrarios”. Pero discutir esto ahora nos llevaría demasiado lejos.

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asi esta mejor
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 1:23 PM

ahora lo leo.

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sobre lo ultimo que decis
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 1:39 PM

El GPM tiene un trabajo bastante largo titulado "Hegel, Marx y la dialectica".

http://www.nodo50.org/gpm/dialectica/00.htm

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sobre lo ultimo que decis
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 1:39 PM

El GPM tiene un trabajo bastante largo titulado "Hegel, Marx y la dialectica".

http://www.nodo50.org/gpm/dialectica/00.htm

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sobre lo ultimo que decis
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 1:39 PM

El GPM tiene un trabajo bastante largo titulado "Hegel, Marx y la dialectica".

http://www.nodo50.org/gpm/dialectica/00.htm

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sobre lo ultimo que decis
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 2:18 PM

El GPM tiene un trabajo bastante largo titulado "Hegel, Marx y la dialectica".

http://www.nodo50.org/gpm/dialectica/00.htm

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...
Por Xr - Monday, Mar. 08, 2004 at 3:23 PM

Mucho lo dudo, pero de todos modos lo examinaré.
Por mi parte, te invito a leer, aquí mismo en Indymedia, un texto firmado por "roX", (in)titulado "Wi".
Ah, creo que fueron los marxistas estructuralistas -con quienes NO me identifico- los primeros (y quizás los únicos) que se plantearon la "unidad de los contrarios" en términos de "inseparabilidad" y no de "identidad".
Saludos.

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...
Por Xr - Monday, Mar. 08, 2004 at 3:38 PM

Mucho lo dudo, pero de todos modos lo examinaré.
Por mi parte, te invito a leer, aquí mismo en Indymedia, un texto firmado por "roX", (in)titulado "Wi".
Ah, creo que fueron los marxistas estructuralistas -con quienes NO me identifico- los primeros (y quizás los únicos) que se plantearon la "unidad de los contrarios" en términos de "inseparabilidad" y no de "identidad".
Saludos.

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Lenin desarrolla un poco el tema de la dialectica
Por uno - Monday, Mar. 08, 2004 at 5:25 PM

EN TORNO A LA CUESTION DE LA DIALECTICA
http://www.marxists.org/espanol/lenin/1910s/1915dial.htm

"La identidad de los contrarios (¿no sería más justo decir su "unidad"?, aunque la diferencia de los términos identidad y unidad no tiene, en este caso, una importancia esencial. Ambos términos son justos en cierto sentido), constituye el reconocimiento (el descubrimiento) de la existencia de tendencias contradictorias, que se excluyen mutuamente y antagónicas en t o d o s los fenómenos y procesos de la naturaleza (entre ellos también los del espíritu y los de la sociedad). La condición para conocer todos los procesos del mundo en su "auto-movimiento ", en su desarrollo espontáneo, en su vida real, es conocerlos como una unidad de contrarios. El desarrollo es "la lucha" de los contrarios. Las dos concepciones fundamentales (¿o las dos posibles?, ¿o las dos que se observan en la historia?) del desarrollo (de la evolución) son: el desarrollo en el sentido de disminución y aumento, como repetición, y el desarrollo en el sentido de la unidad de los contrarios (el desdoblamiento de la unidad en dos polos que se excluyen mutuamente y la relación entre ambos). "

Aca Lenin hace una diferencia (aunque no se explaya) entre "la identidad" y "la unidad y lucha" de los contrarios.

Lei por otro lado que la justificacion filosofica del frente popular se encuentra en la identidad de los contrarios (burguesia + proletariado) en vez de su unidad y lucha (lo cual deriva en la sintesis o la negacion de la negacion: la dictadura del proletariado que es la unica manera de resolver la contradiccion burguesia-proletariado).

Segun entiendo, la dialectica marxista difiere de la hegeliana en la manera en que tratan las contradicciones. Igual, tendre que leer mas.

Ah, y no encontre el texto al que haces mencion, el buscador no devuelve nada. Tendrias que pasarme una cadena mas grande para buscar.

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No se rían...
Por diletante - Monday, Mar. 08, 2004 at 5:41 PM

No se rían, porque no soy más que un diletante... pero está el librito de Louis Althusser llamado «Respuesta a John Lewis» de Editorial Siglo XXI, dónde está explicado --para mí, sencilla y convincentemente-- el tema de la «identidad» (término que Althusser rechaza...) de los contrarios.

Si, sé que Althusser era mao-stalino... pero en el tema de «despegarse» de la dialéctica hegeliana escribió un par de cosas como para tener en cuenta.

Quizás pueda postear mañana el párrafo ése...
Gracias !!

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Es este link
Por Xr - Monday, Mar. 08, 2004 at 9:38 PM

http://argentina.indymedia.org/news/2004/01/169261_comment.php

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¿Cómo polemizar?
Por Leonardo Mir - Tuesday, Mar. 09, 2004 at 12:59 AM
leonardomir@msn.com

XOR-XR

Veo en tu forma de polemizar varios aspectos.
En primer lugar rechazo la forma vulgar y soez que puede parecerle a algunos como popular u obrera. Mi rechazo no es por prejuicios, sino porque todas las formas de incultura y de maltrato son armas de los explotadores contra los explotados. El discurso insultante no es más verdadero por ello, quizás más lo contrario.
En segundo lugar, creo que el debate en una página de internet como Indymedia debería tratar de circunscribirse a unas pocas cuestiones por vez para que sea más inteligible.
En tercer lugar veo erudición en tu discurso pero al mismo tiempo falta de docencia, y -sin ánimo de ofenderte- cierto desprecio hacia aquel que no comparte tus apreciaciones.

Reconozco una vez más que puedo no haber sido claro, que puedo haber tenido una carencia de argumentos e incluso que pueda estar equivocado. Y espero poder aprender de otros compañeros que tengan cosas que aportar. Pero mi intención no es "pontificar" sino aportar a la comprensión. Y una de las cosas que considero más importantes es luchar por dejar de lado el pensamiento dogmático (Y espero que no me "retruques" diciéndome que yo lo soy. Para ahorrarte el párrafo lo asumo como una posibilidad, aunque me esfuerzo por no serlo). En ese sentido es que creo que deben buscarse -y modificarse- las razones teóricas que abonaron la práctica política equivocada del trotskismo.
No considero que el error de trotsky haya sido "meramente económico". Y por ahí planteás que Trotsky fue consecuente con Marx y que en todo caso habría que ver los límites de Marx. Y, ¿ cuál es el problema si así fuera?, seguramente que el marxismo es una ciencia inacabada -como toda ciencia dicho sea de paso.
Pero no podemos conformarnos con decir que todas las previsiones son tendenciales. Porque el problema es cuando la tendencia general no concuerda con la particular. Entonces, cuando menos, nos faltó la teoría sobre las particularidades, ya que basándose en los aspectos más generales la política resultó un fracaso.
Y si la política no fue un fracaso, si la teoría estaba bien, si los lineamientos generales eran correctos: ¿porqué pasó lo que pasó? La respuesta que aparece en primer lugar -y que yo no comparto- es, ¡por la fuerza del capitalismo! Sí creo que como dice el refrán: "el muerto que vos matáis, goza de buena salud", y por mucho tiempo si el proletariado no logra poner en pie una dirección que lo conduzca eficazmente en su lucha.
Y no creo que esa dirección surja de la mera intervención en las luchas. No surgirá cubriendose las zapatillas con barro. Hacen falta muchas más personalidades estudiosas como Marx y Lenin, no personajes de acción o aventureros; y mucho menos personajes de acción repetidores dogmáticos de slogans.
Siendo la una de la mañana este proletario se va a dormir. Buenas noches.

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Cómo polemizar
Por Xor - Tuesday, Mar. 09, 2004 at 10:48 AM

Es natural que veas “varios aspectos” en mi modo de responderte, desde que inserté dos respuestas a tu intervención. La primera ciertamente fue exasperada, y el motivo de ello es que encontré exasperante tu respuesta y creo que se nota por qué. De todos modos fue una respuesta desordenada, en parte debido al desorden del texto al que intentaba responder. Por eso es que luego inserté una respuesta más ordenada y completa, donde la “docencia” quizás no falte en tan gran medida como decís (espero).
No porque hayas abierto el paraguas acerca de tu “posible” dogmatismo, la cosa queda resuelta. Ese modo es, precisamente, el modo incorrecto de polemizar, porque conceder gratuitamente es tan estéril como dogmatizar sin fundamento, máxime si la consesión se limita a una posibilidad (lo que admite la “posibilidad” contraria).
Puntualizo: no traté simplemente de calificarte como “dogmático”, sino de identificar el rasgo dogmático de tu discurso. Ese rasgo es la caracterización apriorística de “desviación”, que presupone una “ortodoxia”, ortodoxia que, a su vez, no presentás expresamente pero que, aún si la presentaras, valdrá lo que valga su fundamentación. El carácter de ortodoxia de una teoría [ortós: (gr.) recto, co/rrecto] es la referencia obligada de toda “desviación” (con respecto a la “recta” orientación, naturalmente). En realidad, la atribución de “ortodoxia” a una teoría es, por sí misma, enteramente superflua respecto de la verdad científica que quepa a dicha teoría.

Más allá de esta cuestión, me exasperó cierta pedantería que, a mi parecer, se trasluciría en tu discurso y, más aún, en el del GPM. En parte puede deberse a que para los argentinos a menudo lo hispánico suena de ese modo, pero además la pedantería es como la sombra del teoricismo que también se enseñorea en los discursos tuyo y -mucho más aún- en el del GPM (he llegado a pensar que la “P” de “GPM” debería aludir a la “pedantería” antes que a la “propaganda”). Tendría que hacer un análisis más detallado de ambos discursos para mostrar este rasgo, pero me conformaré con indicar que es así como lo he recibido, enfatizando este carácter teoricista que si es posible trataré de precisar más puntualmente a propósito de alguna cuestión más central del debate.
Con todo, debo reconocer que tu última respuesta atempera las cualidades que estoy censurando aquí. Eso es positivo porque, además de hacerme sentir menos exasperado, me permite entrar en algunos detalles sobre las inquietudes que planteás.
El desprecio que -estás en lo correcto- suelo manifestar “hacia quienes no comparten mis apreciaciones” tiene que ver con la convicción de que, en muy gran medida, los ataques al trotskismo vehiculizan intereses y posiciones de las clases enemigas, aún cuando son formuladas por personas de izquierda (y más aún por ello, diría). No se trata de una mera falta de cortesía. Pero, ya que estamos, vos fuiste el primero de hablar de “agentes del enemigo” y cosas por el estilo a propósito de divergencias que en ningún momento te habías tomado el trabajo de dilucidar. Naturalmente, resulta más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio ¿no?

Entrando en los ejes del debate, veo que insistís en “el error de Trotski”, pasando por alto mis observaciones acerca de la unilateralidad de este modo de considerar la temporaria inadecuación de algunos aspectos (importantes) de su Programa de Transición. Lo cual, encima, tiene la enorme desventaja de presuponer que el Programa de Trancisión no se adecúa a la situación política actual, lo cual sí es un fatal error. Por tu parte eso es algo que deberías demostrar y ni siquiera has intentado hacerlo. Ya que prácticamente tu único punto de apoyo de fondo teórico es la cuestión de si el capitalismo desarrolla o no las fuerzas productivas ¿cuál es tu juicio a ese respecto en la actualidad? No lo has explicitado. ¿Estás esperando a que la historia haya terminado para declarar que, efectivamente, las verdad fue tal o cual? Ese método es inadmisible no sólo para un marxista, sino para un científico. Cualquiera puede dar cuenta de los hechos una vez que se han consumado, para eso no se necesita teoría alguna (lo que, dicho sea de paso, se lleva de patadas con tanta pretensión “teoricista”). Por lo demás, desde mi punto de vista, es notable la dificultad actual del capitalismo para continuar expandiéndose (esto es: para continuar desarrollando las fuerzas productivas).

Afirmás que “no podemos conformarnos con decir que todas las previsiones son tendenciales”. Pero eso no fue lo que yo dije, y no quita un gramo de verdad al hecho de que las leyes establecidas por Marx (como por ejemplo la ley del valor) SON de naturaleza tendencial. Sus previsiones, por otra parte, más que tendenciales yo diría que son globales.
Ciertamente, hay mucho que dilucidar en la naturaleza de dicha tendencialidad.
Por mi parte yo lo entiendo del siguiente modo: como la ley del valor tiene que ver con las cantidades de fuerza de trabajo que la sociedad capitalista como un todo dedica a cada mercancía (o a cada rama de la producción, etc.) y dicha asignación no se realiza sino por medio de los intercambios mercantiles, la tendencialidad reside en los permanentes ajustes y desviaciones del mercado respecto de los tiempos de trabajo que deben juzgarse socialmente necesarios en cada caso. Es, un poco, como la teoría de la medicióin en las disciplinas científicas: no hay una medición que sea la real, la “justa” ó, si la hubiera, no podríamos determinar cuál sea. Se toma la medida una gran cantidad de veces y se la promedia, estableciendo en base a criterios prácticos-experimentales un margen de error. La sociedad realiza (o efectúa) el cálculo de los tiempos de trabajo socialmente necesarios solamente en el mercado y de ningún otro modo. El mercado –y por ende la determinación del precio- tiene respecto del valor la misma relación que -en Hegel y en pero tampoco puede ser idéntico a ella. De ahí la tendencialidad. Como Marx dice –aunque equivocándose-: la ley del valor se hace respetar del mismo modo que la ley de gravedad cuando el techo se viene encima de quien pretendió ignorarla. Si bien esto no es verdad en cuanto que la ley de gravedad no es una ley tendencial, sino determinista (y Marx yerra al comparar las leyes sociales con las newtonianas atribuyéndoles el mismo tipo de necesariedad) la imagen es ilustrativa: la ley del valor no indica tanto cómo son los hechos, sino cómo tienden a ser, no dice que nadie erogará más tiempo de trabajo que el socialmente necesario en la producción de una mercancía, sino que si lo hace -y es inevitable que lo haga en alguna medida- su desajuste será “sancionado” –por una ley que así se presenta antes como normativa que como descriptiva- en el ámbito de los intercambios mercantiles, de acuerdo a la ley del valor que descubrieron los economistas políticos burgueses y a la que Marx dio su más exacta formulación (al distinguir los conceptos de “trabajo” por un lado y “fuerza de trabajo” por otro).
Espero que con este desarrollo quede un poco más claro a qué hace referencia la “tendencialidad” marxista.

En cuanto a las previsiones teóricas marxistas, y a riesgo de sonar anticientífico en principio -luego quizás veremos cómo acotar mejor esta cuestión-, ellas son esencialmente verdaderas aunque puedan “fenoménicamente” aparecer falsadas, lo que, de todos modos, dada la naturaleza de los conceptos teóricos de Marx, es muy difícil de establecer, ya que el “valor” no es empíricamente mensurable, sino que sólo los precios u otras magnitudes lo son. Se puede medir el tiempo de trabajo, pero no es posible medir –más allá de la medición efectiva que la sociedad realiza en el intercambio mercantil, que necesariamente es “desviada”- su carácter “socialmente necesario”. (Recomiendo, a este respecto, la lectura del prólogo de Trotski al librito de Otto Ruhle sobre “El Capital”).
Así, no dejan de ser correctas las previsiones marxistas sobre las tendencias a la caída de la tasa de beneficio, a la concentración creciente de capital, al aumento de su composición orgánica, etc. Esto no parece haber manera de desmentirlo.
Es el status teórico de la teoría marxista -aún por establecer- lo que complica la relación entre la corrección de dichas previsiones y el hecho de la subsistencia del régimen social capitalista. No deja de haber un problema allí, e incluso yo tengo una idea de por qué vías podría resolverse, pero en todo caso con o sin problema no veo que puedan reducirse a la nada las previsiones de Marx. Y fijate que si las previsiones de Trotski respecto al estancamiento de las fuerzas productivas a principios del siglo XX fueran consideradas redondamente falsas, también deberían ser consideradas de ese modo las previsiones de Marx (¡que pifió más de una!).

No vale de nada pretender que, como en definitiva el capitalismo se recompuso, Marx y Trotski estaban lisa y llanamente equivocados. Pero aún si ésa fuera la actitud a adoptar, carece de toda coherencia pretender que Trotski estaba errado y mantener que Marx no lo estuvo. No se puede hacer consistentemente ese tipo de crítica desde el propio marxismo (a menos, claro, que se presente desde el vamos una reformulación teórica del marxismo, cosa que vos en ningún momento hiciste).
Como después de todo lo dicho te darás cuenta, no se trata de oponer la “generalidad” de la tendencia a la “particularidad” de los hechos. Por el contrario, la tendencia es tendencia porque se trata de un propósito o un objetivo social (la distribución de la capacidad de trabajo como un todo e ntre ramas particulares de la producción) y la implementación empírica de dicho objetivo, por medio de las concurrencias mercantiles individuales, etc. Si a ello le sumamos todos los imponderables de la vida cultural y la lucha de clases, debe quedar claro que la tendencialidad resulta de la com-posición (sin-tesis) de estos elementos contradictorios.

Pasemos a lo que vos describís diciendo que “la política resultó un fracaso”.
Esta apreciación tuya es en principio unilateral, porque creo que se podría afirmar con más justicia que hubo éxito dentro del fracaso y fracaso dentro del éxito (tanto en el fracaso de la exitosa revolución bolchevique -con su ulterior aislamiento y burocratización- como, luego del “fracaso” stalinista de la revolución bolchevique, en el “ëxito” que tuvo el capitalismo en recomponerse finalmente, impregnado de elementos de todo aquello que representaría su “fracaso”, como de algún modo señalé en mi anterior intervención).
No querría dejar en el tintero el señalamiento de que atribuir el fracaso político a la base económica constituye una recaída en el objetivismo, objetivismo que en las circunstancias del caso no se diferenciaría de la más obsecuente sumisión al hecho consumado, en una actitud que debería quedar excluida del espíritu comunista.

No sé bien a qué respuesta te referías al mencionar la que explica el fracaso de la revolución por “la fuerza del capitalismo”, pero no parece que te estés refiriendo a la mía, que se basa más bien en una “debilidad” del proletariado, la deformación burocrática de sus direcciones revolucionarias. Por el contrario, en su propio interior, en sus mecanismos normales, el capitalismo no pareció encontrar, durante varias décadas, la fuerza necesaria para remontarse de un modo duradero. Este fue un principio de respuesta a tu pregunta, pertinente, de “por qué pasó lo que pasó”.
Te darás cuenta de que una vez que pasó lo que pasó, el fatalismo es la posición más cómoda, pero eso no la convierte en la más válida. Curiosamente, el GPM defiende la teoría del derrumbe de un modo que da a entender que, dado que el capitalismo volvió a levantarse, jamás ocurrió su derrumbamiento. Pero eso es claramente falso. El capitalismo se derrumbó, sobrevino una oleada histórica de revoluciones, que chocaron con un límite de naturaleza política -los avatares de la lucha de clases ¡que no tiene un final cantado!- y, después de un lapso considerable de empantanamiento y guerra mundial –y bomba atómica- mediante, el capitalismo alcanzó condiciones –imprevistas- que le permitieron recomponerse, de un modo que nada tuvo de automático y sin que por ello las revoluciones y las guerras hubieran cesado. El determinismo unilateral es tan estéril que no sólo falsea la realidad e impide comprender la historia del siglo XX, sino que obligaría a retroceder ante cuestiones como la restauración que siguió a la revolución francesa y otros acontecimientos de carácter análogo. Naturalmente, todo ello es inaceptable desde un punto de vista científico en general, y mucho más inaceptable aún desde un punto de vista marxista.
Por cierto, no veo que “el muerto que nosotros matamos” goce de tan buena salud como vos decís, y de hecho señalé que su “resurrección” contuvo una buena proporción de elementos muertos, pútridos, desde que el capitalismo se volvió a erigir sobre presupuestos monstruosamente estrechos desde el punto de vista de las condiciones históricas que lo hicieron posible.

En todo caso, el punto más álgido atañe, como ya vengo diciendo, no al error de predicción de Trotski, sino a la predicción marxista sobre la tendencia a la caída absoluta de la tasa de beneficio y al derrumbe fatal del capitalismo. Si te fijás un poco mejor en mi segunda respuesta, vas a encontrar una argumentación sobre cómo es posible comprender, desde una interpretación menos hegeliana -más científica- de la teoría marxista del valor y el plusvalor, la posibilidad -improbable por motivos que hacen a la naturaleza de los capitalistas- de que se genere, en condiciones muy singulares, una base de revalorización general e histórica de la fuerza de trabajo, que permitiría al capitalismo -tras una catastrófica e igualmente inusitada destrucción de valores en términos tanto de capitales como de bienes físicos- reiniciar el proceso de su progresiva desvalorización (de la fuerza de trabajo) en lo que constituiría un nuevo ciclo de acumulación, una onda de expansión capitalista que, por lo demás, ha llegado en la actualidad a su exahución, lo que instala de ese modo la entera vigencia del programa de transición de Trotski.Como esta última semi-teoría es de mi propia cosecha, no es imposible que esté equivocado. Pero creo que abre una perspectiva interesante para, más allá de la intervención política más urgente, explicar no sólo por qué pasó lo que pasó, sino algunos puntos epistemológicamente confusos de la teoría “ortodoxa” de Marx.

Bueno, espera que esta respuesta te resulte provechosa, a vos y a todos los que la lean.
Saludos.

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Fé de errata
Por Xr - Tuesday, Mar. 09, 2004 at 10:57 AM

DONDE DICE: "El mercado –y por ende la determinación del precio- tiene respecto del valor la misma relación que -en Hegel y en pero tampoco puede ser idéntico a ella"
DEBE DECIR: "El mercado –y por ende la determinación del precio- tiene respecto del valor la misma relación que -en Hegel y en Marx- mantiene el fenómeno con la esencia: el primero no es ajeno a la segunda, pero tampoco puede ser idéntico a ella".

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Polemizando con Xor
Por Leonardo Mir - Saturday, Mar. 13, 2004 at 2:20 AM
leonardomir@msn.com

Xor:

Aprecio tu respuesta. Hay varias cosas en las que estamos de acuerdo y otras en las que no.

Algunas cuestiones:

1) Dogma vrs. Método científico.
Te aclaro que yo no te concedo nada aunque admita la posibilidad de estar equivocado por una cuestión metodológica. Sostengo lo que afirmo hasta que tenga a la vista argumentos que me hagan cambiar o desechar una posición. Intentar pensar por uno mismo es –en parte- no ser dogmático. Dogmático es aquel que, en vez de pensar por sí mismo, en vez de cuestionar la validez argumental, repite palabra por palabra la letra del “dogma”, o sea de un cuerpo de ideas cerrado e inamovible. Yo creo que debe partirse del conocimiento previo y desde allí, utilizando el método científico –para nuestro caso: el materialismo histórico- avanzar en la comprensión de la realidad.
Este modo de proceder, como lo sabrás, es bastante infrecuente. Por ello sostengo que quienes no proceden de este modo son inconscientemente irresponsables o conscientemente agentes del enemigo, responsables en ese caso de mantener al proletariado confundido. Lógicamente que hay excepciones, hay intentos fallidos o fracasos a medias, hay pereza intelectual y comprensiones a medias. Pero no me negarás que la que prevalece es la opción que yo señalé, consciente o inconscientemente el discurso corriente está ceñido a la ortodoxia (“conforme a los dogmas oficiales”) que no al método científico.

2) Pedantería vrs. Método científico.
El pedante hace alardes de su erudición sobrestimando la validez de sus argumentos menospreciando la de los demás. El científico investiga con las herramientas a su disposición y su cerebro libre de preconceptos.

3) Los ataques al trotskismo.
Efectivamente, los ataques al trotskismo –históricamente- vehiculizaron intereses y posiciones de las clases enemigas al proletariado. Pero en mi caso y en el del GPM no se trata de “ataques”. Consideramos a Trotsky como uno de los más grandes revolucionarios del proletariado, junto a Marx, Engels y Lenin.

4) La inadecuación del trotskismo.
Tu posición es que el trotskismo quedó inadecuado temporalmente en algunos aspectos importantes pero se halla totalmente adecuado a la situación política actual. Y me conminás a que demuestre la inadecuación teórica y no momentánea -que es lo que sostenemos el GPM, Astarita y yo y creo que no muchos más. (No conozco a esa persona que mencionaste anteriormente en la que yo supuestamente me basaría).
Esta posición fue expuesta por los nombrados anteriormente mucho más prolijamente de lo que yo podría hacerlo ahora, más allá de que yo he –de todos modos- enunciado algunas cuestiones.
Para mí lo evidente ha sido la inadecuación y desde esa perspectiva he intentado encontrar las respuestas. Lo he hecho en gran medida en forma absolutamente solitaria, ya que quienes como yo, se rebelaron contra el status-quo del trotskismo oficial y mayoritario en la Argentina de hace 15 años no pasaron –en su mayoría- de una crítica parcial y superficial, y nuestros intentos quedaron truncos. Así que por ahora te deberé una exposición más clara y detallada. Mientras tanto podrías intentar demostrar tu punto de vista polemizando con la crítica de Astarita y el GPM.

5) La dificultad actual del capitalismo para continuar expandiéndose.
Esa es una cuestión objetiva, pero que sin embargo puede sostenerse durante mucho tiempo si no se lo logra voltear políticamente. Dice el GPM: “es falsa la afirmación de aquellos que en nombre de la lucha de clases y de la ciencia marxista, descartan la teoría del derrumbe pretextando el infundio de que reduce el marxismo a un automatismo economicista. Quienes así razonan, confunden irresponsablemente la tendencia con su realización, la lógica con la historia, la práctica teórica con la práctica política la necesidad con la posibilidad... solo de la tendencia económica al derrumbe del sistema capitalista puede el proletariado sacar la fuerza y la dirección política que descompone el movimiento de la sociedad burguesa; que la necesidad de luchar por el socialismo, su justificación histórica y posibilidad real concreta, residen en la tendencia objetiva del movimiento protagonizado por el salario, la renta y la ganancia industrial; y que la lucha política del proletariado -producto de esa tendencia científica o de esa tendencia descubierta científicamente - es la que se encarga de hacer históricamente posible lo teóricamente necesario. Es en virtud de esa certidumbre teórica que los comunistas confían el futuro de la humanidad a la clase obrera, independientemente de sus ocasionales cambios en su estado de ánimo y de su mayor o menor combatividad; tal es el fundamento y carácter de la moral revolucionaria, del compromiso permanente con la revolución socialista.

6) La ley del valor y, la abstracción vrs. las “mediciones”.
Según Xor “la ley del valor tiene que ver con las cantidades de fuerza de trabajo que la sociedad capitalista como un todo dedica a cada mercancía (o a cada rama de la producción, etc.) y dicha asignación no se realiza sino por medio de los intercambios mercantiles, la tendencialidad reside en los permanentes ajustes y desviaciones del mercado respecto de los tiempos de trabajo que deben juzgarse socialmente necesarios en cada caso. Es, un poco, como la teoría de la medición en las disciplinas científicas: no hay una medición que sea la real, la “justa” ó, si la hubiera, no podríamos determinar cuál sea. Se toma la medida una gran cantidad de veces y se la promedia, estableciendo en base a criterios prácticos-experimentales un margen de error. La sociedad realiza (o efectúa) el cálculo de los tiempos de trabajo socialmente necesarios solamente en el mercado y de ningún otro modo. El mercado –y por ende la determinación del precio- tiene respecto del valor la misma relación que -en Hegel y en Marx- mantiene el fenómeno con la esencia: el primero no es ajeno a la segunda, pero tampoco puede ser idéntico a ella.”
El GPM dice al respecto: “puesto sobre el terreno de la investigación acerca de las leyes que presiden el movimiento económico de la sociedad capitalista, sometiéndose al método científico Marx comenzó el estudio de la base material o económica de la sociedad burguesa desentendiéndose por completo de la lucha de clases, como si no existiera. Igualmente consideró constantes otros fenómenos ambientales de la economía política como la oferta, la demanda, la cantidad de dinero y los precios. Ni qué decir tiene que todo esto no es real. Las leyes económicas del valor y de la acumulación no actúan en estado puro, sino contando con todos esos fenómenos. Tampoco es real considerar la caída de los cuerpos en ausencia de atmósfera. Sin embargo, así procede la física para determinar la ley universal de la gravedad terrestre.
La ley del valor actúa en condiciones siempre volubles de oferta y demanda, con distintas cantidades de dinero en circulación y determinados precios de las mercancías y del dinero que cambian de un momento a otro, situaciones que, a su vez, pueden coincidir o no con conflictos sociales de diversa intensidad y magnitud, así como con determinadas políticas económicas de gobiernos o interferencias de grupos económicos oligopólicos. Todos estos factores, en principio por igual imprevisibles, no anulan la ley económica del valor bajo el capitalismo, pero perturban u obstaculizan su observación.
Como sucede con la gravitación universal, a pesar de los distintos condicionantes la ley económica del valor bajo el capitalismo se cumple en todas partes donde la sociedad esté dividida entre asalariados y capitalistas. Como en la física y en la química (a instancias del microscopio o los reactivos), el método científico para determinar la ley que preside el movimiento económico de la sociedad capitalista, pues, consiste en aislar los elementos más simples, como la mercancía, sobre los cuales esa ley general actúa en su forma más diáfana. Para ello es necesario utilizar la abstracción, prescindiendo de todos los factores perturbadores, esto es, analizando la célula del cuerpo económico bajo condiciones que supongan una situación irreal de equilibrio en el mercado, con precios y masa de dinero en circulación, constantes, sin políticas estatales, grupos de presión ni conflictos de clase. Sólo en semejantes condiciones es posible observar esa ley actuando en su forma más pura. Así ha procedido Marx en los dos primeros libros de "El Capital".

7) Las leyes “naturales” de Marx.
Dice Xor: “Marx yerra al comparar las leyes sociales con las newtonianas atribuyéndoles el mismo tipo de necesariedad…”
Dice el GPM: “Si la historia no tuviera una lógica objetiva que preside su desarrollo y que sólo se puede hacer inteligible teóricamente; y si, consecuentemente, su curso estuviera exclusivamente determinado por la lucha política entre facciones sociales, el tránsito de una realidad efectiva a otra sería completamente aleatorio y tan errático, que carecería en absoluto de sentido de progreso…El desarrollo de la sociedad es histórico porque es un proceso en el que está implicado el ser humano; el ser humano es el único animal que tiene historia. Pero al mismo tiempo que histórico es natural, porque hasta el presente, la humanidad ha venido pasando por estructuras sociales o relaciones de producción que han sido independientes de su voluntad. Para Marx, natural es toda realidad que el ser humano no domina ni controla. Aunque no sea la naturaleza propiamente dicha, como la de un vegetal, que tiene sus propias leyes de evolución, en ese mismo sentido, en tanto la sociedad humana está regida por leyes económicas objetivas independientes de la voluntad de quienes están sometidos a ellas, las relaciones sociales de producción vigentes constituyen una naturaleza homóloga a las del reino animal y vegetal. El caso es que sigue ocurriendo con la naturaleza indómita de las leyes económicas que provocan las crisis capitalistas y las guerras, lo que ocurría en los albores de la humanidad con las leyes naturales que dominaban la vida de los primitivos.”

8) Las previsiones teóricas marxistas.
Xor: En cuanto a las previsiones teóricas marxistas…ellas son esencialmente verdaderas aunque puedan “fenoménicamente” aparecer falseadas… Así, no dejan de ser correctas las previsiones marxistas sobre las tendencias a la caída de la tasa de beneficio, a la concentración creciente de capital, al aumento de su composición orgánica, etc. Esto no parece haber manera de desmentirlo. Es el status teórico de la teoría marxista -aún por establecer- lo que complica la relación entre la corrección de dichas previsiones y el hecho de la subsistencia del régimen social capitalista…”
Es cierto que lo fenoménico no inválida las tendencias históricas que se desprenden de la teoría. Lo que se le cuestiona a Trotsky es precisamente cuando teoriza a partir de lo fenoménico. Yo pienso que Trotsky absolutizó la tendencia histórica, considerando al estancamiento como absoluto supuso la ineluctable caída del capitalismo o el retroceso social a la barbarie. Dejó enteramente de lado la posibilidad de recomposición por parte de la burguesía y de la burocracia (a la que caracterizó mal).

9) Los fracasos políticos.
Cuando yo me refiero a que “la política resultó un fracaso” me refiero a la enorme dispersión actual de las fuerzas revolucionarias, a la conciencia atrasada del proletariado mundial, a la falsa idea de que el socialismo fracasó, al retroceso al capitalismo sufrido por los estados que estaban en poder de la burocracia, al fracaso de todos los procesos revolucionarios del siglo XX. E incluyó en el fracaso político del proletariado todos los éxitos de la burguesía y de la burocracia. (Por supuesto que mi apreciación es unilateral.)

10) El objetivismo economicista
Xor: “ No querría dejar en el tintero el señalamiento de que atribuir el fracaso político a la base económica constituye una recaída en el objetivismo, objetivismo que en las circunstancias del caso no se diferenciaría de la más obsecuente sumisión al hecho consumado, en una actitud que debería quedar excluida del espíritu comunista.
GPM: “si el criterio de verdad está dado por los resultados de la lucha política, tras la bancarrota de la URSS, se ha demostrado políticamente que el socialismo es un infundio, una falacia, una mentira teórica e histórica. Si la revolución de 1917 demostró que el socialismo fue una verdad y los hechos políticos a partir de 1989 confirman lo contrario, quiere decir que todo depende de las circunstancias y la verdad histórica es pura contingencia.”
A lo que me refiero es a aquellos que del fracaso “fenoménico” (de “momento”) del socialismo sacan conclusiones que eluden el papel de la lucha de clases en general y en particular de la “crisis de dirección revolucionaria del proletariado” y de ésta con las cuestiones teóricas.
Xor: La “respuesta …que explica el fracaso de la revolución … se basa más bien en una “debilidad” del proletariado, la deformación burocrática de sus direcciones revolucionarias. Por el contrario, en su propio interior, en sus mecanismos normales, el capitalismo no pareció encontrar, durante varias décadas, la fuerza necesaria para remontarse de un modo duradero. Este fue un principio de respuesta a tu pregunta, pertinente, de “por qué pasó lo que pasó”.
De acuerdo, pero no explicás la debilidad del proletariado ni la deformación burocrática.

11) La teoría del derrumbe.
Xor: “Curiosamente, el GPM defiende la teoría del derrumbe de un modo que da a entender que, dado que el capitalismo volvió a levantarse, jamás ocurrió su derrumbamiento. Pero eso es claramente falso. El capitalismo se derrumbó, sobrevino una oleada histórica de revoluciones, que chocaron con un límite de naturaleza política -los avatares de la lucha de clases ¡que no tiene un final cantado!- y, después de un lapso considerable de empantanamiento y guerra mundial –y bomba atómica- mediante, el capitalismo alcanzó condiciones –imprevistas- que le permitieron recomponerse, de un modo que nada tuvo de automático y sin que por ello las revoluciones y las guerras hubieran cesado. El determinismo unilateral es tan estéril que no sólo falsea la realidad e impide comprender la historia del siglo XX, sino que obligaría a retroceder ante cuestiones como la restauración que siguió a la revolución francesa y otros acontecimientos de carácter análogo. Naturalmente, todo ello es inaceptable desde un punto de vista científico en general, y mucho más inaceptable aún desde un punto de vista marxista.”
El capitalismo nunca se derrumbó. Podemos decir que trastabilló o buscar el término más exacto o la metáfora más apropiada, pero no se derrumbó en el sentido de “dejó absolutamente de desarrollar las fuerzas productivas”. No se trata de una cuestión de contabilidad sino de vida y muerte (o “sobrevida”); el hecho es que la burguesía siguió en el poder y el sistema se recompuso. Si se hubiera “derrumbado” debería haberse producido o bien la revolución o bien una involución.

12) La revalorización del capital.
Xor: “En todo caso, el punto más álgido atañe… a la predicción marxista sobre la tendencia a la caída absoluta de la tasa de beneficio y al derrumbe fatal del capitalismo. … es posible comprender, desde una interpretación menos hegeliana -más científica- de la teoría marxista del valor y el plusvalor, la posibilidad -improbable por motivos que hacen a la naturaleza de los capitalistas- de que se genere, en condiciones muy singulares, una base de revalorización general e histórica de la fuerza de trabajo, que permitiría al capitalismo -tras una catastrófica e igualmente inusitada destrucción de valores en términos tanto de capitales como de bienes físicos- reiniciar el proceso de su progresiva desvalorización (de la fuerza de trabajo) en lo que constituiría un nuevo ciclo de acumulación, una onda de expansión capitalista que, por lo demás, ha llegado en la actualidad a su exahución, lo que instala de ese modo la entera vigencia del programa de transición de Trotsky. Como esta última semi-teoría es de mi propia cosecha, no es imposible que esté equivocado. Pero creo que abre una perspectiva interesante para, más allá de la intervención política más urgente, explicar no sólo por qué pasó lo que pasó, sino algunos puntos epistemológicamente confusos de la teoría “ortodoxa” de Marx.
Dice el GPM: “Nosotros las entendemos (a las luchas de clases) como procesos históricos discontinuos, de breves ascensos revolucionarios seguidos de largos y profundos retrocesos contrarrevolucionarios; lentos avances cuando la tasa de ganancia se recupera y los triunfos en las luchas por aumentos salariales que pueden ser concedidos por la burguesía, levantan la moral de los asalariados; así de conquistas en conquistas económicas hasta el punto de saturación del capital en que las luchas defensivas se convierten en ofensivas porque los burgueses no pueden seguir concediendo y las masas no quieren aceptar las nuevas condiciones de explotación exigidas por la crisis.”
Yo creo que, dentro de la ley general de la tendencia a la caída de la tasa de ganancia se producen períodos de sentido opuesto pero que no pueden revertir la tendencia general. No creo que exista –como vos planteás- la posibilidad de una revalorización general e histórica de la fuerza de trabajo que permita al capitalismo reiniciar el proceso de su progresiva desvalorización, en lo que constituiría un nuevo ciclo de acumulación, una onda de expansión capitalista. Creo que eso que escribís, no es muy distinto que lo que dice el GPM más arriba, aunque si no es así sería bueno que desarrolles más tu idea.

Bueno, espero que esta polémica sea de utilidad para nosotros y para otros compañeros.
Saludos.

Leonardo Mir

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Por --- - Monday, Mar. 15, 2004 at 5:20 PM

Este tipo está como para un chiste de gallegos: en realidad no contestó nada.

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